Ord¨®?ez
"El alma del torero se qued¨® seca de pronto porque dej¨® de torear; se dijo: que talle otro". Con esas palabras, en 1971, se consum¨® la retirada del torero con mejor arte de las ¨²ltimas d¨¦cadas: Antonio Ord¨®?ez. La semana pasada mor¨ªa este diestro "sereno, seguro de s¨ª mismo y del toro que dominaba". ?l nos lo dec¨ªa: "Torear es estar un tiempo breve e intenso, apasionado, junto a aquello que amas y lo amas hasta matarlo y/o evitar que te mate". Ord¨®?ez estuvo en las obras y en la amistad de dos de los m¨¢s grandes artistas de la literatura y el cine de este siglo: Hemingway y Orson Welles. Las cenizas de Welles descansan en la finca que fue de Ord¨®?ez, en Ronda. Las de Hemingway descansan -dijo Ord¨®?ez- en la historia taurina, "porque Ernest internacionaliz¨® los toros y la fiesta, y su sabidur¨ªa no morir¨¢ nunca: est¨¢ en lo que se habla o en lo que se lee en muchas partes del mundo". Antonio Ord¨®?ez ten¨ªa mucha vinculaci¨®n con el Pa¨ªs Vasco. En San Sebasti¨¢n consumi¨® una de sus dos retiradas y all¨ª mat¨® un toro despu¨¦s de una de las 32 cogidas, cuando la pierna izquierda se le qued¨® inmovilizada, cubierta de cornadas, pero ¨¦l termin¨® la faena "porque se la hab¨ªa brindado a Soraya, la princesa triste". Y en Bilbao disfrutaba de la Semana Grande o ven¨ªa a homenajes, como en el 73, al de Mart¨ªn Ag¨¹ero. Nos cont¨® que "tem¨ªa al p¨²blico injusto y al que va a la plaza a ver siempre la misma faena o al que cree que el pago de una entrada le da derecho a todo". Y reconoc¨ªa que "los toros est¨¢n fuera de ¨¦poca". "La funci¨®n del toro es morir en una plaza; la del torero es evitar que un toro le mate gracias a su t¨¦cnica y sabidur¨ªa; porque torear es conjugar el verbo saber..." Ord¨®?ez reposa en Ronda pasando a la posteridad de este siglo junto a otros dos amigos: Welles y Hemingway, con el mismo testamento que dej¨® escrito el cineasta: "Soy como un viejo ¨¢rbol de Navidad cuyas ra¨ªces murieron. Cuando vayan cayendo las agujitas de este pino que soy yo, las reemplazar¨¢n con medallas, pero junto al pino quedar¨¢n las canciones o, mejor, los cantos; porque aunque esas canciones sean silenciadas, seguir¨¢n cantando otras. ?Feliz Navidad!"
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