"El "caso Tous" no termina ni con un tercer decreto"
Carlos Gonz¨¢lez Cepeda
Pregunta. ?Qu¨¦ fue lo peor que encontr¨® sobre la mesa cuando accedi¨® al cargo en mayo de 1996? ?El caso Tous? Respuesta. A largo plazo, Tous, que es un tema que est¨¢ en vanguardia todos los d¨ªas. Y cuando parec¨ªa que iba a estar resuelto con los convenios transaccionales, la sentencia condenatoria ha vuelto a reavivar el tema y estamos intentando buscarle la soluci¨®n adecuada. P. Uno de estos d¨ªas el Congreso de los Diputados debe ratificar el cr¨¦dito de 9.400 millones para los 5.270 damnificados por la rotura de la presa que optaron por la v¨ªa de los tribunales. Algunos grupos de la oposici¨®n quieren que se aumente este cr¨¦dito para compensar al resto de damnificados. ?Lo cree oportuno? R. Respeto la voluntad de todos, pero alg¨²n grupo pol¨ªtico est¨¢ aprovechando un excesivo oportunismo cuando ha tenido 14 a?os para resolver el problema a satisfacci¨®n de todos los damnificados. En cualquier caso, hay dificultades administrativas. Manejar m¨¢s de 40.000 expedientes despu¨¦s de 17 a?os hace complicad¨ªsimas esas situaciones. P. De estos 5.270 damnificados s¨®lo han presentado papeles para cobrar un millar. ?Qu¨¦ ocurre con el resto? R. Con la sentencia se dan unos casos curios¨ªsimos. Hab¨ªa gente que ten¨ªa da?os materiales por valor de 5.000 pesetas, que, con el paso del tiempo y los da?os morales, puede llegar a cobrar un millon de pesetas. Pero el damnificado que present¨® en aquel momento una cartilla por ese valor, o la ha perdido, o no se acuerda, o se ha trasladado. Entonces, cerca de la mitad no han pedido la ejecuci¨®n de la sentencia. Es la primera vez que la Administraci¨®n se dirige personalmente uno a uno, telef¨®nicamente o a trav¨¦s de los ayuntamientos, para que cobren. P. Las asociaciones Afiva y Apemeda han estado negociando una salida para equiparar sus afiliados a los que optaron por los tribunales. R. Afiva y Apemeda plantean el problema de que son asociaciones que han mantenido la llama de la reivindicaci¨®n y han tenido unos gastos important¨ªsimos, y ahora resulta que ni en los convenios transaccionales, donde hab¨ªa un acuerdo interpartes extrajudicial, se les reconocen los gastos que han tenido. Ellos lo que est¨¢n reivindicando fundamentalmente no es el pago de las indemnizaciones a todos, que evidentemente lo reclaman, sino tambi¨¦n que han tenido unos gastos y no son capaces de hacer frente a ellos porque muchos de sus asociados han cobrado el dinero y no han querido saber nada del asunto. Y muchos de los dirigentes han tenido que avalar personalmente cr¨¦ditos para defender a los asociados. Eso nos parece injusticia porque gracias a Afiva y Apemeda se ha llegado a donde se ha llegado. P. Estas asociaciones han estado negociando un tercer decreto. R. Cuando entr¨¦ aqu¨ª se hab¨ªan aprobado los dos decretos que no satisfac¨ªan a las asociaciones al cien por cien, si bien es cierto que el segundo decreto se aplic¨® con unos criterios bastante generosos y eso permiti¨® que la mayor¨ªa hiciera el convenio transaccional. Pero hab¨ªa una serie de particularidades que hab¨ªan quedado fuera y todo el mundo pensaba que la sentencia del Tribunal Supremo iba a ser absolutoria. Entonces, buscamos una soluci¨®n intemedia: el famoso tercer decreto, que iba a mejorar el segundo decreto y a eliminar las desigualdades. Hab¨ªa un remanente en los dos decretos que no se iba a cubrir en sus totalidad y pensamos que hab¨ªa que reinvertirlo sobre los damnificados a trav¨¦s de otro decreto. Y no lo tramitamos porque no sab¨ªamos la cifra exacta del remanente hasta que no se hubiesen liquidado todos