Pasi¨®n por comprar
Sin tiempo para el respiro y con la cuenta de ahorro intentando reponerse del sablazo consumista que conllevan las fechas navide?as, las rebajas vuelven a desatar ese instinto natural que consiste en comprar, sin saber en muchos casos por qu¨¦, cualquier cosa que otrora duplicara en precio. Las escenas de tiendas abarrotadas en busca de esa ¨²ltima talla que casualmente se la ha llevado el cliente anterior, vuelven a repetirse, sin tregua posible, s¨®lo un d¨ªa despu¨¦s del que fuera ¨²ltimo gran d¨ªa de compras: los Reyes. Ahora es tiempo de rebajas. Cualquier motivo es bueno para caer en el anzuelo. Mar¨ªa ?ngeles Gonz¨¢lez, bilba¨ªna de 36 a?os, ten¨ªa previsto cambiar un regalo del d¨ªa de Reyes pero al ver las rebajas se ha ido animando. No ha podido resistir la tentaci¨®n. Como las miles de personas que desde las diez de la ma?ana de ayer, bolsa en mano, transitaban por la abarrotada Gran V¨ªa bilba¨ªna, cuya estampa recordaba a la londinense Oxford Street. A las irresistibles ganas de comprar de algunas personas se une la oportunidad de hacerlo a un precio reducido que oscila entre el 10% y el 50% de algunos art¨ªculos, generalmente los m¨¢s caros. "La inmensa mayor¨ªa de nuestros clientes ¨²nicamente se fija en el precio", comenta una dependienta de Zara que prefiere guardar su anonimato. "No le importa demasiado si lo que se lleva le va a gustar o no". Una vez dado el pistoletazo de salida de las rebajas, la locura que se vive en el interior de la tienda es similar a la de Navidades: atender a toda una multitud, sacar la ropa, doblar... "Llega un momento en que no puedes ni buscar la ropa porque se amontona y se vende con tanta facilidad que no llegas a saber ni lo que queda", indica la encargada del probador de Zara, mientras atiende a una se?ora que se interesa por la talla 38 de un pantal¨®n que ahora cuaesta 3.995 pesetas. A escasos metros, un matrimonio debate entre llevarse el traje gris, "porque est¨¢ muy bien de precio y nos lo van a quitar", y Bego?a se decanta por comprarle a su hijo Iker, "que es un destroz¨®n", un par de zapatos. "No soy de las que compran por comprar", asegura Bego?a. "De hecho, me reservo para las rebajas a la hora de comprar ropa, porque merece la pena esperar". Entre unos y otros la tienda empieza a desbordarse. No es una novedad. Probablemente este a?o tambi¨¦n tengan que cerrar durante un tiempo para impedir las aglomeraciones y avalanchas. Es entonces cuando interviene Jos¨¦ Manuel Pereira, el vigilante de seguridad, que desde primeras horas de ayer tuvo que poner orden para apaciguar a una persona que se quejaba amargamente de las colas que ten¨ªa que soportar. Los que se quejan son los menos. La mayor¨ªa asume las incomodidades con sumo gusto. Es m¨¢s, forman parte del plan. La joven Itxiar, que va acompa?ada por una amiga, sabe sacar partido a las rebajas. Exprime sus exigua econom¨ªa y espera a estas fechas para gastarse el dinero que sus padres le regalaron en Navidades: se lleva de regalo un jersey y un pantal¨®n. Mientras tres operarios retiran los ¨²ltimos motivos navide?os que luc¨ªan en la fachada de El Corte Ingl¨¦s, las rebajas toman su relevo... hasta que se acaben las existencias.
El debut de un cl¨¢sico
No hace muchos a?os, unos pocos privilegiados se vanagloriaban de haber acudido a las rebajas de Londres, y m¨¢s en concreto, haber entrado en los m¨ªticos grandes almacenes Marks&Spencer. El emblem¨¢tico comercio brit¨¢nico, con m¨¢s de un siglo de tradici¨®n en la venta del textil, vivi¨® ayer su primer d¨ªa de rebajas en Bilbao, despu¨¦s de que este establecimiento fuera inaugurado el pasado 1 de octubre del pasado a?o. "Aquel d¨ªa hab¨ªa mucha m¨¢s gente que hoy esperando a que se abrieran las puertas", comenta Paloma Arias, subdirectora del establecimiento. Aunque el local no vivi¨® en ning¨²n momento esa sensaci¨®n agobiante t¨ªpica de las rebajas, a primera hora s¨ª hubo la inevitable pelea entre dos edos se?oras por hacerse con el ¨²nico pantal¨®n de su talla.
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