?Pero d¨®nde est¨¢ Rojas-Marcos?

El asunto fat¨ªdico del muro del antiguo bazar Espa?a, de Sevilla, que se desplom¨® el ¨²ltimo d¨ªa del a?o, causando la muerte de cinco personas, est¨¢ muy lejos de quedar elucidado y zanjado, como quisiera la alcaldesa de la ciudad, Soledad Becerril. Restan muchos flecos por aclarar, y muchas responsabilidades, aunque ya se est¨¢ viendo, por otras cat¨¢strofes, que esto de las culpas pol¨ªticas cada d¨ªa se parece m¨¢s a la materia oscura del universo, que ocupa algo as¨ª como el 90% de todo lo existente, pero nadie sabe qu¨¦ es ni d¨®nde est¨¢. Por cierto, que mucha gente se est¨¢ preguntando estos d¨ªas d¨®nde estar¨¢ tambi¨¦n el segundo edil de la capital andaluza, Alejandro Rojas-Marcos, que no aparece por ning¨²n sitio relacionado con el escabroso infortunio, quitando unas t¨ªmidas declaraciones del segundo d¨ªa, recomendando prudencia. Se lleg¨® a pensar si no estar¨ªa aquejado de alguna de las m¨²ltiples variantes de la gripe del a?o, que tambi¨¦n es un tanto escurridiza. Pero no, por suerte lo hemos visto estos d¨ªas, como de costumbre, pate¨¢ndose barrios y prometiendo mil cosas aqu¨ª y all¨¢. Raro es, sin embargo, que todav¨ªa no haya dicho ni mu sobre lo del muro. Principalmente porque, seg¨²n todos los indicios, es el responsable m¨¢s directo de Urbanismo, despu¨¦s de la alcaldesa, quien por lo menos est¨¢ teniendo la gallard¨ªa de dar la cara. Infinidad de pruebas podr¨ªan aportarse sobre lo mucho que manda este se?or en la gesti¨®n de lo m¨¢s importante que administra una ciudad, el suelo, pero nos bastar¨¢ la ¨²ltima de esas efusivas manifestaciones con las que ¨¦l va prometiendo el oro y el moro por doquier. El pasado d¨ªa 7, en el Parque Alcosa, afirm¨® que "la Gerencia no tiene ning¨²n inconveniente en ceder la parcela para que se construya una comisar¨ªa de polic¨ªa". O sea, que mandar, manda. De ah¨ª que resulte tanto m¨¢s enigm¨¢tico su hermetismo acerca del desdichado muro. Pero no desesperemos. Seguro que est¨¢ preparando una declaraci¨®n trascendental. En un caballero de su estirpe, no cabe esperar otra cosa. Tengan un poco de paciencia.