Amores de invierno

Cuando la noche conquista los relieves de la sierra de Montoro (C¨®rdoba) y las penumbras se convierten en el escenario m¨¢s apreciado por multitud de animales, sale de su refugio elaborado un curioso animal en busca de vegetales y alguna que otra presa que se ponga a su alcance. Estos d¨ªas puede que la magia de la gestaci¨®n se haya puesto en marcha, tras una amplia y compleja ¨¦poca de celo de la que se tienen todav¨ªa pocos conocimientos. H¨¢bil en la excavaci¨®n para la que emplea sus patas, sobre todo las delanteras, prepara minuciosamente una serie de t¨²neles que van a desembocar en una amplia y c¨®moda c¨¢mara central. S¨®lo utilizar¨¢ una salida, dejando las restantes para posibles emergencias de las que nadie se suele librar. El inconfundible tej¨®n tiene una cabeza de forma triangular, rayada hacia delante de blanco y negro. Le encanta acercarse a los cultivos, sobre todo al ma¨ªz, que ya ha sido recogido all¨ª donde se hab¨ªa plantado este a?o. Esta caracter¨ªstica le hace tener un enemigo que tambi¨¦n quiere recoger su cosecha. Esperemos que tenga suerte y la ilusi¨®n de una nueva generaci¨®n se convierta en realidad en meses. La poblaci¨®n ya no es tan numerosa y, en este caso, somos algo m¨¢s que responsables.