Operaci¨®n ruina
Todo empez¨® hace 400 a?os: un feligr¨¦s piadoso y rico de Fuencarral regal¨® al cura de su pueblo un pedazo de tierra a cambio de que rezara por ¨¦l eternamente. Aquella antigua donaci¨®n constituye ahora parte de un gran solar oculto tras una tapia en la plaza de Castilla, convertido en el epicentro de una operaci¨®n urban¨ªstica a gran escala y fracasada de manera extra?a. Un galimat¨ªas alimentado de ambici¨®n, millones, orgullo y muchos refranes. Los ingredientes son explosivos: un presidente regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, dispuesto a erigir en el solar un Palacio de Justicia y un rascacielos; 30 herederos, no del cura, sino de quien fuera el due?o de la tierra en los a?os veinte, deseosos de ganar una millonada con los planes de la Comunidad; una constructora, Ferrovial, que se mete por medio con la intenci¨®n de ara?ar algo y que tienta a los descendientes con m¨¢s dinero, y un arzobispado que tambi¨¦n ha reclamado su parte. Al final, no se levantar¨¢ el palacio ni se repartir¨¢n millones. Primer refr¨¢n: "Entre todos la mataron y ella sola se muri¨®".A finales de los a?os veinte, el Canal de Isabel II instala sus dep¨®sitos en 60.000 metros cuadrados y seis campos de f¨²tbol en esta plaza al norte de la ciudad. Para ello, expropia el suelo a sus propietarios: el bisabuelo de los actuales herederos y el arzobispado, que conservaba, sin saberlo, la parcela legada por el primer propietario y especulador de la zona, el feligr¨¦s que entreg¨® terrenos para salvar su alma.
El tiempo volvi¨® in¨²tiles las instalaciones del Canal, que ahora s¨®lo sirven para bombear agua en caso de emergencia a un peque?o barrio de Arturo Soria. Los ojos de los que saben de urbanismo se clavaron golosos en esos 60.000 metros cuadrados inservibles en una de las entradas m¨¢s nobles de la capital. Pero la Comunidad, que gestiona el Canal, advirti¨®: "alto ah¨ª, el suelo es m¨ªo y s¨®lo se podr¨¢ edificar si yo lo permito"; los herederos a?adieron: "si usted lo vende, nos corresponde una parte de la tarta, ya que la expropiaci¨®n, forzosa, se debi¨® al uso p¨²blico del terreno, y si ese uso cambia, tenemos derecho a una indemnizaci¨®n". En la jerga legal: derecho de reversi¨®n.
El 16 de octubre, Ruiz-Gallard¨®n anuncia solemnemente que el terreno acoger¨¢ en los pr¨®ximos a?os un Palacio de Justicia. Y a?ade que, tras un a?o entero de reuniones, los herederos est¨¢n de acuerdo en recibir 2.500 millones por renunciar para siempre a la tierra de su bisabuelo. Para pagar el palacio y a los reversionistas (los herederos), el Gobierno regional vender¨¢ por 9.000 millones una parte del suelo (5.000 metros cuadrados) a Repsol, que levantar¨¢ un rascacielos. El solar dejaba de estar prisionero de su antiguo uso.
No todos los herederos, la mayor¨ªa de clase media alta, se jugaban lo mismo: una parte de la famila, afincada en Barcelona, compuesta por dos hermanos, Carmen y Jaime Suri?at, y la esposa del padre de ¨¦stos, Rosa Benet, re¨²nen casi el 50% de todo el terreno, y por tanto, casi el 50% de los prometidos 2.500 millones. El ¨¢rbol geneal¨®gico de la otra parte de la famila, la madrile?a, mucho m¨¢s frondoso, obligaba a un reparto menos suculento. "Un pariente madrile?o leg¨® los derechos a 20 primos, con lo que el n¨²mero se dispar¨®", explica Luis Medrano, uno de los abogados que llevaban el caso.
Todo parec¨ªa marchar sobre ruedas, pero el 21 de septiembre saltaba a la prensa que los herederos llevaban meses negociando con Ferrovial y que cuatro de ellos, que reun¨ªan un 10% del suelo, seg¨²n la Comunidad, hab¨ªan vendido a esta empresa sus derechos de reversi¨®n. La constructora ofrec¨ªa por el total 400 millones m¨¢s que el Gobierno regional si la operaci¨®n sal¨ªa bien y 40 millones a fondo perdido. Las intenciones de la empresa, no confesadas por ¨¦sta, seg¨²n fuentes cercanas a los herederos, era hacerse con todo el paquete para construir el rascacielos. La de los herederos, ganar m¨¢s. A primera vista, un caso m¨¢s de oferta y demanda; pero las mismas fuentes aseguran que, desde ese momento, Ruiz-Gallard¨®n se desilusion¨®: la opini¨®n p¨²blica no entender¨ªa muy bien que la Comunidad regateara por unos terrenos, por muy Palacio de Justicia que se quisiera levantar encima.
