Las tres capitales vascas han sacrificado a cerca de 20.000 palomas en los ¨²ltimos cinco a?os
Los ayuntamientos de las tres capitales vascas mantienen desde hace cinco a?os una pol¨ªtica com¨²n para controlar la poblaci¨®n de palomas que anidan y viven en el entorno urbano. Desde entonces han conseguido estabilizar el n¨²mero de aves mediante capturas peri¨®dicas que han supuesto el sacrificio de cerca de 20.000 animales por una empresa profesional que trabaja para las tres instituciones locales. Este tipo de control demogr¨¢fico de las aves no ha estado exento de cr¨ªticas por parte de grupos ecologistas, que abogan por otras alternativas menos dr¨¢sticas.
Sin embargo, los motivos de estas actuaciones los sintetiza Jos¨¦ Manuel Etxaniz, director de Sanidad del Ayuntamiento donostiarra, en tres puntos. "Ocasionan problemas ciudadanos, ya que anidan en balcones y lugares inapropiados; deterioran con sus restos org¨¢nicos los monumentos y edificios urbanos, y crean riesgos de salud p¨²blica, ya que est¨¢n parasitadas por insectos que pueden llegar a transmitir enfermedades a las personas", se?ala. Juan Jos¨¦ Est¨ªbalez, director del departamento de Sanidad de Vitoria resalta el gran n¨²mero de quejas que se reciben por parte de comunidades de vecinos "por el dep¨®sito de excrementos en canalones y suciedad en los inmuebles". El responsable sanitario de Bilbao, Francisco Dehesa, considera que deben ser las comunidades de propietarios las encargadas de realizar un mantenimiento de los edificios para evitar estos problemas. Precisar el coste de los da?os en edificios p¨²blicos y privados directamente imputables a los excrementos de las palomas resulta tarea imposible, pero los t¨¦cnicos aseguran que es uno de las principales causas de su deterioro, en uni¨®n del sol, la lluvia y el hielo. Consideradas por los especialistas una plaga potencial, similar a las ratas o las termitas, las tres capitales cuentan en la actualidad con una poblaci¨®n global cercana a las 20.000 palomas. Aunque precisar su n¨²mero es dif¨ªcil, se calcula que en Bilbao viven cerca de 12.000 aves, en San Sebasti¨¢n 3.000, y 4.000 m¨¢s en Vitoria, cifras que var¨ªan seg¨²n las estaciones del a?o. La empresa veterinaria encargada de las capturas realiza dos o tres actuaciones anuales, desarrolladas con lanzaderas de red, en las que se caza a cerca de un millar de individuos en cada ocasi¨®n. La mayor parte de las aves apresadas son sacrificadas mediante el sistema de c¨¢mara de gas con anh¨ªdrido carb¨®nico, en instalaciones municipales acondicionadas para tal efecto. Los puntos en los que se concentra la mayor poblaci¨®n de aves son las partes viejas de las ciudades, principalmente en Vitoria y Bilbao. Los responsables municipales coinciden en censurar que los ciudadanos alimenten a estos animales. "Sin comida proliferar¨ªan menos", se?ala Francisco Dehesa. En San Sebasti¨¢n existe incluso una ordenanza que proh¨ªbe dar de comer a los animales abandonados." Desde luego, las palomas nuestras lo son", subraya Etxaniz. La soluci¨®n para evitar la superpoblaci¨®n pasa, seg¨²n los especialistas municipales, por instalar palomares como el existente en el parque de Arriaga de Vitoria, "ya que permiten controlar una poblaci¨®n de cincuenta individuos para disfrute y solaz de grandes y chicos", sostiene el t¨¦cnico donostiarra.
Ratas con alas
Juan Manuel Etxaniz detalla que las palomas "llevan en sus heces un producto que resulta corrosivo y puede llegar a taladrar el metal, las carrocer¨ªas de los veh¨ªculos y, por supuesto, las piedras de los monumentos y edificios". Este veterinario guipuzcoano pone de relieve que otro de los riesgos centrado en la salmonela que transportan en alg¨²n caso y que pueden transmitir a los seres humanos. La palomas urbanas se organizan en bandadas que pueden congregar a grupos que van de los seis a los cincuenta individuos. "Estos grupos est¨¢n perfectamente jerarquizados, sus individuos viven en parejas estables y producen hasta ocho nidadas al a?o de dos polluelos en las ciudades", se?ala. Precisamente esta gran capacidad de reproducci¨®n en el medio urbano, donde no tienen un depredador natural, puede provocar "un aut¨¦ntico desequilibrio ecol¨®gico". "El premio Nobel de Etolog¨ªa, el austr¨ªaco Lorenz, las consideraba como ratas con alas, y efectivamente, esa definici¨®n es muy acertada", concluye Etxaniz refiri¨¦ndose a la forma como las palomas llegan a convivir con los humanos.
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