La fiesta del libro
HACE MEDIO siglo, Alemania intentaba renacer de sus cenizas. Como el resto de sus compatriotas, las gentes de la cultura trataban de recuperar la normalidad y una tradici¨®n democr¨¢tica brutalmente interrumpida por el r¨¦gimen de Hitler. Apenas un par de centenares de editores se reunieron entonces para celebrar una feria del libro en la Paulskirche de Francfort. Cincuenta a?os despu¨¦s, esta iniciativa de la posguerra se ha convertido en la cita literaria y editorial m¨¢s importante del mundo. Alrededor de 300.000 libros, tanto impresos como electr¨®nicos, expuestos en 184.000 metros cuadrados de pabellones y presentados por m¨¢s de 9.000 firmas editoriales procedentes de un centenar de pa¨ªses, atestiguan la relevancia de la cita.Del mismo modo que los organizadores de Francfort no han descuidado una continua adaptaci¨®n a los nuevos tiempos y a las sucesivas revoluciones que ha vivido la industria de la letra impresa, tampoco han desatendido el car¨¢cter cultural del evento. Desde la concepci¨®n del libro como instrumento de debate, de reflexi¨®n y de libertad, editores y libreros alemanes convocan mesas redondas, conferencias y fiestas con la aspiraci¨®n de convertir Francfort en una tormenta de ideas. La concesi¨®n del Premio de la Paz, que ha reca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os en autores de la talla c¨ªvica e intelectual de Mario Vargas Llosa, Jorge Sempr¨²n o Kemal Yasar, significa todo un emblema de esta preocupaci¨®n cultural.
Asuntos como la publicaci¨®n arbitraria de t¨ªtulos, unas tiradas cada vez m¨¢s cortas que han de ser compensadas con ¨¦xitos de ventas, la b¨²squeda del equilibrio entre calidad literaria y triunfo comercial o la evoluci¨®n de las librer¨ªas formar¨¢n parte de los ejes del 50? aniversario de la Feria de Francfort. Una efem¨¦ride, por cierto, que coincide con un cambio en el mapa pol¨ªtico alem¨¢n que no dejar¨¢ de afectar a la cultura y la industria editorial. Tal vez los nuevos aires permitan despertar a unos intelectuales que, m¨¢s all¨¢ de figuras emblem¨¢ticas como G¨¹nter Grass, viven todav¨ªa la resaca de a?os de perplejidad tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y la reunificaci¨®n alemana.
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