La OTAN atacar¨¢ si sus observadores no pueden actuar libremente en Kosovo

Richard Holbrooke, enviado especial del presidente Clinton para negociar una soluci¨®n a la crisis de Kosovo con el dirigente yugoslavo, Slobodan Milosevic, apura las ¨²ltimas horas de maniobras diplom¨¢ticas antes de que la maquinaria b¨¦lica de la OTAN entre en acci¨®n. El escollo fundamental se encuentra en conseguir un mecanismo que verifique la retirada de las fuerzas serbias de la provincia de Kosovo, de mayor¨ªa ¨¦tnica albanesa. Las posiciones sobre el sistema de verificaci¨®n se encontraban anoche en un callej¨®n sin salida. Milosevic se negaba a admitir un control internacional con presencia de tropas de la OTAN en territorio serbio, y Kosovo es, por el momento, una provincia serbia, excepto para Albania. El Gobierno de Belgrado quiso lanzar el s¨¢bado la impresi¨®n de que se hab¨ªan cumplido "todas las condiciones para solucionar los problemas pendientes a trav¨¦s de un proceso pol¨ªtico", pero el propio Holbrooke puso ayer las cosas en su sitio al afirmar lac¨®nicamente: "Nada ha cambiado". Al drama de los refugiados kosovares, cuya situaci¨®n se complicar¨¢ a medida que se acerque el invierno, se suma el recuerdo de la tragedia de Bosnia. En los ¨²ltimos d¨ªas se han exhumado los restos de m¨¢s de 230 personas enterradas en una fosa com¨²n en la aldea de Glumine. El responsable de la comisi¨®n de desaparecidos de Bosnia asegura que se trata de musulmanes asesinados por tropas serbobosnias en la primavera de 1992.