Lealtad
Digan lo que digan, y lo digan desde donde lo est¨¢n diciendo, Ortega ha hecho, como nacionalista andaluz con m¨¢s o menos kilowatios, lo que ten¨ªa que hacer. Ni una palabra m¨¢s. Se ha entrevistado con Pujol, ejerciendo la libertad que tiene y debe ejercer, y le ha dicho al honorable que, en el tema de la financiaci¨®n, las cuentas hay que ponerlas boca arriba. Que sepamos, Ortega no tiene nada que ver con Gasset, pero tampoco el patio de la pol¨ªtica auton¨®mica est¨¢ para tirar cohetes y llenar nuestras noches con las luces de sus explosiones m¨¢s vistosas. En su ejercicio pol¨ªtico se cuentan m¨¢s sombras que luces, pero tampoco esto es un dem¨¦rito para su biograf¨ªa, toda vez que hay compa?eros suyos de gobierno que hacen bueno su curriculum. A Ortega, sus socios socialistas le han criticado agriamente su entrevista con Pujol. Han barajado como argumento un concepto que en pol¨ªtica no se usa: la lealtad. ?Se puede hablar de lealtad dentro de un PSOE dividido, enfrentado y fragmentado donde las traiciones entre compa?eros han hecho cotizar en bolsa las navajas de Albacete? En todo caso se podr¨ªa haber jugado, electoralmente, que de eso y no de otra cosa se trata, con otro concepto, pero nunca con el de la lealtad. A no ser que se entienda la lealtad como sumisi¨®n. Una lealtad que le exigir¨ªa al Partido Andalucista apellidarse Obrero Espa?ol. Y, que sepamos, hasta ah¨ª no llegan los acuerdos de gobierno. Con la bronca en su punto m¨¢s caliente se ha visto obligado a intervenir Chaves para poner las cosas en su sitio y dar un ejemplo de sensatez: cada cual que hable con quien tenga que hablar. Hasta ahora todos los andaluces, a trav¨¦s de sus fuerzas sociales, se han expresado libremente sobre este tema y Ortega tambi¨¦n lo ha hecho. Y lo ha hecho hasta bien. Porque a Pujol hab¨ªa que recordarle que en los balances que ¨¦l presenta al Estado espa?ol como catalanes hay un buen dinero trabajado, movido y ganado en Andaluc¨ªa por trabajadores y empresarios andaluces con domicilio fiscal en Catalu?a. Dividirse ahora, por una cuesti¨®n electoral, es una torpeza. Conviene recordarles a todos que la fuerza de Madrid nace en nuestra propia debilidad.J. F?LIX MACHUCA
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