los expedientes. Y cuando sale la sentencia contra uno de los t¨¦cnicos, aunque con la responsabilidad subsidiaria de la Administraci¨®n, y cobran, pues ya no tiene sentido ese tercer decreto. Por eso queremos acabar con la ejecuci¨®n de la sentencia y saber las cifras para poder empezar a trabajar de nuevo. Hay que esperar, porque no sabemos cu¨¢l es el remanente; porque nadie es capaz de determinar la cifra que hay que pagarle a todo el mundo, y porque, aun pag¨¢ndoles a todos, habr¨¢ unas discriminaciones brutales entre todos. En cualquier caso, si se les pagase a todos, el caso Tous se prolongar¨ªa por lo menos otros cuatro o cinco a?os, porque habr¨ªa que reavivar 40.000 expedientes con todo lo que conlleva. Siempre habr¨¢ perjudicados porque el caso ha tenido una complejidad enorme, que va m¨¢s all¨¢ de los damnificados. Ni con un tercer decreto se acaba el caso, porque tiene flecos que lo complican: los pueblos de Beneixida y Gavarda todav¨ªa est¨¢n por solucionar, las tierras arrasadas de Sumac¨¤rcer est¨¢n sin arreglar, los que construyeron los ayuntamientos todav¨ªa no han cobrado... P. En cinco a?os los ciudadanos provenientes del Este de Europa han triplicado su presencia en la Comunidad Valenciana, preferentemente en La Vega Baja. ?Es casualidad? R. No solamente en La Vega Baja. En estos momentos estamos actualizando unas estad¨ªsticas de la provincia de Valencia y en el a?o 96 hab¨ªa 15.000 emigrantes, y ahora estamos en 26.000, de los cuales alrededor de 9.000 son comunitarios. el resto son de pa¨ªses del Este, de ?frica y Suram¨¦rica. Estos son los legales, o sea que hay que a?adir otros 7.000. ?Qu¨¦ se est¨¢ produciendo? Un movimiento migratorio en Europa hacia los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Luego, en un momento determinado, por un sentido comercial importante, algunos promotores inmobiliarios vieron que una buena parte de su mercado estaba en los pa¨ªses del Este, concretamente en Rusia. Algunos promotores se fueron all¨ª, vendieron y esto ha tra¨ªdo que luego vengan otros y se forme un asentamiento importante de pa¨ªses del Este en la zona de Torrevieja. Es un n¨²mero importante y muchos de ellos han buscado el asentamiento definitivo. ?Que eso conlleva blanqueo de dinero negro? Evidentemente, porque han pagado a precios superiores al mercado. Pero de eso a deducir que ese asentamiento es una mafia, pues yo no tengo encima de la mesa un dato que me haga pensar que es as¨ª. Si mafias son organizaciones delictivas para recaudar dinero y extorsionar, yo no puedo decir que ni en Orihuela ni en la zona sur de la provincia de Alicante existan estas organizaciones. ?Que hay un colectivo importante que se est¨¢ incrementando, que lo estamos controlando y que dentro de ¨¦l hay de todo? Evidentemente, pero no podemos hablar de mafias. Podemos decir que la procedencia del dinero en muchos casos es dudosa, pero no que haya una organizaci¨®n delictiva paralela al Estado. P. Para la oposici¨®n, el asesinato de un ciudadano ruso el 22 de agosto en Orihuela supone una confirmaci¨®n de las actividades mafiosas que se desarrollan en La Vega Baja. R. Uno, y un intento de secuestro hace unos meses. Pero las caracter¨ªsticas de ese secuestro eran tan chapuceras que me niego a creer que una mafia tenga un grado de chapuza tan grande. Hubo un asesinato como tambi¨¦n ha habido asesinato de chinos en Gandia. ?Pero con uno ya podemos determinar que hay una mafia? Me cuesta trabajo creerlo. No hay que olvidar que los colectivos tienen un efecto mim¨¦tico muy importante. Ahora mismo en Castell¨®n hay un asentamiento importante de rumanos. ?Por qu¨¦? Porque en Castell¨®n hay falta