Himnos

A veces, comemos juntos los compa?eros del colegio, y a los postres, si hemos bebido mucho, nos ponemos a cantar Venid y vamos todos con flores a Mar¨ªa o Perdona a tu pueblo, Se?or. Nos hace gracia recordar aquellos himnos, pero no dejamos de darnos cuenta del patetismo de la situaci¨®n. Los camareros, todos muy j¨®venes, nos conocen y hacen como que no nos oyen. Tal vez piensen que con la vida que hemos llevado no podemos dar m¨¢s de s¨ª.Los del Partido Comunista, en lugar de reunirse a comer, hacen congresos. Yo no s¨¦ si en los congresos se bebe tanto como en las comidas de antiguos alumnos, pero el otro d¨ªa, a los postres del congreso, o de la comida, se pusieron a cantar La Internacional con el pu?o en alto. Por ah¨ª andan las fotos. La verdad es que parec¨ªa que estaban cantando el Salve Regina o el Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten¨ªan gracia, pero hay que llevar muchas copas encima para animarse a montar esos n¨²meros delante de la tele y de los fot¨®grafos.

Total, que no sabemos si el Partido Comunista es un verdadero partido o un grupo de antiguos alumnos con ganas de juerga y de entonar Monta?as Nevadas, banderas al viento. Personalmente, estoy seguro de que a Anguita, con lo sentimental que es, se le eriza m¨¢s el vello con Monta?as Nevadas, el himno de Aznar, que con La Internacional, el del proletariado. De hecho, ha rendido al PP servicios inestimables durante su mandato. Parte de la responsabilidad de que hoy gobierne la derecha es suya. Recuerden ustedes, como bot¨®n de muestra nada m¨¢s, lo que sucedi¨® en Asturias. Pero a lo mejor es que estos chicos no quieren gobernar, sino hacer congresos, comer juntos y, ya con unas copas, cantar La Internacional. Uno los comprende, pero la pr¨®xima vez preferir¨ªa que entonaran Venid y vamos todos.

Gracias.