Clinton anula su viaje a Asia para evaluar la crisis

Bill Clinton aplaz¨® anoche su viaje a Malasia y orden¨® al vicepresidente Al Gore que fuera en su lugar, en una clara muestra de que no consideraba cerrada la crisis con Irak. En vez de subir al Air Force One para viajar a la cumbre econ¨®mica de los pa¨ªses del Pac¨ªfico, prefiri¨® quedarse en el War Room de la Casa Blanca. La carta enviada por Irak a Kofi Annan no le parec¨ªa suficiente y no descartaba ordenar el desencadenamiento de un ataque militar contra el pa¨ªs ¨¢rabe.

Washington se despert¨® con la noticia de que Kofi Annan lo hab¨ªa conseguido de nuevo: Sadam Husein volv¨ªa a envain¨¢rsela y aceptaba el regreso incondicional a Irak de los inspectores de la ONU. No era otra cosa lo que ped¨ªa EE UU para no darle un garrotazo, as¨ª que la tensi¨®n laboriosamente construida en los ¨²ltimos d¨ªas por los propagandistas de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pent¨¢gono, con el entusiasta apoyo de CNN, comenz¨® a bajar de inmediato.

La Casa Blanca, no obstante, hizo p¨²blicas sus muchas sospechas. "El compromiso de Sadam debe ir seguido de inmediato de acciones concretas y demostrables", declar¨® David Leavy, portavoz del ConsejoNacional de Seguridad. A la espera de esas acciones, a?adi¨® Leavy, EE UU continuar¨¢ reforzando su presencia militar en el Golfo y no descartar¨¢ la posibilidad de atacar Irak.

La tercera entrega en un a?o de la crisis de los inspectores ha sido una copia de las dos anteriores. Todo comienza cuando Sadam plantea un ¨®rdago; sigue cuando EE UU pica el anzuelo y despliega un gran aparato b¨¦lico, y termina cuando, en el ¨²ltimo minuto, Sadam se echa atr¨¢s y deja a Clinton con el fusil en las manos. El problema iraqu¨ª necesita un nuevo guionista. La crisis se desinflaba ayer del mismo modo que las dos anteriores. Pero la Casa Blanca hac¨ªa saber que desconfiaba como nunca de las promesas de Sadam y en especial del anexo a la carta enviada a Annan, que le parec¨ªa una lista de condiciones.