Paul Gascoigne, otro mal trago
Su cura antialcoh¨®lica servir¨¢ de ejemplo a los futbolistas brit¨¢nicos
Cuando el delantero holand¨¦s Dennis Bergkamp lleg¨® al Arsenal no pod¨ªa entender que sus nuevos compa?eros olieran ya a cerveza en los entrenamientos matutinos. Desconoc¨ªa por completo las costumbres de los muchachos, t¨¦rmino que engloba actividades tan diversas como jugar un partido informal los s¨¢bados en el parque local o irse de copas hasta caer rendidos. El destino de Paul Gascoigne, el jugador m¨¢s famoso del Reino Unido, ha debido de abrirle los ojos al ex futbolista del Ajax. A ¨¦l y al resto de la profesi¨®n. Convertido en un alcoh¨®lico de 31 a?os, los desesperados paseos nocturnos de Gazza junto a la v¨ªa del tren, as¨ª como los ¨²ltimos accidentes -estrell¨®, borracho, el autob¨²s de su equipo, el Middlesbrough, contra un poste y luego huy¨®- han dado con su maltrecho cuerpo en un centro de rehabilitaci¨®n.Hubo un tiempo en que Gascoigne acaparaba las portadas de la prensa nacional. En una ocasi¨®n, hasta se le dedic¨® una p¨¢gina entera a todo color inmortalizando los diferentes peinados con que deleitaba a sus seguidores. Todo le era perdonado porque sus piernas parec¨ªan tener un toque m¨¢gico. Durante los 10 ¨²ltimos a?os, Gazza ha dejado de ser un apodo cari?oso para convertirse en la mejor descripci¨®n del chico con talento que no quiere crecer. Paul sigui¨® ganando kilos -siente devoci¨®n por el chocolate-, haciendo gamberradas -fue bautizado como el payaso por la prensa inglesa-, marcando goles y tirando del carro del triunfo. Hasta las palizas que le propinaba a su ex esposa, Sheryl, aparec¨ªan en los mismos peri¨®dicos que alababan sus gestas deportivas. Pero ya no.
Los hinchas suelen rugir cuando los jugadores se abrazan formando una pi?a humana que sonrojar¨ªa a m¨¢s de un brit¨¢nico fuera de la hierba. Gascoigne hac¨ªa algo m¨¢s. A grandes zancadas exig¨ªa de su p¨²blico una ovaci¨®n a la altura de su talento. Las noches eran bien distintas. En 1996 se sent¨® en Hong Kong en un bar, abri¨® la boca y por all¨ª entr¨® todo el tequila que sus compa?eros quisieron verter: la silla del dentista se llama la broma. Su actuaci¨®n durante el primer partido disputado ese mismo verano por Inglaterra en la fase final de la Eurocopa, fue calificada de "lenta" por los comentaristas deportivos. Aunque no era la primera vez que beb¨ªa, a partir de entonces sus salidas fueron m¨¢s frecuentes.
Poco antes de la Copa del Mundo de Francia, disputada este verano, decidi¨® ir a comer pinchitos al Soho londinense. Eran las dos de la madrugada y no ten¨ªa un aspectoo fragante. Cuando Glenn Hoddle, el seleccionador ingl¨¦s, le apart¨® del equipo, Gascoigne empez¨® la ca¨ªda en picado frenada ahora por su decisi¨®n de pedir ayuda m¨¦dica.
"Aqu¨ª no hacemos milagros. Paul debe reconocer que la ¨²ltima cerveza que tom¨® es, en verdad, la ¨²ltima. Ya no podr¨¢ ser un bebedor ocasional", ha advertido el psiquiatra Ash Khan, director cl¨ªnico del hospital Priory, una serie de centros especializados en depresiones y alcoholismo que tratar¨¢n al jugador.
Pero Gascoigne no es un caso aislado, sino la culminaci¨®n de una costumbre que hasta hace poco el f¨²tbol brit¨¢nico llevaba a gala: sus jugadores beb¨ªan. Desde el irland¨¦s George Best a Paul Merson, pasando por el recuperado Tony Adams, el capit¨¢n del Arsenal, el f¨²tbol ingl¨¦s est¨¢ lleno de Gascoignes. Pero los muchachos han empezado a cambiar de costumbres con m¨¢s de un sonrojo. La llegada de jugadores y entrenadores franceses, italianos y holandeses ha surtido efecto. Proceden de pa¨ªses donde son informados de los peligros del alcohol y donde suele beberse con menos urgencia.
Muy pocos futbolistas saben qu¨¦ hacer cuando sus piernas ya no responden. Gazza tiene tambi¨¦n un buen ejemplo aut¨®ctono. Paul Merson acudi¨® a la misma cl¨ªnica. Todav¨ªa le duele recordar los malos tiempos, pero ha vuelto a jugar. Para Gascoigne, que ha gritado que ya no es nadie, lo m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ reconocer lo bajo que ha ca¨ªdo. Y sobre todo recordar que, esta vez, su maltratada esposa no ir¨¢ a recogerle del arroyo como sol¨ªa.
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