Havana Club pugna por su cubalibre
Una empresa francesa y otra estadounidense se disputan la propiedad de una marca de ron
El famoso ron cubano Havana Club despierta pasiones en todo el mundo. Pero m¨¢s en Estados Unidos, a pesar de que, debido a la ley del embargo, los norteamericanos no pueden siquiera saborear el noble licor cubano. El asunto va m¨¢s all¨¢ del simple placer de tomarse una copa en un bar -?un cubalibre?-, y amenaza con derivar en una bronca de lo m¨¢s enrevesada, que podr¨ªa hasta enfrentar a Havana Club con el Congreso de EEUU. La trama de esta historia comenz¨® hace cuatro a?os, cuando la empresa cubana titular de Havana Club, Havana Rum and Liquors (HRL), lleg¨® a un acuerdo con la multinacional Pernod Ricard para que la empresa francesa comercializase en todo el mundo el prestigioso ron cubano. A pesar del embargo, desde 1974 Cuba mantuvo registrada en la Oficina de Marcas y Patentes de EEUU la marca Havana Club con vistas a vender este ron en EEUU cuando Washington cambiase su pol¨ªtica hacia la isla.
Tras sellarse la alianza entre HRL y Pernod Ricard, surgi¨® la empresa mixta Havana Club International (HCI), a la que las autoridades cubanas traspasaron la titularidad de la marca Havana Club en todo el mundo, incluido EEUU. Pero, a finales de 1996, la empresa Bacardi-Martini, propiedad de due?os cubanos de f¨¢bricas de ron expropiadas por la revoluci¨®n cubana, introdujo en EEUU un ron de marca Havana Club producido en Bahamas. De inmediato, los abogados de HCI en EEUU interpusieron una demanda contra Bacardi en un juzgado de Nueva York por empleo ilegal de la marca.
Para defender las posiciones de HCI, en el ¨²ltimo a?o se ha desplazado a EEUU una decena de ejecutivos cubanos y franceses de la empresa mixta que comercializa en todo el mundo el ron cubano. El asunto se complic¨® a¨²n m¨¢s en octubre del a?o pasado, cuando el Congreso de EEUU aprob¨® la ley de presupuesto de 1999, con una enmienda que establece que ninguna empresa extranjera puede defender en EEUU los derechos de una marca que en el pasado haya sido expropiada sin indemnizaci¨®n a ciudadanos estadounidenses en cualquier pa¨ªs del mundo.
Resulta que la marca Havana Club fue creada en Cuba en 1878 por un emigrante vasco de apellido Arechavala, cuya f¨¢brica de ron fue nacionalizada al triunfo de la revoluci¨®n. HCI asegura que los descendientes de Arechavala nunca se ocuparon de mantener su marca en EEUU despu¨¦s de 1959 y que, al no renovar su registro, la abandonaron, y acusa a Bacardi de presionar a los legisladores estadounidenses para introducir silenciosamente una enmienda que va contra los intereses de Pernod-Ricard y que contradice el entendimiento alcanzado por la UE y Cuba para que la ley Helms-Burton no afecte a empresas europeas. Los abogados de Bacardi arguyen que varios descendientes de Arechavala les cedieron los derechos de la marca, y que, en virtud de la ley Helms-Burton, es ilegal que una empresa extranjera que "trafique" con propiedades expropiadas a ciudadanos estadounidenses -y una marca es una propiedad y Bacardi es ahora una empresa norteamericana- defienda sus derechos en EEUU.
A falta de una sentencia judicial, el secretario de Estado franc¨¦s de Comercio Exterior, Jacques Dondoux, ha pedido la intervenci¨®n del comisario europeo de Pol¨ªtica Comercial de la UE, Leon Brittan, para que Pernod Ricard no sea perjudicada.
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