El l¨ªder, mejor que el campe¨®n

Se enfrentaron el actual l¨ªder y el vigente campe¨®n, en lo que promet¨ªa ser un duelo de altura, repleto de detalles t¨¦cnicos. Mentira. La t¨¢ctica aplast¨® la imaginaci¨®n y fabric¨® un duelo r¨¢cano, casi solemne, europeo en el peor sentido de la palabra. A Maljkovic le hubiera encantado atribuirse la paternidad de aquello. Gobern¨® la pizarra y s¨®lo la emoci¨®n de un resultado incierto consigui¨® apasionar a los presentes.Intent¨® el Madrid llevar el partido a su terreno, a la fortaleza de su juego interior. Vano prop¨®sito. Intent¨® despu¨¦s revolucionar el asunto, resolviendo con precocidad sus ataques. Un desastre result¨® aquello. Ya a los cinco minutos Luyk andaba pidiendo tiempo muerto, no tanto por lo que ofrec¨ªa el marcador (8-11) sino porque resultaba imposible que el Madrid manejara un poquito, s¨®lo un poquito, el ritmo del choque.

La culpa la ten¨ªa el de siempre, el de toda la vida: Chichi Creus. Ley¨® los hechos con su acostumbrada clarividencia, sabedor de que si el partido se plegaba a la t¨¢ctica, lejos de la inspiraci¨®n de las estrellas blancas, el TDK saldr¨ªa indemne.

Victoriano frente a Creus. As¨ª comenz¨® una pelea que dur¨® apenas 12 minutos, los que tard¨® Clifford Luyk en sentar a su pupilo, que desapareci¨® del evento deseando, quiz¨¢, no haber salido jam¨¢s de Buenos Aires. 12-21 rezaba en ese momento el marcador y Creus se hab¨ªa dado el lujo de encestar, como siempre, asistir, como siempre, y colocarle a Victoriano lo nunca visto, un tap¨®n. Luyk cay¨® en la cuenta de que all¨ª sobraban alegr¨ªas y que conven¨ªa ponerle grilletes a Creus. Y los grilletes, en el Madrid, son propiedad de Santos.

Recuper¨® aire el equipo merced a un triple de Sergio Luyk, a quien habr¨ªa que tener en cuenta por algo m¨¢s que por su apellido, y merced a la aparici¨®n, por fin, de Herreros, que tard¨® 16 minutos en conseguir su primera canasta, eclipsado por el marcaje al que le someti¨® Capdevila. Sofocado el incendio, el Madrid comenz¨® a aprovechar la fortaleza de Struelens bajo el aro. Y como Mott estaba, pero como si no, pues consiguieron los blancos irse al descanso por delante (32-27).

Nada cambi¨® despu¨¦s porque el TDK se mueve como nadie en las distancias cortas. Ni disfraza su discurso, ni le da por los arreones. Pero sent¨® Luis Casmirio a Creus, ya que hay descansos m¨¢s que merecidos, y vol¨® el Madrid (52-42). El TDK estaba hu¨¦rfano y su rival mord¨ªa en defensa. El regreso de Creus detuvo la hemorragia. Se entr¨® en una fase de eso que llaman basket-control, muy parecido al basket-adormidera, y llegaron los instantes finales con el marcador encorsetado (55-50 a falta de un minuto). Pero el Madrid anda m¨¢s vers¨¢til que a?os atr¨¢s, cuando depend¨ªa en exceso de uno o dos jugadores. Y como Lasa mantuvo la calma, Herreros pudo acudir una y otra vez a lanzar tiros libres con la seguridad de quien lo encesta todo. Y todo lo encest¨®.