La "generaci¨®n Miravete"JOAN SUBIRATS
Despu¨¦s de tantos a?os de resistencia al servicio militar y a la incorporaci¨®n obligatoria a las filas de un ej¨¦rcito nunca visto como benefactor, despu¨¦s de tantos sacrificios de gentes como Jos¨¦ Beunza, Gonzalo Arias y los testigos de Jehov¨¢, que ya en los dif¨ªciles a?os setenta abrieron significativas brechas en la blindada epidermis de los jerarcas del franquismo, ha tenido que ser un sargento alcoh¨®lico el que probablemente ha contribuido de forma decisiva a enterrar definitivamente el servicio militar obligatorio en Espa?a. Ni el m¨¢s avispado de los dirigentes del movimiento de insumisos, que estos d¨ªas cumpl¨ªa sus 10 a?os de existencia, hubiera podido idear una estrategia que hiciera coincidir la vista p¨²blica del homicidio por el que se ha condenado a Miravete y el sorteo de los mozos del ¨²ltimo (?) reemplazo. Los esfuerzos del diputado convergente Campuzano por reducir el creciente bochorno de los llamamientos a filas y acortar los plazos de liquidaci¨®n definitiva de la mili han encontrado un aliado inesperado en ese mando enrollado que alegraba a sus reclutas con el visionado de El sargento de hierro para despu¨¦s, a golpe de botella de pachar¨¢n, jugar a ver qui¨¦n era m¨¢s hombre con una pistola en la mano. Cuando se escriba la cr¨®nica del proceso que ha conducido a la supresi¨®n del servicio militar obligatorio en Espa?a, sorprender¨¢ la cadena inenarrable de desprop¨®sitos y pasos en falso de unos, y la espectacular capacidad de los otros para convertir lo que en muchos pa¨ªses no es m¨¢s que un movimiento minoritario y radical m¨¢s en una oposici¨®n masiva y decidida que siempre ha sabido llevar la iniciativa. ?En qu¨¦ lugar del mundo la rama juvenil de un partido de derechas en el gobierno del Estado inicia una campa?a para acabar con la mili con el sugerente t¨ªtulo de Rompan filas? Ello s¨®lo es explicable si tenemos en cuenta que cerca de un mill¨®n de j¨®venes est¨¢n pendientes de cumplir sus obligaciones con el ej¨¦rcito (cuando este a?o se ha convocado a filas a poco m¨¢s de 135.000 mozos). Entre enero y octubre de este a?o son ya m¨¢s de 125.000 los que se han declarado objetores, y sin duda la difusi¨®n del buen clima que se respira en los cuarteles con mandos tan enrollados como Miravete ayudar¨¢ a mejorar a¨²n esas cifras. Por otro lado, conviene saber que no existen precedentes de un movimiento tan amplio como el de los insumisos en Espa?a, como no sea en un pa¨ªs metido de lleno en un conflicto militar. Hemos de recordar que si en los 12 a?os en que Estados Unidos estuvo metido en la guerra del Vietnam se produjeron unos 12.000 procesamientos por negativas y resistencias a incorporarse a filas, en Espa?a, en 1994, los insumisos hab¨ªan sobrepasado la frontera de los 10.000 j¨®venes cuando s¨®lo hab¨ªan transcurrido cinco a?os desde el surgimiento de la insumisi¨®n. Hace pocas semanas se ha aprobado una nueva reglamentaci¨®n de la prestaci¨®n social sustitutoria que ha enviado a la reserva a todos los objetores que esperaban destino o juicio hac¨ªa m¨¢s de tres a?os. Ha sido una especie de amnist¨ªa encubierta de muchos insumisos y objetores. Lo curioso es que ha enviado a la reserva a insumisos que ya hab¨ªan sido juzgados y con sentencia en firme y que, por tanto, ya estaban exentos de cumplir el servicio militar. Pero ello es s¨®lo una an¨¦cdota en la larga carrera de desprop¨®sitos legislativos y procesales en que se han convertido el tratamiento jur¨ªdico de la insumisi¨®n en los 10 a?os de surgimiento del movimiento. La legislaci¨®n ha cambiado cuatro veces en esos 10 a?os, ha cambiado el c¨®digo penal, y la jurisprudencia se puede calificar de todo menos de pac¨ªfica. En estos momentos saber cu¨¢l es realmente la legislaci¨®n aplicable m¨¢s beneficiosa o de qu¨¦ juzgado son competencia los casos de insumisi¨®n es todo un misterio. El juicio a Miravete ha sido la guinda de ese gran pastel. Constituye de hecho el juicio a toda una concepci¨®n de ej¨¦rcito. Todos sabemos que el origen del servicio militar obligatorio est¨¢ vinculado a la idea de la naci¨®n en armas, a la idea del ciudadano soldado. Y podr¨ªamos asimismo recordar que hace a?os la incorporaci¨®n a filas era para algunos la posibilidad de salir de un entorno muy estrecho y asfixiante. Constitu¨ªa una oportunidad para alfabetizarse, para aprender un oficio o para sacarse el carnet de conducir. Desde la izquierda era habitual o¨ªr hablar de los peligros del ej¨¦rcito profesional, de la importancia del servicio militar como palanca de democratizaci¨®n del ej¨¦rcito y como expresi¨®n de la igualdad de los ciudadanos frente a los deberes colectivos. La pel¨ªcula de los hechos ocurridos en la cantina del destacamento militar de Candanch¨² son todo un resumen de la otra cara de la moneda. Una pel¨ªcula que suena totalmente familiar a los que han disfrutado de esa oportunidad. Lo inhabitual del caso Miravete es el desenlace, pero no los hechos que precedieron a la tragedia. Alcohol y violencia, vejaciones y ofensas a los m¨¢s novatos, a los m¨¢s d¨¦biles, a los m¨¢s sensibles, han sido y quiz¨¢s son a¨²n sin¨®nimos de la vida cuartelera. Acabemos de una vez con todo ello. No nos llenemos la boca con las pretendidas virtudes c¨ªvicas del servicio militar. Liquidemos esa penosa escuela en que uno se hac¨ªa hombre y busquemos otras formas de expresar nuestro compromiso con la sociedad, permitiendo adem¨¢s que se mantengan espacios de socializaci¨®n plural y de experiencia laboral solidaria. Articulemos un servicio civil que permita que todos y todas asuman sus responsabilidades con los problemas colectivos, mientras vamos avanzando en la reducci¨®n y liquidaci¨®n progresiva de un modelo de ej¨¦rcito obsoleto. No dejemos que sigan educando ni un d¨ªa m¨¢s a nuestros j¨®venes esos mandos que en el proceso afirmaron que no hab¨ªan detectado la adicci¨®n al alcohol del sargento y que, tras manifestar su sorpresa por la nueva haza?a de su colega, s¨®lo supieron decirle: "Mira, Miravete, m¨¦tete en la ducha y acu¨¦state". Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona
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