Un juicio lleno de testaferros y sociedades pantalla
Conde lleva m¨¢s de doce meses en el banquillo por presuntas estafas y apropiaciones indebidas
, A la luz de lo que se ha observado en este primer a?o del juicio del caso Banesto, lo que podr¨ªa parecer un esquema de "ingenier¨ªa financiera", capaz de aventajar a otros experimentos utilizados en el pasado, no s¨®lo confirma las sospechas de la instrucci¨®n sumarial, a saber, la existencia de un sistema muy rudimentario de interposici¨®n de sociedades y personas. Adem¨¢s, el juicio oral permite advertir los detalles y matices con mayor precisi¨®n. Es un caso en el que la inmediaci¨®n -capacidad de los jueces para tomar contacto con la realidad de lo que ocurri¨®- suple con creces cualquier instrucci¨®n.
Si bien el juicio comenz¨® el 1 de diciembre de 1998, las operaciones -por las cuales se pide 35 a?os de prisi¨®n a Mario Conde y 23 a?os a Arturo Roman¨ª y diferentes penas para los otros nueve acusados (Rafael P¨¦rez Escolar, Enrique Lasarte, Ramiro Nu?ez, Eugenio Mart¨ªnez Jim¨¦nez, Juan Belloso, Fernando Garro, Francisco J. Sitges, Mariano G¨®mez de Lia?o y Jacques Hachuel)- no empezaron a verse hasta primeros de marzo.
De un total de nueve operaciones individualizadas, se han abordado la mitad: extracci¨®n de caja o presunta apropiaci¨®n indebida de 300 millones de pesetas; Operaci¨®n Cementeras o presunta estafa de 1.500 millones; Oil Dor y La Esquina del Bernab¨¦u (presunta estafa de unos 2.600 millones en total); y, en paralelo a ellas, se ha comenzado a ver los artificios contables o falsedades utilizadas para camuflar la verdadera situaci¨®n de Banesto antes de la destituci¨®n de los anteriores administradores.
Conde empieza a declarar
Mario Conde comenz¨® su declaraci¨®n en marzo, poco despu¨¦s de ingresar en la prisi¨®n de Alcal¨¢ Meco para cumplir condena por el caso Argentia Trust, el 26 de febrero de 1998, tras la confirmaci¨®n de la sentencia de la Audiencia Nacional por el Tribunal Supremo.Fue una apertura esperada sobre los 300 millones. Nada m¨¢s empezar dijo lo previsto: que hab¨ªa mentido al juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n al declarar, en diciembre de 1994, que nunca hab¨ªa dado ¨®rdenes a su entonces director general, Mart¨ªn Rivas, de retirar ese dinero. Conde lo hab¨ªa negado en dos careos con Rivas. En el juicio declar¨® que los 300 millones eran un pago a Adolfo Su¨¢rez por "ayudarle" a persuadir al Banco de Espa?a, en 1989, para que le aprobase los resultados de 1988, tras la ruptura del proyecto de fusi¨®n Banesto-Central.
Rivas declar¨® en calidad de imputado, como Conde, en diciembre de 1994. Se emple¨® a fondo para que se le creyera. Al finalizar uno de sus careos con Conde, le espet¨®: "Eres un sinverg¨¹enza. Me arrepiento de haberte servido". Sin embargo, el cambio de versi¨®n por parte de ex banquero tuvo eco en Rivas, quien, ya como testigo, hizo una declaraci¨®n diferente. Fue una versi¨®n acomodada, por las razones que fuese, a las necesidades de Conde. En el vest¨ªbulo de la Audiencia Nacional Rivas y Conde se saludaron como viejos amigos, superadas las diferencias.
Fue la declaraci¨®n de Su¨¢rez, en octubre, la que tuvo cierta espectacularidad. Neg¨®, como ya hab¨ªa hecho en 1995, que hubiese recibido los 300 millones ni que ellos pagasen servicios suyos ante el banco emisor. Su¨¢rez, empero, habl¨® de un encuentro con Conde, en marzo de 1995, de gran inter¨¦s. Durante su declaraci¨®n, en efecto, el ex banquero se refiri¨® a una visita suya a casa del ex presidente del Gobierno, asunto sobre el cual se mostr¨® enigm¨¢tico. Preguntado Su¨¢rez sobre ello, dijo que Conde le hab¨ªa exhibido en su casa, el 21 de marzo de 1995, uno papeles. "Unos papeles que yo estuve viendo... quer¨ªa que el Gobierno lo supiera... Me bast¨® leer aquellos papeles para ver, primero, que no eran documentos, que pod¨ªan ser fotocopias; transmit¨ª al presidente del Gobierno que hab¨ªa unos papeles que hab¨ªa le¨ªdo que, de ser verdad, me parec¨ªan muy graves". Su¨¢rez dijo algunas cosas m¨¢s y se refiri¨® a otro encuentro con Conde, el 18 de mayo de 1995.
Su¨¢rez acreditaba as¨ª, por primera vez en sede judicial y de manera inequ¨ªvoca, la operaci¨®n chantaje de Conde sobre el Gobierno de Gonz¨¢lez, preparada por el ex banquero tras su salida de la prisi¨®n preventiva por el caso Banesto, el 30 de enero de 1995, a trav¨¦s de su contacto con el coronel Juan Perote, ex jefe de la agrupaci¨®n operativa de misiones especiales del Cesid (Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa) y el control del material sustra¨ªdo sobre la guerra sucia contra el terrorismo etarra. Perote puso a disposici¨®n de Conde los documentos clasificados, y ¨¦ste intent¨® ofrec¨¦rselos al Gobierno socialista a cambio del arreglo de su situaci¨®n.