de mano de obra industrial, agr¨ªcola y dom¨¦stica. ?Y por qu¨¦ hay tanto rumano? Porque unos se llaman a otros. Los colectivos se asientan donde encuentran situaciones favorables. En Alicante hay un colectivo importante de argelinos. En Valencia hay un colectivo importante de chinos, que adem¨¢s son todos de la misma provincia. Pero eso no determina que haya una mafia argelina o china. P. Usted que ha sido miembro del Instituto de An¨¢lisis de Inversiones, ?tiene una idea de por qu¨¦ invierten los rusos en La Vega Baja? R. Hab¨ªa que ir a La Vega Baja y ver el n¨²mero de apartamentos que hab¨ªa sin vender, y a los promotores se les ocurri¨® ir a Rusia, contactaron y vendieron. ?Que es una salida de dinero del Este? ?Que una parte de ese dinero ser¨ªa de dudosa procedencia? Evidentemente.Pero las transacciones comerciales que se han hecho en La Vega Baja se han realizado con toda la legalidad del mundo. Lo que ocurre es que apartamentos que valen 15 millones han sido vendidos por 28, pero si el dinero del Este tiene miedo y aqu¨ª se encuentra seguro y ellos encuentran expectativas, pues no hay nada que decir. Me preocupa mucho m¨¢s el ¨ªndice de delincuencia del peque?o delito, del tr¨¢fico de drogas, o del delito contra el patrimonio. Me preocupa m¨¢s el tr¨¢fico de inmigrantes que se hace por la A-7, en el que est¨¢n implicados muchos espa?oles. Pero con el fen¨®meno de la inmigraci¨®n hay que ser comprensivo. No hay que olvidar que los espa?oles tenemos una cultura de emigraci¨®n muy fuerte y tenemos que ser comprensivos. Hay una gran hipocres¨ªa social respecto a la inmigraci¨®n. P. ?D¨®nde la detecta? R. Si la emigraci¨®n es de hambre, por necesidad econ¨®mica, tenemos que acogerla con los brazos abiertos, porque si no la estamos condenando a la delincuencia. La sociedad es hip¨®crita, y si la inmigraci¨®n es con dinero, vuelve los ojos. Mientras la sociedad se aprovecha del inmigrante para los trabajos que los espa?oles no quieren hacer, ?benditos! Se aprovecha de ellos porque sus sueldos son los m¨¢s baratos y luego le molestan. Ni hay que abrir la puerta a todos, como pretenden algunos, ni hay que ser tan hip¨®crita como otros. Hay un t¨¦rmino medio. En los pr¨®ximos a?os los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea vamos a una sociedad multirracial y hay que aceptarlo. Lo que hay que hacer es controlarlo adecuadamente. No puede ser que aceptemos al inmigrante para contratarlo de chacha en casa y que nos moleste si sale con nuestro hijo. Es una hipocres¨ªa social que hay que combatir. P. ?Ceuta nos rebota inmigrantes para que sean expulsados desde aqu¨ª o no es as¨ª? R. No, Ceuta es un enclave muy complicado de controlar, lo que est¨¢ provocando que su centro de internamiento para los inmigrantes que incumplen la Ley de Extranjer¨ªa no tenga capacidad suficiente. Entonces, se trasladan con toda la reglamentaci¨®n adonde existen centros de internamiento, como Valencia. La ley permite que pasen 40 d¨ªas en uno de estos centros, y luego o los dejas en libertad o los expulsas. El equilibrio entre el coraz¨®n y la raz¨®n es muy dif¨ªcil de mantener. Si olvido la ley y me dejo llevar por el coraz¨®n, estoy discriminando a los que se les ha aplicado la ley. Y luego ocurre que si salen del centro la sociedad no est¨¢ sensibilizada para acogerlos. Si no tienen documentaci¨®n, no se puede tramitar la expulsi¨®n; si no se puede tramitar la expulsi¨®n, a los 40 d¨ªas hay que dejarlos en libertad; si tienen orden de expulsi¨®n, nadie les puede dar trabajo; si no tienen trabajo, no pueden dormir en casas... Es un gran problema. P. La Oficina de Extranjeros de Alicante es deficiente: no