El retorno de la educaci¨®n
A lo largo de un agotador fin de semana, he tenido la suerte de o¨ªr hablar de educaci¨®n a la ministra Esperanza Aguirre y al presidente de la CAM, Ruiz-Gallard¨®n; al ministro Piqu¨¦ y al secretario de Estado de Educaci¨®n de los Estados Unidos, Richard W.Riley, estos dos ¨²ltimos con motivo del IV Foro Hispano-Americano. Mi resumen es el eslogan que encabeza esta columna: el regreso de la educaci¨®n a las prioridades de la agenda pol¨ªtica, que, no obstante, se realiza a veces por la puerta trasera de la pol¨ªtica de empleo o de las demandas de I+D. Hoy, en los Estados Unidos -dice enf¨¢ticamente Riley- (...) la educaci¨®n es la palabra m¨¢s poderosa de nuestro vocabulario pol¨ªtico.La educaci¨®n fue prioridad pol¨ªtica desde los a?os 40 hasta bien entrados los 70 como consecuencia de muchos factores. La predisposici¨®n de los Gobiernos socialdem¨®cratas como garant¨ªa de igualdad de oportunidades en el marco del pacto social keynesiano, la creciente demanda popular de educaci¨®n, la r¨¢pida absorci¨®n de los titulados por el mercado y, last but not least, la legitimaci¨®n que a todo ello dio la teor¨ªa, reci¨¦n descubierta, del capital humano.
Los a?os 70 y 80 generaron un vuelco liderado por Reagan y Thatcher. La crisis fiscal del Estado y la ideolog¨ªa privatizadora, por no hablar del alto desempleo de los titulados, llevaron a un frenazo en el gasto p¨²blico en educaci¨®n y, en no pocas ocasiones, a un desmantelamiento de los sistemas p¨²blicos, acusados de gastadores cuando no de depredadores del presupuesto. Riley recordaba que hace pocos a?os eran muchos los que en Estados Unidos propon¨ªan nada menos que abolir el Departamento de Educaci¨®n.
Pues, bien, la situaci¨®n vuelve a cambiar y la educaci¨®n es hoy prioridad en la pol¨ªtica de Clinton, en la de Blair y en la de Schr?der, es prioridad en Francia y, de creer a los dos ministros citados, deber¨ªa serlo pronto tambi¨¦n en Espa?a. Sin embargo, veinte a?os no pasan en vano y se trata de otra educaci¨®n con otras prioridades. ?En qu¨¦ sentido?
Para comenzar, la globalizaci¨®n incorpora a la agenda educativa d¨¦ficits de formaci¨®n b¨¢sica y, en primer lugar, el aprendizaje de idiomas extranjeros. Creo -ha dicho Clinton- que m¨¢s y m¨¢s j¨®venes cuyo primera lengua no es el espa?ol deben aprender a hablar espa?ol... En una econom¨ªa global, esto nos ayudar¨¢ mucho. Aprendizaje del espa?ol en Estados Unidos, en Francia o en Brasil -una gran oportunidad para Espa?a-, pero por supuesto aprendizaje del ingl¨¦s en todo el mundo y de otros idiomas en regiones espec¨ªficas.
En segundo lugar, otro modo de educar. Se estima que el stock de conocimientos se dobla cada 15 a?os. De otra parte, la inestabilidad de las biograf¨ªas laborales y los procesos constantes de reconversi¨®n tecnol¨®gica hacen que se acabe trabajando en temas muy distantes de aquellos donde se comenz¨®. Ello trastorna por completo las relaciones entre formaci¨®n inicial y formaci¨®n continua. ?sta es cada vez m¨¢s importante, y lo vemos en la proliferaci¨®n no ya de cursos formales de reciclaje sino de seminarios, simposios o congresos, por no hablar de la de revistas cient¨ªficas o t¨¦cnicas; nos pasamos media vida actualizando informal y espont¨¢neamente conocimientos y adquiriendo otros nuevos. Pero, por ello mismo, la formaci¨®n inicial debe ser, mucho m¨¢s que antes, b¨¢sica y fundamental, ense?ando sobre todo a aprender por uno mismo.
En tercer lugar, desde luego, otra financiaci¨®n. Es claro que el principal beneficiario de la educaci¨®n es el educando y ello le debe suponer alg¨²n coste. El Informe Dearing, del Reino Unido, o el Attali en Francia, ambos sobre la financiaci¨®n universitaria, son buenos ejemplos de f¨®rmulas de financiaci¨®n alternativas, pero tambi¨¦n, frecuentemente, adicionales.
Y, en cuarto y ¨²ltimo lugar, volvemos a la idea ya cl¨¢sica de que en la sociedad del conocimiento, y al menos para los pa¨ªses desarrollados, el capital humano es casi todo el capital. En la mayor¨ªa de los productos, el coste del intangible supera con creces el de su producci¨®n f¨ªsica. Y, si el principal negocio es el D del I+D, se impone revisar en profundidad la pol¨ªtica tecnol¨®gica y cient¨ªfica.
Por citar de nuevo a Riley, la era de la informaci¨®n es la era de la educaci¨®n y por ello una mejor educaci¨®n es everybody?s business, entendiendo business en su doble sentido de actividad y negocio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.