Primakov admite que la desconfianza en la econom¨ªa rusa impide superar la crisis
El fracaso de las reformas ha conducido a Rusia a una "econom¨ªa de la desconfianza" que constituye el principal obst¨¢culo para superar la crisis. Lo dijo ayer en Mosc¨², ante los expertos del Foro Econ¨®mico Mundial, el primer ministro Yevgueni Primakov. En opini¨®n del hombre que ha asumido la pesada carga de intentar sacar del abismo al pa¨ªs m¨¢s grande del planeta, esa desconfianza es generalizada, y afecta a las relaciones entre el Estado y la poblaci¨®n, entre los acreedores y los deudores, y entre las diferentes ramas del poder.
La moratoria sobre el pago de la deuda impuesta el 17 de agosto destruy¨® la confianza en el Gobierno y el sistema bancario, seg¨²n reconoci¨® ayer el primer ministro ruso, y sigue frenando a¨²n la recuperaci¨®n. La imprescindible estabilidad, a?adi¨®, s¨®lo puede llegar de la mano de un programa reformista socialmente orientado. No son s¨®lo los extranjeros los que desconf¨ªan. Tambi¨¦n los rusos, que han visto como el sistema bancario se ven¨ªa abajo y se tragaba de paso sus ahorros. Tal vez por ello, Primakov se mostr¨® a favor de que puedan operar en el pa¨ªs bancos extranjeros en los que se podr¨ªan abrir cuentas an¨®nimas, lo que favorecer¨ªa que salieran de los colchones unos seis billones de pesetas. El primer ministro a?adi¨® que "es necesario alg¨²n tipo de amnist¨ªa" para los capitales ilegalmente exportados, lo que supone un est¨ªmulo para retorno de parte de las decenas de billones de pesetas que salieron por esa puerta falsa.Primakov asegur¨® que la crisis estall¨® por culpa de una pol¨ªtica de importaciones mal planteada, un rublo sobrevaluado, impuestos elevados que estrangulaban la producci¨®n y la ineficacia del Gobierno y del sistema bancario.
Las estad¨ªsticas siguen dando cada d¨ªa nuevos motivos de preocupaci¨®n al primer ministro ruso. Acaba de publicarse el dato de la inflaci¨®n del mes de noviembre, que ascendi¨® al 5,7%, frente al 4,5% de octubre. Desde enero, los precios han aumentado ya en un 65,3%, y la subida probablemente sobrepasar¨¢ el 75% a final del a?o, en claro contraste con el 10% del a?o 1997. Pese a ello, el viceprimer ministro, Yuri Masliukov, conf¨ªa en que, en 1999, no superen el 30%. El aumento de precios ha coincidido en noviembre con una devaluaci¨®n del rublo en torno al 17% respecto al d¨®lar ( 23% si se cuenta tambi¨¦n esta semana y 70% desde enero). La moneda rusa cerr¨® ayer a 19,55 unidades por cada billete verde norteamericano. Antes de la crisis, el cambio era de seis a uno.
Pese a ello, Primakov ha declarado que el rublo seguir¨¢ flotando, y desminti¨® que piense en prohibir la circulaci¨®n del d¨®lar. "Ni lo hemos hecho, ni lo haremos", afirm¨® el primer ministro. [En su intervenci¨®n ante el Foro Econ¨®mico Mundial, Primakov quiso dejar muy claro que los dirigentes rusos descartan una marcha atr¨¢s en el camino andado y asegur¨® que el mantenimiento de la pol¨ªtica econ¨®mica seguida por los anteriores gobiernos de Rusia podr¨ªa conducir a que la crisis sea permanente. "Esta reuni¨®n se celebra en uno de los momentos m¨¢s graves en la historia de Rusia", dijo. Reconoci¨® que en las actuales condiciones el margen de maniobra del Ejecutivo se ha estrechado en comparaci¨®n con el de hace uno o dos a?os, principalmente a consecuencia de la ca¨ªda del precio de los combustibles en el mercado internacional, lo que ha producido una merma en el flujo de divisas y por consiguiente hace m¨¢s dif¨ªcil el pago de la deuda que arrastra Rusia.]
Hay quien piensa que unas declaraciones de George Soros en agosto, a favor de una devaluaci¨®n del rublo, provocaron, en buena medida, la tremenda crisis actual. Ayer, el financiero internacional, que desarrolla en los pa¨ªses de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica una importante, aunque discutida labor filantr¨®pica, volvi¨® a la carga y asegur¨® que la situaci¨®n "se ha escapado de las manos". "Hay poco que se pueda hacer desde fuera", afirm¨® el financiero estadounidense de origen h¨²ngaro, "hasta que, probablemente, las cosas vayan mucho peor y haya alg¨²n desarrollo pol¨ªtico que permita de nuevo alguna intervenci¨®n exterior". O sea, cuanto peor, mejor. El viceprimer ministro, Yuri Masliukov, le replic¨®: "No me preocupa su opini¨®n. Creo que conozco Rusia mejor que ¨¦l".
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