Espa?a y Alemania empatan su pulso en la UE
Los Quince pactan acabar su "batalla financiera" en la cumbre extraordinaria de marzo
Espa?a y Alemania empataron ayer en un pulso sin dramatismo para establecer la base de negociaci¨®n real que resuelva la batalla de las finanzas europeas durante el per¨ªodo 2000-2006. La tregua navide?a alcanzada el viernes para concluir en paz esta cumbre de la Uni¨®n Europea (UE) en Viena dio paso ayer a la definici¨®n del inmediato campo de batalla.
Como para todo escenario que debe albergar un litigio dur¨ªsimo, pero civilizado, se establecieron las reglas b¨¢sicas: un calendario, que deber¨ªa agotarse el pr¨®ximo marzo, y las armas o instrumentos del duelo. A saber, que se discutir¨¢n todas y cada una de las propuestas formula das, sin exclusiones. Se logr¨® una "amalgama" algo ambigua de las posiciones enfrentadas, opin¨® el primer ministro luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker.
Los dos grandes protagonistas de esta cumbre fueron el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, y su hom¨®logo espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Ambos salieron ufanos de una reuni¨®n de transici¨®n o "de ensayo ¨²til", como la calific¨® Juncker. "No tenemos que escribir en letra peque?a lo obtenido", sonri¨® Schr?der, alardeando adem¨¢s de contar "con el respaldo incondicional de Francia".
Misi¨®n cumplida
"Misi¨®n cumplida, hemos alcanzado los objetivos que ten¨ªamos", declar¨® Aznar, a¨²n reconociendo que "no tenemos resultados para todas nuestras ambiciones", pero "pol¨ªticamente hemos corregido lo que pretend¨ªamos". "No nos sentimos inc¨®modos", a?adi¨®.
?Qu¨¦ pretend¨ªa Espa?a ayer? Que las conclusiones solemnizaran la Agenda 2000 elaborada por la Comisi¨®n —un proyecto de reformas comunitarias y de gastos presupuestarios para el primer septenio del pr¨®ximo siglo lo bastante favorable a los intereses espa?oles— como "el ¨²nico texto base" para la negociaci¨®n financiera. No figuraba con ese estatuto en el proyecto de conclusiones. Aznar y sus colaboradores porfiaron por incluir esa referencia, as¨ª como otra al principio de que el futuro acuerdo debe basarse en los principios de "rigor" presupuestario y "solidaridad", o sea, el principio de la cohesi¨®n.
En buena parte lo consiguieron., Incluyeron estos ¨²ltimos conceptos en el texto final. Y en cuanto a la Agenda 2000 se pact¨® que ¨¦sta y el informe del Consejo de los ministros de Exteriores "constituyen una buena base para el futuro trabajo". El asunto conlleva mucho detalle y matiz, pero es que la UE es el emporio de los matices: la delegaci¨®n espa?ola logr¨® buena parte de lo que se propon¨ªa, elevar el peso de la Agenda 2000 en la discusi¨®n. Pero las conclusiones no reconocen, contra lo que exager¨® deliberadamente Aznar al dar cuenta de los acuerdos a la prensa, que "la propuesta de la Comisi¨®n es la ¨²nica global".
No es as¨ª, porque se mantuvo que tambi¨¦n el informe de los ministros forma parte de esa base de negociaci¨®n. Pero ?atenci¨®n!, este informe es el resultado no s¨®lo de las propuestas de Bruselas, sino tambi¨¦n llamado "informe de recursos propios", frase que Aznar tambi¨¦n obvi¨®. Pues claro, era la que menos le gustaba. ?Por qu¨¦? Porque el informe de recursos propios es la bestia negra de Espa?a, Portugal y Grecia. Da carta de naturaleza a dos ideas contra las que militan los mediterr¨¢neos: que Alemania y otros ricos (Austria, Suecia y Holanda) sufren una excesiva carga presupuestaria, por lo que se les puede extender un mecanismo similar al "cheque brit¨¢nico" o retorno de parte de su aportaci¨®n; y que otra soluci¨®n para ello es la confinaci¨®n de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC), entre Bruselas y los Estados miembros.
Lo que disgustaba a los espa?oles era motivo de alegr¨ªa de los alemanes. El comunicado final tambi¨¦n recog¨ªa sus ideas. Pero tambi¨¦n Schr?der hizo, y seguramente a¨²n m¨¢s que Aznar, de prestidigitador. Pas¨® de puntillas sobre el hecho de que el texto final s¨®lo reprodujese indirectamente sus propuestas —hay que remitirse a la alusi¨®n al informe de recursos propios y a lamentaci¨®n de que se estudiar¨¢n "todos los elementos y posiciones que han aflorado"— y ocult¨® descaradamente que hab¨ªa fracasado en su intento de incluir una referencia expl¨ªcita a la necesidad de un "reparto equitativo de la carga" presupuestaria. Adem¨¢s, confundi¨® que Espa?a bendiga la Agenda 2000 como base negocia dora con que apruebe todos sus elementos. "Nadie ha cuestionado el techo m¨¢ximo de recursos propios en el 1,27% del PIB comunitario", se alboroz¨® el canciller. Pero no era el momento: se discutir¨¢ m¨¢s tarde de ello.
El agua al molino
En suma, todos —tambi¨¦n Blair, que defendi¨® su cheque particular; o Chirac, apalancando la PAC— llevaron el agua a su molino, sin' mover un ¨¢pice sus posiciones. Con distinto estilo. "No lo reconozco ni lo he reconocido nunca", dijo Aznar del problema alem¨¢n. "No tengo la impresi¨®n de que los espa?oles s¨®lo luchen por sus intereses", devolvi¨®., cort¨¦s, el canciller.
Adem¨¢s de acordar las bases para la negociaci¨®n y de expresar sus buenos prop¨®sitos de hacerse concesiones mutuas, los Quince reiteraron su "fuerte compromiso" de alcanzar un acuerdo global que cierre la "batalla financiera" durante la cumbre especial de marzo. Es "el objetivo m¨¢s importante de la presidencia alemana", subray¨® Schr?der.
El compromiso fue tan r¨¢pidamente escrito como inmediatamente puesto en duda por el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac: "No est¨¢ claro que tres meses sean suficientes, en el contexto de unas elecciones europeas", en junio. Y es que cada Gobierno teme ser acusado por su oposici¨®n interna de perder, ceder demasiado o ser antipatriota, porque no habr¨¢ pacto si todos no ceden algo.
Ese calendario s¨ª parece favorable a Espa?a. Porque Bonn deber¨¢ "pagar el ¨¦xito de esa cumbre" especial al precio de dejarse arrancar mayores concesiones.
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