Franco enga?¨® a los aliados y evit¨® que se expropiaran las empresas de seguros nazis
Franco enga?¨® a los aliados al terminar la II Guerra Mundial y protegi¨® los importantes intereses que el III Reich ten¨ªa en Espa?a en el sector asegurador. Pese a que los aliados obligaron a expropiar las 18 compa?¨ªas de seguros alemanas que operaban en Espa?a, la mayor¨ªa de ellas retornaron a sus antiguos propietarios mediante ventas ficticias a testaferros espa?oles, seg¨²n se?ala un informe elaborado por la comisi¨®n espa?ola sobre el oro nazi que preside Enrique M¨²gica y que se har¨¢ p¨²blico la pr¨®xima semana en Washington.En Espa?a no existi¨® un problema de impago generalizado de p¨®lizas, no entr¨® oro a trav¨¦s de las aseguradoras ni se presentaron reclamaciones de miembros de la comunidad jud¨ªa, salvo la del espa?ol Raimundo Cohen Abastado, empleado de la Victoria de Berl¨ªn que fue despedido sin otro motivo que el de las "leyes racistas de Hitler", seg¨²n la protesta que present¨® en 1938 al Gobierno espa?ol y que no fue atendida.
El informe deja bien claro que los aliados fueron los "principales perjudicados" del proceso de intervenci¨®n, expropiaci¨®n y adjudicaci¨®n de las aseguradoras alemanas que operaban en Espa?a, un pa¨ªs donde el nazismo estableci¨® un gigantesco imperio financiero.
Las empresas de seguros, al igual que el resto de los bienes alemanes establecidos en Espa?a, fueron bloqueados por la presi¨®n aliada, pero al final solamente cay¨® en su poder el 7,5% de los 50 millones de pesetas de la ¨¦poca en que se valor¨®, "de forma muy prudente", el capital expropiable de esas 18 aseguradoras. Para evitar que estas empresas alemanas cayeran en manos de los aliados, las autoridades espa?olas autorizaron actuaciones irregulares que favorecieron a los testaferros espa?oles que figuraban como accionistas de esas compa?¨ªas y a los alemanes.
El informe, dirigido por el profesor de Historia Econ¨®mica Pablo Mart¨ªn Ace?a, destaca que las empresas de capital mixto hispano-alem¨¢n lograron reducir la parte expropiable mediante ampliaciones de capital, disminuyeron la presencia germana en los ¨®rganos de gobierno y consiguieron mantener el funcionamiento de la empresa.
"La adjudicaci¨®n, cuando se produjo, recay¨® sobre los accionistas espa?oles, a veces testaferros del capital alem¨¢n, por un precio asombrosamente favorable que se complet¨®, bajo cuerda, con donaciones, especialmente al Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas", dice el informe espa?ol.
El caso Plus Ultra
?se es el caso de Plus Ultra, una de las 10 principales compa?¨ªas de la ¨¦poca, cuyo capital pertenec¨ªa, en un 98%, a las alemanas Allianz y Munchener y cuyas extra?as maniobras para no ser expropiada se deb¨ªan, en opini¨®n de los aliados, "a un intento de encubrir un importante inter¨¦s alem¨¢n"."Los que compraron las acciones de Plus Ultra eran verdaderos hombres de paja de los propietarios alemanes, lo cual contrari¨® sobremanera a los aliados. Adem¨¢s, la compa?¨ªa consigui¨® que la adjudicaci¨®n no se llevara a efecto. Detuvo el proceso legal el tiempo suficiente para que a partir de 1952, con el cambio de la situaci¨®n legal y pol¨ªtica de los bienes alemanes en Espa?a, la compa?¨ªa retornase de iure a sus anteriores propietarios", dice el informe elaborado por Esperanza Frax y Mar¨ªa Jes¨²s Matilla, profesoras de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
En el caso de Plus Ultra la ficticia ampliaci¨®n de capital redujo el capital alem¨¢n del 98% al 48%. Al sacar a subasta la parte expropiable de la compa?¨ªa, ¨¦sta, "por supuesto", se redujo a ese 48% . Se presentaron dos concursantes: la compa?¨ªa de seguros Cervantes, del grupo Fierro, y un grupo de accionistas mayoritario de la propia Plus Ultra encabezado por Antonio Satr¨²stegui y en el que figuraba Antonio Garrigues y D¨ªaz-Ca?abate, que al mismo tiempo representaba a los aliados en las negociaciones de Sofindus, el holding de empresas nazis en Espa?a.
El informe dice que cuando la aseguradora era poderosa consegu¨ªan que la expropiaci¨®n no se efectuara nunca. "Pero si se vend¨ªa una parte, las compa?¨ªas alemanas se hac¨ªan con la porci¨®n expropiada a trav¨¦s de hombres de paja". As¨ª, destaca que hubo tanta picaresca que s¨®lo 4 de las 18 compa?¨ªas fueron intervenidas
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