Cristina Almeida se gana a los universitarios

Hab¨ªa venido Cristina Almeida, presidenta de Nueva Izquierda, al campus de Leioa, en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, a un acto de los Estudiantes Progresistas. Vino con Rosa D¨ªez, candidata n¨²mero dos por Vizcaya del PSE-EE, y dio una conferencia: Los j¨®venes y el compromiso pol¨ªtico. Pero, las cosas como son, aquello deriv¨® en una charla que dej¨® las hist¨®ricas de Garc¨ªa Sanchiz reducidas a un balbuceo.

Ella habl¨® de Pinochet y de tregua, de la muerte de Melit¨®n Manzanas y de Blas de Otero, de promiscuidad y de liberaci¨®n, de mujer y de feminismo, de hombres y de igualdad, de Aznar y de Blair, del Pa¨ªs Vasco y de elecciones, de ETA y de pacifismo, de j¨®venes y de maduros... Hizo chistes, cont¨® recuerdos, alab¨® el euskera, atac¨® al PP, pidi¨® el voto socialista, reproch¨® al PNV su posici¨®n en el aborto, habl¨® de su luna de miel y de la Guardia Civil y de su propuesta para que "en el uniforme del cuerpo incluyan la falda premam¨¢". Habl¨®, en fin, del mundo mundial. M¨¢s de lo humano que de lo divino, es cierto.

A su lado, Rosa D¨ªez la escuchaba entre incr¨¦dula, divertida y hasta un punto asustada. Pero Cristina se meti¨® a todos en el bolsillo. Hasta parec¨ªa entender -eran de ver su sonrisa y sus cabezadas de asentimiento- la pregunta que una estudiante le hizo en euskera sobre c¨®mo puede defender la Constituci¨®n en un pa¨ªs que, en su momento, no la acept¨®.

Dicho en euskera y traducido, despu¨¦s, por la misma chica que hab¨ªa hecho la pregunta. Pues... nada. Almeida le agradeci¨® su "generosidad" al traduc¨ªrsela -necesaria traducci¨®n, dicho sea de paso, para poder contes-tarla- y se lanz¨® a una largu¨ªsima defensa de su derecho a venir a Euskadi y el de la estudiante a ir a Madrid o a donde quiera.

Un buen tercio

Rosa D¨ªez terci¨®. Y, al rev¨¦s que en La venganza de Don Mendo, hizo un buen tercio. Sin perder la sonrisa, dijo que la Constituci¨®n fue aprobada en refer¨¦ndum en el Pa¨ªs Vasco. Bien es verdad, reconoci¨®, que hubo una abstenci¨®n muy alta. Pero que el PNV miente cuando dice que la abstenci¨®n es rechazo. Y puso como ejemplo el que en el estatuto de 1933, por la alt¨ªsima abstenci¨®n de ?lava, la derecha quiso impugnar la consulta. "Nuestro primer lehendakari, Jos¨¦ Antonio Agirre, defendi¨® que las votaciones las legitiman quienes votan, no quienes no lo hacen", record¨®. O sea que de rechazo, nada. No fue la ¨²nica ocasi¨®n en que D¨ªez se ech¨® a la arena para quitar a Almeida del peligro. Lo hizo tambi¨¦n cuando ¨¦sta mostr¨® su gozo por el anuncio del Gobierno de "tratar con ETA" -rebaj¨® el gozo a "preocupaci¨®n y desconfianza"- y hasta para apuntarle lo que quiere decir EH:

- Es que no me sale...

- Euskal Herritarrok.

- Ya, ya, pero no me sale.

?Y qu¨¦? Como dec¨ªa ella: "Lo importante es que nos entendamos tan bien y que estemos tan a gusto". Bien mirado, es cierto.