Monos, escarabajos y cerdos
Hay, que se sepa, tres mariposas de piedra o bronce en la ciudad, un escarabajo, dos cerdos y al menos cuatro monos. La primera de las mariposas se encuentra encima de Bambi, en un grupo escult¨®rico dedicado a Walt Disney que existe en el zoo. La segunda acompa?a a Quevedo en su estatua de la glorieta del mismo nombre. Se desconoce qu¨¦ quiso decir el escultor Agust¨ªn Querol colocando el insecto al lado del escritor del Siglo de Oro.La tercera mariposa tambi¨¦n tiene que ver con la literatura. Est¨¢ en la fuente de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, en Las Vistillas.
El cerdo m¨¢s conocido de la ciudad acompa?a a san Ant¨®n en la hornacina de la fachada de la iglesia de la calle de Hortaleza. En el fondo, no son muy amigos animal y santo, ya que el primero simboliza la gula y la sensualidad. Pero juntos reciben a los madrile?os que cada 17 de enero acuden con sus mascotas para que el p¨¢rroco las bendiga.
El segundo cerdo tampoco tiene buen papel. Reside en un barrio perif¨¦rico, en Palomeras Bajas, y se instal¨® en la calle de Felipe de Diego en 1982. El animal sirve de cabalgadura a un hombre. La alegor¨ªa alude a la raz¨®n dominando al vicio.
El ¨²nico escarabajo que consigna Sanz en su libro es del tipo pelotero y se encuentra en el pante¨®n de la familia Garc¨ªa-Nieto en el cementerio sacramental de San Lorenzo. Este insecto ostentaba rango de animal sagrado en el antiguo Egipto. Simbolizaba al dios Ra, cuya misi¨®n consist¨ªa en mover el Sol de la misma manera que el escarabajo mueve su bolita. Era labor de Ra traer los d¨ªas, vencer a la noche y conseguir que la vida renaciera.
El mono m¨¢s antiguo de los cuatro que muestra la ciudad se encuentra en la portada g¨®tica del hospital de la Latina, trasladada hace a?os a la Ciudad Universitaria de la Complutense. Gasta orejas gigantes y hocico de perro.
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