tiene traductor de ¨¢rabe, siendo uno de los puertos del paso del Estrecho. R. Cuando entr¨¦, nos encontramos a caballo de una pol¨ªtica que era la creaci¨®n de oficinas de extranjeros espec¨ªficas que integraran a los tres ministerios de Interior, Trabajo y Bienestar Social para coordinar la tramitaci¨®n, que era muy lenta. Y se hizo mal. A la Oficina de Extranjeros no se le dot¨® de medios econ¨®micos ni materiales, ni de una organizaci¨®n adecuada, ni de personal ni, sobre todo, de mentalidad. En vez de hacer una oficina integradora, lo que se hizo fue ubicar en un local a la gente para arrastar el problema Hemos estado buscando f¨®rmulas de choque en organizaci¨®n y personal, donde entrar¨ªan los int¨¦rpretes. El problema es que la oficina de Alicante se cre¨® con mentalidad de pasado, en un momento en que eran m¨¢s importantes en n¨²mero los inmigrantes comunitarios que los norteafricanos. La oficina de Valencia, que se inaugurar¨¢ a principios de a?o, la estamos dotando con otro tipo de organizaci¨®n y mentalidad, y creemos que, junto a la de Barcelona, va a servir de modelo al resto dc oficinas de extranjer¨ªa. Tambi¨¦n servir¨¢ de apoyo tanto a la oficina de Alicante como a la Delegaci¨®n de Extranjer¨ªa de Castell¨®n. P. Castell¨®n es una plaza fuerte para las p¨¢ginas de sucesos. R. Castell¨®n es una sociedad rica, apacible y con un ¨ªndice de delincuencia de los m¨¢s bajos de Espa?a. Eso hace que cualquier suceso tenga una resonancia mayor. Cuando adem¨¢s suceden una serie de asesinatos que estaban pendientes de resolver, pues cada hecho nuevo provocaba mayor alarma. En estos momentos, una vez resueltos estos casos, el ¨ªndice de delitos de sangre est¨¢ en los niveles en que deb¨ªa estar, y quedan por resolver dos asesinatos. P. ?Se acuerda de Antonio Angl¨¦s? R. Claro, y no lo damos por perdido. La Guardia Civil se sent¨ªa dolida porque se dud¨® de su profesionalidad y de sus actuaciones. Puedo dar fe del sentido de la responsabilidad absoluta por parte de la polic¨ªa judicial de la Guardia Civil, y que sus actuaciones fueron las normales. Fueron a registrar la casa de Angl¨¦s, pero no sab¨ªan con qu¨¦ se pod¨ªan encontrar. Lo que no pensaban es que iba a saltar por una ventana, pero hay que tener en cuenta los indicios que tienes, los medios con los que cuentas y las circunstancias del momento. Desde el momento en que se escapa ha habido una novela. Puedo decir que la Guardia Civil ha rastreado y comprobado todas las informaciones que se le han dado. El caso contin¨²a abierto. P. Uni¨®n Valenciana ha sufrido varios asaltos en sus sedes. ?Qu¨¦ est¨¢ sucediendo? R. S¨ª, han pedido audiencia al ministro y todo. Tengo que decir que lo que ha habido son pintadas, como las hay en las sedes de todos los partidos pol¨ªticos. ?Que ha habido una serie de coincidencias en Uni¨®n Valenciana? De acuerdo, pero me parece muy aventurado hacer de ellas un hilo conductor de una trama concreta. Hubo pintadas en L"Alc¨²dia, en Sagunto y en Valencia, como las ha habido en las dem¨¢s sedes de partidos. Me llamaron y pusimos vigilancia policial por las noche durante junio y julio, pero no pod¨ªamos mantener una dotaci¨®n todas las noches si no ocurre nada. Luego da la casualidad que sufren un robo en la sede, que entendemos que es vulgar y corriente, porque, de hecho, la caja aparece a los dos d¨ªas forzada, sin el dinero y con toda la documentaci¨®n sin revolver. Y eso, intentar relacionarlo adem¨¢s con una situaci¨®n que se produce con un conflicto colectivo de los bomberos, me parece demasiado.
Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana
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