Himnos de oro
Los espectadores que pr¨¢cticamente abarrotaron el recinto deportivo que alberg¨® esta fiesta m¨²sico-ideol¨®gica formaban un cuadro un tanto sorpendente: los m¨¢s j¨®venes eran muy j¨®venes, bordeando muchos de ellos la decena de a?os; ni?os que, en muchos casos, ven¨ªan acompa?ados de sus pap¨¢s -y hasta alg¨²n abuelo se ve¨ªa-.Abrieron los Canallas, formaci¨®n de rock urbano-et¨ªlico-gamberro en la que militan veteranos del rock callejero madrile?o. Las canciones del ¨¢lbum de deb¨² del grupo, ?Alg¨²n problema?, calentaron el ambiente del Palacio con sus mensajes llenos de socarroner¨ªa de peta y botell¨ªn. Con su cantante Michel al frente, un experimentado remontador del Pisuerga, el p¨²blico experimento desde hora bien temprana el deseo intenible dedar botes.
Ska-P
Grupos Ska-P, Boikot y Canallas. Palacio de los Deportes de la C omunidad de Madrid. 1.200 pesetas. Madrid, 12 de diciembre.
Tras ellos, la conciencia pol¨ªtico-musical la puso Boikot, cuarteto con cinco discos a la espalda y un sexto a punto de salir que, a su vez, completa una trilog¨ªa dedicada a la figura del guerrillero Ernesto Guevara, La ruta del Che. La banda ofreci¨® un s¨®lido concierto de temas propios, entre los que destac¨® Pueblo 1, y una curiosa versi¨®n del Hasta siempre, comandante que el cubano Carlos Puebla tomara prestado al folclore popular cubano para ponerlo al servicio de la revoluci¨®n.
Delirio
Los vallecanos Ska-P, estrellas del cartel, comparecieron en el escenario provocando el delirio entre el entregado respetable. Pulpul, Josemi, Pipi, Kogote y compa?¨ªa salieron con una tralla y un despliegue de energ¨ªa encomiables, dando una idea, adem¨¢s, de lo mucho que ha mejorado su directo en su breve vida. Esgrimiendo los temas de su multivendedor disco Vals del obrero y su m¨¢s reciente Eurosis, la banda no dej¨® t¨ªtere con cabeza, dinamitando sin piedad todos los valores que Occidente maneja como eternos: ejercito, religi¨®n, familia, oposici¨®n a las drogas, reivindicaci¨®n de la anarqu¨ªa.En un concierto de Ska-P da la impresi¨®n de que la revoluci¨®n va a ser ma?ana. Por eso resultaba tanto m¨¢s curioso ver a gente tan joven y a sus pap¨¢s cantando a grito pelado Espa?a va bien, ?apaes, Circo Ib¨¦rico, Sexo y Religi¨®n, Romero el madero o el expl¨ªcito himno Cannabis. El grupo invit¨® adem¨¢s a varios jugadores del Rayo Vallecano, as¨ª como a hinchas de ese equipo, a subir al escenario para interpretar Como un Rayo -?qu¨¦ hubieran pensado Ruiz Mateos y Sra. de haberlo visto...!- y tuvieron un recuerdo, c¨®mo no, para la causa de Chiapas. Cada consigna revolucionaria era recibida por un rugir de aplausos y, c¨®mo no, Pinochet volvi¨® a ser el blanco de todos los insultos. En esta verbena revolucionaria, volvieron a triunfar estos vallecanos que, paradojas del arte y la industria, llevan camino de hacerse de oro gracias a sus himnos libertarios.
Babelia
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