El fiscal general de Rusia pide que se investigue la responsabilidad del Banco Central en la crisis
El ex presidente del Banco Central Sergu¨¦i Dubinin "es directamente responsable de lo que ocurri¨® en Rusia despu¨¦s del 17 de agosto de 1998", cuando la devaluaci¨®n del rublo y la suspensi¨®n del pago de la deuda sumi¨® al pa¨ªs en su m¨¢s grave crisis. Son palabras del fiscal general, Yuri Skuratov, que ayer anunci¨® que propondr¨¢ al presidente Bor¨ªs Yeltsin que convoque al Consejo de Seguridad Nacional para que estudie un informe especial de la fiscal¨ªa sobre la responsabilidad de la entidad emisora en una ca¨ªda al abismo de la que Rusia a¨²n no se ha recuperado.
Skuratov lo tiene claro: una cosa son los errores humanos y otra muy diferente las negligencias y los delitos. El informe que acaba de poner en manos del l¨ªder del Kremlin, del primer ministro, Yevgueni Primakov, y de los presidentes de las dos C¨¢maras del Parlamento incluye, seg¨²n ¨¦l, la constataci¨®n de numerosas violaciones de la ley. A¨²n no se ha llegado al final de la investigaci¨®n, a?adi¨®, a causa de las dificultades para escarbar en las actividades de ciertos altos funcionarios en los mercados financieros. "Tenemos que averiguar de d¨®nde sale su dinero", se?al¨®. "Se trata de centenares de millones de rublos".Dubinin est¨¢ en el punto de mira de numerosas acusaciones. Y Skuratov niega que sus acusaciones tengan, como se dice en algunos medios, objetivos pol¨ªticos. Ahora la pelota est¨¢ en el alero de Yeltsin, que durante su mandato ha lanzado tan numerosas como incumplidas promesas de acabar con el c¨¢ncer que corroe a Rusia: la corrupci¨®n.
Entre tanto, el Gobierno intenta ir poniendo parches para que la cat¨¢strofe sea menos visible. Una estrategia que, cuando menos, ha permitido una estabilidad sorprendente, si se tiene en cuenta que millones de personas llevan meses sin cobrar sus salarios y pensiones y que la mayor¨ªa sigue sin recuperar los ahorros depositados en bancos en quiebra, que son la mayor¨ªa.
La estrategia oficial pasa por el no reconocimiento de que el pa¨ªs est¨¢ en bancarrota, aunque dif¨ªcilmente puede interpretarse de otra forma que, el pasado 29 de diciembre, no se pudiesen pagar al Club de Londres de acreedores internacionales los 362 millones de d¨®lares (312 millones de euros) correspondientes al pago de intereses de unos 30.000 millones de d¨®lares de deuda de la antigua URSS.
Ayer, el ministro de Finanzas, Mija¨ªl Zad¨®rnov, casi el ¨²nico resto de reformismo radical en el Gabinete, asegur¨® que la declaraci¨®n de quiebra est¨¢ excluida, que Rusia cumplir¨¢ con sus compromisos de pago y que no tienen ninguna base las informaciones publicadas recientemente de que los activos rusos en el exterior pueden ser confiscados. "Se trata", dijo, "de una invenci¨®n de principio a fin".
La l¨ªnea de defensa pasa por la afirmaci¨®n de que el 70% de los acreedores a los que se dej¨® con la mano tendida en diciembre ha aceptado ya la reestructuraci¨®n de la deuda. El Club de Londres y su punta de lanza, el Banco de Am¨¦rica, estiman, sin embargo, que, para que no se hable de quiebra, es preciso al menos el acuerdo con el 95% de los acreedores.
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