El consejero de Obras P¨²blicas, Luis Eduardo Cort¨¦s, asegur¨® que no consentir¨ªa "la especulaci¨®n" y lanz¨® un ultim¨¢tum: emplaz¨® a todos los due?os de los derechos el 28 de octubre para firmar el convenio por los 2.500 millones. O ven¨ªan todos, o romp¨ªa la baraja. Se construir¨ªa un parque y los descendientes ver¨ªan c¨®mo se esfumaban sus millones, ya que el suelo seguir¨ªa teniendo un uso p¨²blico.
Lleg¨® el d¨ªa definitivo. Un pu?ado de herederos de un bisabuelo terrateniente iba a decidir el futuro de un esquinazo enorme de la plaza de Castilla. Jordi Fullat, abogado de la parte catalana, asegura que a la hora fijada, las cinco de la tarde, se encontraban en la notar¨ªa todos los reversionistas o sus representantes, a excepci¨®n de una se?ora de Huesca con una participaci¨®n ¨ªnfima, con el bol¨ªgrafo preparado para dejar zanjada la cuesti¨®n. Ferrovial tambi¨¦n estaba de acuerdo. Acudi¨® hasta un despabilado que reclamaba, sin papeles, la parte del arzobispado. Pero el letrado catal¨¢n se olfateaba algo oscuro: "Nos avisaron precipitadamente, sin explicaciones, yo tuve que ir desde Barcelona de repente, como si la Comunidad ya no quisiera sacar eso adelante. Es m¨¢s: los sus representantes se fueron muy r¨¢pido, diciendo que hab¨ªa una rueda de prensa de Cort¨¦s".
Era cierto. A las siete de la tarde, el consejero de Obras P¨²blicas aseguraba que todo se iba al traste, que los ni?os de la plaza de Castilla jugar¨ªan en un parque nuevo y que s¨®lo hab¨ªan acudido a la cita un grupo de reversionistas con un 40% del suelo. Cort¨¦s, a la hora de recordar a los herederos y las ofertas suculentas de Ferrovial, pronunci¨® el segundo refr¨¢n de esta historia: "M¨¢s vale p¨¢jaro en mano que ciento volando". Un colaborador de alguno de los reversionistas replicaba el viernes que era "humano y leg¨ªtimo" atender otras proposiciones, y remat¨® con el cuarto refr¨¢n del cuento: "En mi hambre mando yo". Fullat ha reconocido que la irrupci¨®n de Ferrovial "ha perjudicado la operaci¨®n porque se ha liado todo". El abogado catal¨¢n apel¨® el viernes al sentido com¨²n para que todo se enderece. "Estamos dispuestos a volver para firmar por los 2.500 millones, ha habido muchos malentendidos en esta historia, y que conste que, si se hace el parque, tambi¨¦n tenemos derecho a indemnizaci¨®n, pero ahora se trata de arreglar el asunto". Y para demostrarlo, Fullat recurri¨® a la quinta frase hecha del embrollo: "Volveremos, como se dice en Catalu?a, con el cirio en la mano" (de forma sumisa y pac¨ªfica).
A todo esto, ?qu¨¦ pas¨® con el arzobispado? Hasta ahora, se ha limitado a enviar a la Comunidad una carta en la que, con ambig¨¹edad, advierte de que se le "tenga en cuenta en el expediente". Esto ocurri¨® despu¨¦s de que el abogado Luis Medrado acudiera hace meses a explicar a los religiosos que un parroquiano les hab¨ªa legado, 400 a?os atr¨¢s, el 10% de un solar por el que cualquier tibur¨®n financiero matar¨ªa. Aquel d¨ªa, el representante del arzobispado que habl¨® con Medrano, para explicar las pocas ganas que ten¨ªa la Iglesia de meterse en pleitos, pronunci¨® una frase que, aunque no es refr¨¢n, ahora se vuelve premonitoria: "Si hemos esperado 400 a?os, bien podremos esperar 400 m¨¢s".
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