El n¨²mero de universitarios ha crecido en el mundo de 13 a 82 millones en 35 a?os
La Unesco defiende la igualdad de oportunidades y aboga por la financiaci¨®n mixta
La Unesco ha reunido la semana pasada en Par¨ªs durante cinco d¨ªas a un centenar de ministros de Educaci¨®n y a m¨¢s de 3.000 especialistas para debatir sobre el presente y el futuro de la ense?anza superior. Una sola comparaci¨®n de cifras sirve para resumir la situaci¨®n: si el mundo contaba en 1960 con 13 millones de estudiantes universitarios, en 1995 se multiplic¨® por 6,3 hasta alcanzar los 82 millones.Si el de la masificaci¨®n fuese el ¨²nico par¨¢metro a considerar, los problemas tendr¨ªan una soluci¨®n simple, pues bastar¨ªa con aumentar los presupuestos. El remedio ha de ser otro porque otras son las dificultades, y entre ellas no es la menor la diversidad de situaciones entre los distintos pa¨ªses.
A¨²n se ha agudizado m¨¢s la disparidad, que ya era enorme, entre las posibilidades de acceso a la educaci¨®n superior en los pa¨ªses desarrollados, los pa¨ªses en desarrollo y los pa¨ªses pobres, seg¨²n las conclusiones de la Unesco. Adem¨¢s, los pa¨ªses pobres raramente pueden aprovechar los saberes de sus estudiantes expatriados, que se transforman luego en cerebros exiliados, pues su patria no dispone de recursos para utilizar ni siquiera una m¨ªnima parte del potencial intelectual de sus sabios.
Ning¨²n pa¨ªs podr¨¢ garantizar un aut¨¦ntico desarrollo end¨®geno y sostenible sin una masa cr¨ªtica de personas cualificadas y cultas. De ah¨ª la pol¨ªtica seguida con las llamadas c¨¢tedras Unesco, una iniciativa destinada a facilitar el retorno de los cerebros sin que ¨¦stos queden aislados del contexto cient¨ªfico que los mantiene vivos.
La prodigiosa aceleraci¨®n de los medios de comunicaci¨®n a veces tambi¨¦n contribuye a acrecentar los abismos entre naciones y tambi¨¦n en el interior de las mismas. La UNESCO insiste en ese sentido, como ya lo hiciera Jacques Delors en un informe elaborado especialmente para la instituci¨®n, en la imperiosa necesidad de poner en marcha un proceso de educaci¨®n que se prolongue a lo largo de la vida. En los pa¨ªses ricos el reciclaje de la intelectualidad, de que los profesores puedan volver a ser estudiantes peri¨®dicamente, es una necesidad asumida aunque no resuelta.
Esta Conferencia Mundial sobre la Ense?anza Superior recuerda el papel del Estado en tanto que garante del acceso equitativo a la educaci¨®n pero reclama una financiaci¨®n mixta, p¨²blica y privada, para garantizar que sea pertinente y sirva para reforzar la cooperaci¨®n con el mundo del trabajo. El texto insin¨²a tambi¨¦n la conveniencia de una pol¨ªtica de discriminaci¨®n positiva desde el momento en que exige que se facilite activamente el acceso a la educaci¨®n superior a los miembros de algunos grupos espec¨ªficos como los pueblos ind¨ªgenas y otras minor¨ªas.
Mujeres discriminadas
En ese sentido no deja de sorprender que la UNESCO vaya m¨¢s all¨¢ del l¨®gico recuerdo de la discriminaci¨®n de que sigue siendo objeto la mujer, especialmente grave en ciertos pa¨ªses y bajo el ¨¢rea de influencia de determinadas religiones, sino que asuma como positivo el fomento de los estudios sobre el g¨¦nero como campo espec¨ªfico que tiene un papel estrat¨¦gico en la transformaci¨®n de la educaci¨®n superior y la sociedad.Las consideraciones sobre la universalidad de ciertos saberes o valores han preocupado menos a los autores del documento, que han hecho hincapi¨¦ en los derechos de las minor¨ªas de todo tipo, nacionales, ling¨¹¨ªsticas, sexuales o ¨¦tnicas.
En lo que puede considerarse un signo de los tiempos, de la crisis de las grandes ideolog¨ªas universalistas y la explosi¨®n de los comunitarismos, esa inflexi¨®n sobre la diversidad se sit¨²a siempre en el escal¨®n siguiente al de la ense?anza para todos. Si la Unesco se muestra receptiva a la diversidad y tambi¨¦n a la conveniencia de buscar distintas fuentes de financiaci¨®n, la organizaci¨®n es m¨¢s t¨ªmida cuando se trata de aventurar modelos sobre un nuevo tipo de instituciones que suplan o complementen la universidad, as¨ª como de unos programas de estudios que han estallado en centenares de asignaturas a las que nadie logra dotar de coherencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.