Dignificar el transporte p¨²blico
Con el comienzo de la nueva temporada futbol¨ªstica, y como aficionado al f¨²tbol que soy, me dirig¨ªa el s¨¢bado 26 del presente mes de septiembre al estadio Vicente Calder¨®n, y siguiendo los consejos facilitados por las autoridades municipales decid¨ª acudir a dicho estadio en un medio de transporte p¨²blico, dejando el coche en casa.Entonces empez¨® el calvario: despu¨¦s de una espera de m¨¢s de nueve minutos, seg¨²n el reloj que marca el tiempo desde que pas¨® el ¨²ltimo tren por la citada estaci¨®n, resulta que dicho convoy es de los denominados "cortos". Eso significa que el personal que sube a dicho tren tiene irremediablemente que apretarse m¨¢s al ser la oferta de espacio inferior a la normal (pues hay menos vagones), y la demanda de p¨²blico, superior a la normal (debido a que se trata de una hora punta por el comienzo del citado partido).
Hasta aqu¨ª la primera parte de este calvario.
Una vez terminado el espect¨¢culo deportivo comienza la segunda: los usuarios del metro nos dirigimos al mismo para volver a nuestros diferentes puntos de destino, encontr¨¢ndonos con una nueva sorpresa: los andenes de la estaci¨®n de Pir¨¢mides est¨¢n a rebosar y hay un tren de los denominados "cortos" parado en dicha estaci¨®n y lleno hasta los topes de sufridos usuarios, que recordaban las tristes im¨¢genes de los campos de concentraci¨®n nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Por lo cual nos vemos obligados a esperar pacientemente a que este tren arranque lo antes posible, deje libre la estaci¨®n y permita la llegada de otro tren en el que podamos emprender nuestro ansiado regreso.
En unos minutos, por fin, vemos llegar nuestro tren, tambi¨¦n "corto", como los dem¨¢s. Nos subimos los que podemos, ubic¨¢ndonos tal como sardinas en lata, y emprendemos el viaje por los t¨²neles. Para nuestra sorpresa, nos encontramos con que vamos en una especie de tren tur¨ªstico de t¨²neles, ya que ¨¦ste se va deteniendo dentro de los mismos; supongo que para que podamos admirar esta gran obra de ingenier¨ªa.
No habiendo acabado satisfecho de mis correr¨ªas por el suburbano madrile?o, al d¨ªa siguiente encuentro la excusa para acceder de nuevo al metro: la Vuelta Ciclista a Espa?a llega a Madrid y mis hijos quieren acercarse a la llegada en el paseo de la Castellana a ver pasar a sus ¨ªdolos y estar cerca de ellos.
Aqu¨ª mi sorpresa, pues, de los tres transbordos que tengo que hacer, resulta que todos los trenes tambi¨¦n son de los denominados "cortos".
?No se podr¨ªan prevenir los acontecimientos a los que acuden un gran n¨²mero de personas y, aun trat¨¢ndose de un fin de semana, poner los trenes completos con menos cadencia de paso para dar un buen servicio a los usuarios, no s¨®lo por comodidad, sino tambi¨¦n por seguridad? La acumulaci¨®n de tanto personal en los andenes es muy peligrosa.-
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