?Imagen o estilo?
Quien viera a Pascual Gonz¨¢lez cantar, guitarra en ristre, en la clausura de unas jornadas dedicadas a la familia, se sorprender¨ªa del celo musical de los can¨®nigos ante la inminencia de las folclonupcias. Porque aquel acto se celebr¨® en el trascoro de la misma catedral en la que se va a celebrar la boda, y lo presid¨ªa el arzobispo de Sevilla. Una de dos: o quienes deciden entienden, por cuestiones puramente musicales y conocimiento exhaustivo del g¨¦nero, que Pascual Gonz¨¢lez tiene m¨¢s m¨¦ritos para actuar en la catedral que el Coro Rociero de Triana y Los Marisme?os; o bien han cambiado los criterios de entonces a hoy, y se entiende que Arauxo, Morales o Guerrero son m¨¢s adecuados al entorno catedralicio que los c¨¢nticos pseufolcl¨®ricos. Quienes frecuentamos la catedral en la reducida porci¨®n que no es de pago, la Capilla Real, tenemos razones para dudar que se hayan abandonado los ramplones cantos que pretenden atraer y dar participaci¨®n al pueblo por el tan tradicional y eficaz m¨¦todo de insultar a la inteligencia. Aunque un can¨®nigo -como aqu¨ª se dec¨ªa ayer en el art¨ªculo de Francisco Correal- haya dicho que "con todo el respeto para los coros rocieros, es de muy mal gusto en un recinto como la catedral asistir a esos c¨¢nticos a grito pelado, t¨ªpicos del campo, en un ambiente lit¨²rgico", todo parece indicar que ni la est¨¦tica ni la liturgia sean el problema. La est¨¦tica es agraviada diariamente por las vallas, carteles, mozos de seguridad y azafatas que han convertido la catedral en un aeropuerto g¨®tico. El ¨¢mbito lit¨²rgico es lesionado tambi¨¦n a diario cuando desde las diez de la ma?ana casi todo el recinto de culto pasa a ser museo de pago. Reciente est¨¢ tambi¨¦n el esc¨¢ndalo de la cafeter¨ªa, cuesti¨®n menos grave que la del espacio sagrado. No es as¨ª posible dar cr¨¦dito al argumento de la sensibilidad lit¨²rgica, al del cuidado de la simbolog¨ªa de lo sagrado, y ni siquiera al del respeto al monumento. M¨¢s raz¨®n parece descansar en otra afirmaci¨®n del mismo personaje: "Habiendo televisi¨®n de por medio, no podemos dar de la casa de Dios una imagen de pandereta". ?Amigo! (Es exclamaci¨®n, no interpelaci¨®n): he aqu¨ª una raz¨®n de peso. "Habiendo televisi¨®n de por medio" a lo mejor es conveniente hacer lo que nunca se hace, y dar a lo lit¨²rgico su rico sentido simb¨®lico que a lo largo de siglos ha hacinado la relaci¨®n con lo sagrado; y resucitar las grandes composiciones de m¨²sicos de la catedral que se cuentan entre los m¨¢s grandes de la Europa polif¨®nica, en las que lo santo se hace experiencia sensible. Si as¨ª fuera, ser¨ªa cuesti¨®n de lograr que un ret¨¦n de televisi¨®n quedara permanentemente instalado en la catedra, a ver si cesaba su explotaci¨®n muse¨ªstica, resucitaban Arauxo, Escobar, Morales, Ceballos o Pe?alosa, m¨²sicos que fueron de esta catedral que compiti¨® con Roma en el esplendor de su m¨²sica lit¨²rgica. Oigan quienes crean que aqu¨ª se exagera el disco Ave Maris Stella. M¨²sica de la catedral de Sevilla dedicada a la Virgen Mar¨ªa, editado por la Junta de Andaluc¨ªa en su ejemplar colecci¨®n de m¨²sica andaluza. Y lloren.
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