El arreglo o pacto significaba, a la luz de la propuesta de Jes¨²s Santaella en la Moncloa, el 23 de junio de 1995, y matizada en visitas posteriores del propio Santaella y de Mariano G¨®mez de Lia?o a Jos¨¦ Enrique Serrano, director del gabinete de Presidencia, varias cosas: 14.000 millones de indemnizaci¨®n, que podr¨ªa ser satisfecha por Emilio Bot¨ªn, presidente del Santander, accionista mayoritario de Banesto; apartar a Garc¨ªa-Castell¨®n de la causa; pactar con el Banco de Espa?a la terminaci¨®n de su informe pericial; cese de las inspecciones de Hacienda, y otras.
En sede judicial, pues, Su¨¢rez cont¨® que fue Conde quien control¨® el material del Cesid, lo que supone la negaci¨®n de que su publicaci¨®n posterior fue resultado de una investigaci¨®n "period¨ªstica". M¨¢s tarde, al fracasar su chantaje, el ex banquero dio luz verde para publicar el material en la prensa -su periodico adicto, El Mundo, a quien hab¨ªa ayudado en momentos financieros dif¨ªciles, en 1992- para ablandar, por las malas, al Gobierno, cosa que no consigui¨®. La segunda de las operaciones examinadas es la que se denomina Cementeras y est¨¢, m¨¢s tarde en el tiempo, en un gag t¨ªpico de los hermanos Marx, conectada con las actividades del Centro Comercial Concha Espina (La Esquina del Bernab¨¦u) y Oil Dor. Si la extracci¨®n de los 300 millones expresaba c¨®mo Conde, que ten¨ªa menos de un 3% del capital de Banesto, consideraba al banco patrimonio exclusivo suyo, la Operaci¨®n Cementeras reflej¨® la chapucer¨ªa financiera de otro abogado del Estado: Arturo Roman¨ª. Dos sociedades instrumentales vinculadas a ambos -Gay Cordon y Data Transmission Systems- obtuvieron un beneficio de 1.500 millones al comprar y revender cuatro sociedades hormigoneras aprovechando la divisi¨®n del grupo cementero entre Valenciana y Banesto, en 1990, tras una batalla con la familia Serratosa.
Uno de los testigos clave, propuesto por Roman¨ª, fue Salvador Salort, entonces hombre fuerte de Portland Iberia, controlada por Banesto, quien, seg¨²n Roman¨ª, se encarg¨® de la compra de dos de las cuatro sociedades hormigoneras, Prebetong Arag¨®n y Hormifasa. La versi¨®n de Salort fue concreta: tanto el precio (1.403 millones) como la instrucci¨®n para comprar se las dio Roman¨ª. Al t¨¦rmino de la declaraci¨®n de Salort, los compa?eros de banquillo de Roman¨ª, que suelen avergonzarse de la exhibici¨®n de sus malas artes, manifestaban, en el vest¨ªbulo, que no daban cr¨¦dito a sus ojos.
La coartada Cede?o
La estrella invitada de la operaci¨®n era un paname?o: Jaime D. Cede?o. La coartada montada por Roman¨ª es que los 1.500 millones de la Operaci¨®n Cementeras constituyeron una comisi¨®n destinada a un grupo paname?o que le proporcion¨® informaci¨®n -"contaba con informes de agentes de la CIA", declar¨® Roman¨ª en el juicio-para resolver los problemas con la familia Serratosa.Cede?o, que deb¨ªa declarar el 19 de noviembre, mand¨® decir un d¨ªa antes, a trav¨¦s de uno de sus letrados, que acudir¨ªa. Al d¨ªa siguiente envi¨® a su letrado un fax en el que anunciaba su imposibilidad de presentarse. Como Cede?o no acudi¨®, otra testigo de Roman¨ª, Mar¨ªa Jes¨²s S¨¢nchez P¨¦rez, formalmente ex empleada suya, al parecer relacionada con Cede?o, tampoco se present¨®. Para que el tribunal no viera la desbandada, seg¨²n razonaron los letrados de Roman¨ª, dieron informaci¨®n para que se le citara. Cuando compareci¨®, al ser preguntada si sab¨ªa por qu¨¦ Cede?o no hab¨ªa comparecido, contest¨®: "Pues s¨ª, y me parece que es por un motivo tan lamentable que no se lo desear¨ªa a nadie en esta sala... Lo s¨¦, no le puedo decir, s¨¦ el motivo y ya le digo que no se lo deseo a nadie".
En momentos como ¨¦ste, que se repiten casi semanalmente, el presidente del tribunal, Siro Garc¨ªa, suele echar mano del humor. "En todo caso [dijo refiri¨¦ndose a Mar¨ªa Jes¨²s S¨¢nchez P¨¦rez], debemos agradecerla que desee que no nos ocurra lo mismo a nosotros que al se?or Cede?o, que al parecer es una cosa grave, que eso lo tiene muy en cuenta el tribunal".
La coartada de Cede?o tambi¨¦n es vital en Oil Dor y Centro Comercial Concha Espina (1.500 millones), en lo que se refiere a Roman¨ª. ?ste arguye que los 1.500 millones iniciales de los paname?os se invirtieron mal y que, al perderse, tuvo que echar mano del favor de Carlos Garc¨ªa Pardo, presidente de Dorna, para reunir otra cantidad equivalente a trav¨¦s de las dos operaciones citadas. Montilsa, que obtuvo esos 1.500 millones, es de Cede?o. Conde se esconde tras Roman¨ª y Cede?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.