En la estela del cine
Hasta hace muy poco, los ¨²nicos programas culturales realmente entretenidos eran los de cine. Cuando los v¨ªdeoclips se convirtieron en minipel¨ªculas, tambi¨¦n la m¨²sica consigui¨® tener espacios e incluso cadenas estimulantes. En literatura ha habido intentos m¨¢s o menos fallidos y en arte, exceptuando el hist¨®rico Metr¨®polis o los tambi¨¦n remarcables programas que en su d¨ªa realiz¨® Paloma Chamorro, los resultados casi siempre han sido decepcionantes. El caso de los magazines culturales es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. Te+, programa cultural que Canal+ transmite en abierto, tiene el acierto de utilizar al m¨¢ximo los avances infogr¨¢ficos y la est¨¦tica del collage. La alianza de la televisi¨®n y el ordenador permite dotar a las im¨¢genes est¨¢ticas del dinamismo que requiere el medio y tambi¨¦n introduce, a trav¨¦s del humor, una distancia inteligente con los temas que se plantean.Te+ dedic¨® su ¨²ltimo programa a Magritte y el surrealismo. La exposici¨®n retrospectiva que la Fundaci¨®n Mir¨® de Barcelona dedica al artista surrealista belga con motivo del centenario de su nacimiento fue s¨®lo la excusa para hablar en general del movimiento surrealista y de la figura de Magritte. Como invitados de lujo, el espacio cont¨® con la presencia del pintor Eduardo Arroyo y el catedr¨¢tico y cr¨ªtico de EL PA?S Francisco Calvo Serraller. La charla en el estudio -que cuenta con un decorado un poco forzado en su intento de ofrecer una imagen de modernidad- result¨® un tanto desaprovechada. No parec¨ªa, o no se apreciaba claramente, que hubiera un di¨¢logo entre los dos invitados y la distancia f¨ªsica que les separaba con el moderador, Angel S. Harguindey, otorgaba mayor artificiosidad al debate. Pese a lo interesante de algunas de las intervenciones -Arroyo sugiri¨® que el pintor surrealista m¨¢s interesante era Max Ernst y no Magritte o Dal¨ª, pero no pudo desarrollar su tesis, y Calvo situ¨®, por ejemplo, la obra del belga en el terreno literario- , lo m¨¢s sugerente fueron los montajes de v¨ªdeo, igualmente cortos. Las im¨¢genes hist¨®ricas, fragmentos de filmes o manipulaci¨®n de las obras de Magritte supieron a poco. Como un apertitivo suculento fueron tambi¨¦n los m¨ªnimos fragmentos de entrevista con el artista extraidos de un CD-ROM. Excelente el reportaje sobre la utilizaci¨®n que la publicidad ha realizado de las im¨¢genes surrealistas. Y El mundo perdido de los surreasaurios, del equipo de Fast Food, logr¨® alguna sonrisa. El arte de la televisi¨®n est¨¢ mejorando la manera de tratar las bellas artes, pero a¨²n le falta mucho cine por recorrer.
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