3.086 kilos de carne
Lo visto en esta ocasi¨®n en el ruedo zaragozano no eran seis toros de lidia, eran 3.086 kilos de carne y basta. A ver si las figuras aprenden de una vez a no solicitar m¨¢s reses de esas ganader¨ªas que dicen "les facilitan el ¨¦xito" y lo que hacen es desesperar a los aficionados e impedir un aut¨¦ntico lucimiento. La corrida de Joaqu¨ªn N¨²?ez, aceptablemente presentada, no ten¨ªa por donde cogerse y dos de los tres tenores (el otro se qued¨® en su casa) estuvieron a punto de dar el gallo de su vida.
A Enrique Ponce pocas veces se le ha visto tan expeditivo y desconsiderado con el p¨²blico como en su primero, mansurr¨®n y que se quedaba corto. Puede que fuese la primera vez, pero a Ponce le llamaron hasta sinverg¨¹enza. Quiso justificarse con el cuarto, que tampoco era bueno y del que no todo el mundo vio que, a pesar del buen tranco inicial, ya esper¨® en banderillas, poniendo en apuros a un rehiletero tan seguro como Mariano de la Vi?a y pronto se puso a escarbar y a quedarse corto. Ponce lo mulete¨® con decisi¨®n y en algunos momentos hasta poderoso, sobre todo en una tanda con la diestra en la que pareci¨® que extra¨ªa los muletazos con saca corchos. Mat¨® muy bien al volapi¨¦ y recogi¨® una fuerte ovaci¨®n desde el tercio.
_____________________________________________________N¨²?ez / Ponce, Cordob¨¦s, Rivera
Francia, 1982 (97 m.). Dir.: Gerard Oury. Int¨¦rpretes: Jean-Paul Belmondo, Marie-France Pisier.
Toros de Joaqu¨ªn N¨²?ez (uno devuelto por inv¨¢lido), inv¨¢lidos y mansos; 2¡ã, sobrero de Ana Romero, inv¨¢lido, noble
El Cordob¨¦s: oreja y ovaci¨®n. Rivera Ord¨®?ez: oreja y aplausos.
Enrique Ponce: bronca y ovaci¨®n
4¡ã corrida de feria. Cerca del lleno.
El segundo, uno de los inv¨¢lidos, fue devuelto a los corrales y el sobrero de Ana Romero, aunque tambi¨¦n escas¨ªsimo de fuerzas, met¨ªa la cara con nobleza. El Cordob¨¦s lo entendi¨® muy bien y, aunque la faena puede considerarse de enfermero, los muletazos fueron suaves, lentos y templados, sin ning¨²n alarde de tipo espectacular, en la versi¨®n seria de este diestro. Estocada y oreja. Al quinto, inv¨¢lido del todo y con querencia a toriles, no pudo darle pr¨¢cticamente un pase, porque el semoviente casi no se mov¨ªa sin medir la arena con su cuerpo. Pinchazo, buen volapi¨¦ y ovaci¨®n a la voluntad.
El tercero manse¨® en varas, pero por lo menos se mantuvo en pie, metiendo la cara y repitiendo, aunque no era f¨¢cil. Rivera se faj¨® con ¨¦l, desenga?¨¢ndolo con eficacia con la muleta en la zurda, con mucho valor, aunque la faena fuese algo a menos y terminase, para levantar los ¨¢nimos de los m¨¢s impresionables, con unos muletazos mirando al tendido. Tambi¨¦n mat¨® ortodoxa y prontamente y recibi¨® como premio una oreja algo generosa. En el sexto sali¨® a por todas, recibi¨¦ndolo con tres largas afaroladas de rodillas, iniciando la faena muy decidido, pero el se moviente de turno estaba baldado de atr¨¢s y se puso pronto a la defensiva. Muletazos ya le sac¨® alguno, pero, claro, con lo que ten¨ªa delante la faena no tom¨® gran vuelo. Dos pinchazos, estocada y descabello.
Mejora Hernando
El novillero Gonzalo Hernando, operado el martes de una lesi¨®n en las cervicales, evoluciona favorablemente aunque ayer continuaba con dolores y se le administraban calmantes, informa Efe. Internado en el hospital madrile?o Gregorio Mara?¨®n, donde se le intervino quir¨²rgicamente, seg¨²n su hermano ya tiene movilidad en brazos y piernas, y se encuentra muy animado, pues, dijo, "tiene gran entereza y acepta las cosas como vienen".
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