Honores para una leyenda
Miguel Gallastegui (Eibar, 1918) toc¨® la gloria el 28 de noviembre de 1948 y 50 a?os despu¨¦s ense?a con orgullo dos manos poderosas e implacables que marcaron una ¨¦poca en la pelota. Aquel d¨ªa destron¨® al glorioso Mariano Juaristi Atano III (22-6) en la final del Manomanista y sus paisanos tomaron la calle de forma espont¨¢nea para rendir honores al h¨¦roe. El homenaje se repite hoy, medio siglo m¨¢s tarde, en el Astelena de Eibar para ensalzar la figura de uno de los pelotaris m¨¢s brillantes de la historia. "Tengo el coraz¨®n que revienta de felicidad porque no esperaba que despu¨¦s de tanto tiempo se acordaran de m¨ª, de un pelotari viejo", asegura un hombre con las hechuras de un gal¨¢n de Hollywood. En su tiempo fue descrito como una monta?a de m¨²sculos, y hoy a¨²n conserva la armon¨ªa de un cuerpo majestuoso, la potencia tranquila en sus brazos, la dulzura de sus ojos claros y la calma en la palabra convincente. Miguel Gallastegui fue genio y figura dentro y fuera de las canchas, y asisti¨® con serenidad a su retirada en 1960 -"estando a¨²n en plena forma", apostilla- tras haber logrado tres campeonatos (1948, 1949 y 1950) y redondear su trayectoria con haza?as ¨¦picas. Para muchos es el gran campe¨®n, pero ¨¦l cita de repente a Atano III, Akarregi, Azkarate, Soroa y los Retegi ("no me acuerdo de todos") para situarles en el mismo escalaf¨®n: "Todos han sido unos pelotaris extraordinarios, cada uno en su momento. Y yo puedo dar fe de ello porque les he visto a todos. Otros, en cambio, sentencian con demasiada ligereza sobre ¨¦ste o aqu¨¦l sin haberles siquiera conocido. Ya me hubiera gustado a m¨ª ver a cualquier pelotari actual restando un saque de Atano III. A¨²n me pongo nervioso s¨®lo con pensarlo". "Me dio pena ganarle a Atano III porque era un mito para nosotros", recuerda hoy. La del 48 fue una final "memorable", aunque antes de esa fecha "yo ya hab¨ªa logrado muchos ¨¦xitos como pelotari. Durante algunos a?os rechac¨¦ jugar el campeonato porque no llegaba a un acuerdo econ¨®mico con la empresa, pero finalmente decid¨ª jugarlo en 1948 por orgullo". Las cr¨®nicas de la ¨¦poca glosaron sin escatimar elogios sus proezas en el mano a mano, jugando s¨®lo contra una pareja, a parejas contra un tr¨ªo o a zurdas contra dos. De alguna forma hab¨ªa que nivelar los partidos para compensar su superioridad. "Recuerdo de manera especial el partido que jugu¨¦ dos d¨ªas despu¨¦s en solitario contra los hermanos Ubilla", a quienes venci¨®. Y cita como si fuera ayer el partido que gan¨® haciendo pareja con Atano III a Onaindia y Cortabitarte en el front¨®n Recoletos de Madrid y el mejor partido a zurdas jam¨¢s celebrado que le enfrent¨® a Zurdo de Mondrag¨®n, al que gan¨® 22-16. La vida de Miguel Gallastegui gira alrededor de la pelota; el resto es secundario. No hace mucho, en medio de una comida familiar se?alada, pidi¨® un puro, se levant¨® de la mesa y se march¨® al front¨®n. Hoy vuelve a Eibar a su front¨®n favorito (Astelena) para recibir un homenaje popular, porque Miguel Gallastegui es profeta en su tierra.
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