Eva pasa

Gaulier es maestro de payasos y de mimos, de actores de la Commedia dell"Arte, en la Escuela Lecoq, de Par¨ªs; tambi¨¦n se ense?a all¨ª a escribir para el teatro, aunque no creo, por c¨®mo es el texto que firma para esta funci¨®n, que sea ¨¦l quien lo ense?a; y es mas probable que haya tomado ¨¦l algunas lecciones.De este maestro sale la interpretaci¨®n sobreactuada de Nathalie Sese?a, donde el gesto ampuloso del que explica con los brazos y con las manos, de la ret¨®rica del mimo, se une con una voz incesante y llamativa, cantarina, con la que se huye de la monoton¨ªa. El mon¨®logo busca tambi¨¦n otros elementos de diversi¨®n o de relatos dentro del relato. Se puede ver mas bien como un ejercicio de escuela o de una aplicaci¨®n de la dramaturgia, que como una obra de creaci¨®n, pensada y realizada desde la altura de la literatura dram¨¢tica.

La historia que cuentan es la de Eva. No solo la desgraciada madre de todos a la que se infligi¨® la prohibici¨®n y el castigo, sino de una manera global y gen¨¦rica, la historia de la mujer, en la que aparecen tambi¨¦n algunas ilustraciones de Ant¨ªgona y de Mar¨ªa (la de Jos¨¦, la mujer del carpintero, tan aburrido, dicen en la obra: siempre hablando de la madera...).

Es una pieza feminista antigua implacable. Digo antigua por c¨®mo sit¨²a la enemistad hombre-mujer como un absoluto, dentro de la cual el hombre es intr¨ªnsecamente malo y la mujer buena y v¨ªctima. Las chicas r¨ªen y aplauden mucho, los chicos hacen como que est¨¢n de acuerdo en el panfleto, o quiz¨¢ lo est¨¦n realmente. Y entre todos aprecian el esfuerzo de la actriz y del autor complaciente.