El Giro 99 homenajea a los escaladores
29 puertos, cinco finales en alto, seis etapas de alta monta?a y s¨®lo 76 kil¨®metros contrarreloj
"Creo, sinceramente, que os hab¨¦is pasado con la monta?a". Marco Pantani, casi sorprendido por la generosidad de los suyos, dijo ayer OK al recorrido del Giro de 1999, un trazado que, al rev¨¦s del Tour, no busca coronar al corredor m¨¢s completo y regular sino al m¨¢s espectacular, al escalador nato: 29 puertos, cinco finales en alto, seis grandes etapas de monta?a, demasiados kil¨®metros a favor de los ligeros amantes de la escalada que s¨®lo podr¨¢n contrarrestar los grandes rodadores con 76 kil¨®metros contrarreloj en dos etapas. Un d¨ªa deslumbra por encima de todos: el ¨²ltimo s¨¢bado, v¨ªspera de la llegada a Mil¨¢n, un tappone dolom¨ªtico con el Tonale, el Gavia (2.631 metros, cima Coppi), el Mortirolo y el Valico Santa Cristina, el mismo trazado que hundi¨® a Abraham Olano en 1996.El Giro se iniciar¨¢ el s¨¢bado 15 de mayo, con una etapa en l¨ªnea en Agrigento (Sicilia) y concluir¨¢ el domingo seis de junio con un sprint masivo en Mil¨¢n. Exactamente las mismas fechas de 1993, el segundo de Miguel Indur¨¢in, el ¨²ltimo ganado por un espa?ol. "Este recorrido reclama a Jim¨¦nez", dijo Eusebio Unzue, director del Banesto. "A Jim¨¦nez y a toda la armada espa?ola, Heras, Blanco y compa?¨ªa". En realidad, el Giro no hace m¨¢s que repetirse a s¨ª mismo. La dureza de su trazado no es un homenaje populista a la raza de corredores que causa furor desde que Pantani demostr¨® que pod¨ªan ganar el Tour y desde que Jim¨¦nez alborot¨® a la afici¨®n espa?ola en la ¨²ltima Vuelta. Es un trazado del mismo cariz que el que se le atragant¨® a Abraham Olano en 1996 (victoria del escalador P¨¢vel Tonkov), que el que coron¨® al m¨ªnimo Iv¨¢n Gotti (1997), que el que abrum¨® a Alex Z¨¹lle (1998). Incluso, en t¨¦rminos absolutos, m¨¢s ligero: 26.200 metros de desnivel total frente a 26.400 en 1998 y 28.300 en 1997. Pero el reparto de los m¨¢s de 26 kil¨®metros de ascensi¨®n, y su porcentaje, ser¨¢ lo que marque la diferencia. Y para una gran lucha entre los grandes corredores de pruebas por etapas italianos o de equipos italianos (Pantani, Tonkov, Gotti, Piepoli, Guerini) y la generaci¨®n joven espa?ola, tambi¨¦n de hombres ligeros (Jim¨¦nez, Heras, Blanco, Marcelino Garc¨ªa).
La primera semana ya ofrecer¨¢ dos llegadas en alto. En la quinta etapa, Monte Sirino, un puerto sin fin (casi 22 kil¨®metros) y muy tendido (3,5% de pendiente media), en el que gan¨® Cubino en 1995; y la octava, el Gran Sasso de Italia, en los Apeninos centrales, una subida muy dura (15 kil¨®metros al 6,5%, pero los cuatro ¨²ltimos al 10%) que inaugur¨® el fallecido espa?ol Vicente L¨®pez Carril en 1971. El d¨ªa siguiente, domingo 23, se disputa la primera contrarreloj (31 kil¨®metros rompepiernas por Ancona) y dos d¨ªas despu¨¦s (tras pasar por Sansepolcro, donde Indur¨¢in gan¨® la contrarreloj del Giro 92) rinde visita a Cesenatico, la ciudad de El Pirata, otro homenaje.
Pero todav¨ªa queda todo lo bueno. Nombres y lugares que traen a la memoria reciente haza?as y sufrimientos. El domingo 30 de mayo se rinde visita al santuario de Oropa, all¨ª donde la alergia y el desaforado ataque de Ugrumov casi acaban con Indur¨¢in en 1993. El mi¨¦rcoles es la segunda contrarreloj, 45 kil¨®metros en el circuito del Mundial de Treviso. Y el jueves se desencadena el gran fin de semana dolom¨ªtico: inicio con llegada a Alpe di Pampeago (victoria de Tonkov en 1998), visita, el viernes, a Madonna di Campiglio, hasta ahora s¨®lo para esquiadores, y traca final con Gavia y Mortirolo. Excesivo, como dijo Pantani, el mejor escalador del mundo.
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