Las portentosas memorias de Luis Ciges

Inventor de una "truca de dibujos animados", realizador de televisi¨®n y de documentales, "fetichista, esp¨ªa y ¨¢crata por libre", t¨¦cnico de efectos especiales, mercenario en Rusia y elemento subversivo en Espa?a, compadre de Gonzalo Su¨¢rez y compa?ero de farra de Luis Goytisolo, miembro fundador de la Escuela de Cine de Barcelona, padre de un hijo de 28 a?os ("me ha salido bueno, pero un poco vago"), Luis Ciges es tan gracioso como los personajes que ha interpretado tantas veces.Ahora acaba de venir de Rusia. Estuvo all¨ª un a?o entero, combatiendo ("no, no mat¨¦ a nadie, no jodamos") con la Divisi¨®n Azul, y ha vuelto para rodar un documental. Reci¨¦n llegado al humilde barrio madrile?o (Villaverde Bajo) donde vive, no ha tenido tiempo de organizarse mucho: la bolsa de viaje est¨¢ a¨²n abierta en el suelo del sal¨®n, y hace un fr¨ªo digno de la tundra.

Por lo dem¨¢s, la casa, un piso 12 sobre la Carretera de Andaluc¨ªa, recuerda al ambiente Torrente, pero en versi¨®n intelectual. Hay libros por todas partes (cine, psicolog¨ªa, novelas, historia, arqueolog¨ªa, una biograf¨ªa de Hitler, la Est¨¦tica de L¨²kacs en cuatro tomos...); unos cuantos v¨ªdeos viejos (ninguno suyo: dice que jam¨¢s se ve, y que se mira muy poco al espejo); una foto grande de Picasso; un diploma del National Geographic; el retrato de una novia guap¨ªsima de Mario Gas, "que luego se hizo musulmana"; una c¨¢mara Sony, un zapatero de porcelana, y una mesa muy baja con un ordenador reluciente y una silla de director de cine que queda medio metro por encima...

Ciges se ha tra¨ªdo varios paquetes de tabaco ruso sin filtro y fuma sin parar, partiendo los pitillos por la mitad. "Estamos fumando como machos", dice al tercer paquete. Antes, ha sacado una botella de Valdepe?as para la visita: "Yo no soy aficionado a esto...".

A los 77 a?os, sigue instalado en la bohemia total. "Es un caos sin orden, el caos bueno. Me ayuda a mantenerlo as¨ª el que no encuentro ni a tiros una mujer que limpie". Y luego cuenta su vida.

Ni?o feliz y polic¨ªa de burdel

"Tuve una infancia muy feliz aunque entonces se ganaba poco. Mi padre era escritor y pol¨ªtico republicano. Mi madre era hija de burgueses (era la hermana de Azor¨ªn) y s¨®lo pintaba y se ocupaba de la cocina. ?ramos cuatro hermanos. Ten¨ªa yo 15 a?os cuando mataron a mi padre, que era Gobernador Civil de ?vila. El 3 de agosto del 36, con el equipaje hecho para irse a Cuba de embajador, lo detuvo la Guardia Civil. Al d¨ªa siguiente lo mataron los nacionales de un tiro en la cabeza, en el cementerio. Le robaron todo, el hombre no dej¨® ni una perra. As¨ª que mi madre y mi hermana se fueron a un convento de clausura, y yo y mis hermanos a uno de frailes castigados. No com¨ªan, nos trataban fatal, era una cosa horrorosa. Cuando acab¨® la guerra, nos dieron a elegir: seguir all¨ª o entrar en el Tercio de Orden y Polic¨ªa. As¨ª que nos fuimos, mi hermano peque?o y yo. A Elizondo, con los requet¨¦s, a andar las v¨ªas del tren por si hab¨ªa petardos, y a cerrar los burdeles que vi¨¦ramos abiertos".

El frente ruso sin tanques

"Despu¨¦s nos fuimos a Rusia de voluntarios, o sea de mercenarios. Con un Grupo de Asalto y Caza de Tanques de la Divisi¨®n Azul. Llev¨¢bamos metralletas, bombas de mano y de humo, pero tanques no hab¨ªa. Mi madre cobraba nuestro sueldo en marcos. Estuvimos de octubre a octubre, en Polonia, Leningrado... Yo era el despistado n¨²mero dos y me mandaban las cosas m¨¢s raras. Cruzar el campo de batalla con una carretilla. Subir una monta?a en trineo... No hab¨ªa transporte, anduvimos 1.200 kil¨®metros en un mes. En verano, a 56 bajo cero".

Medicina, bronquitis y autopsias

"Luego hice la mili en Sevilla, hasta que me echaron por hacerme el jefe: sacaba comida para los pobres y los presos del Socorro Rojo. Despu¨¦s estuve un tiempo haciendo como que era esp¨ªa alem¨¢n en las Minas del Eje (el eje de Orense, Pontevedra y Lugo) y me volv¨ª a ?vila con bronquitis. Estudi¨¦ dos a?os de medicina y me coloqu¨¦ en un sanatorio de tuberculosos. Hab¨ªa 400 enfermos, muy enfermos. Como yo estaba bastante curado de espanto, me pusieron en autopsias. Entonces ten¨ªa un pabelloncete majo a las afueras, y hab¨ªa una moza con la que me quer¨ªa casar. Por hacer un ejercicio de fidelidad. Pero ella no quiso vivir all¨ª y me vine a Madrid".

Solo ante el peligro

"Como era aficionado al cine, me fui a ver Solo ante el peligro y me present¨¦ al examen del Instituto de Investigaci¨®n y Experiencia Cinematogr¨¢fica. Confundido, porque cre¨ªa que era cosa de medicina... Con ese nombre... Y resulta que me aprobaron. Me gustaba la interpretaci¨®n, pero era tan feo... Hice direcci¨®n, cuatro a?os, y me fui a Barcelona. En la escuela estaban Patino, Summers, Julio Diamante, Saura haciendo las pr¨¢cticas... Berlanga era profesor. En Barcelona estuve 13 a?os, trabajando de realizador en Miramar. Pero hice cosas muy graves y me echaron. Mand¨¢bamos fotos de las huelgas a Par¨ªs y a Mil¨¢n, hicimos un documental muy duro, Notas de "Nos encerramos en Montserrat por los fusilamientos de Burgos", el cura que me cas¨® me denunci¨® y me echaron".

Leproso en "Molokay"

"Mi primera pel¨ªcula no fue Pl¨¢cido, fue Molokay, de Luis Luc¨ªa. Cat¨¢strofe. Un t¨ªo intratable. Iba de director. "Sonr¨ªa; no sonr¨ªa...". Fui a verle a su casa y estaba haciendo la lista de una fiesta con las t¨ªas que tragaban, y las que no tragaban las borraba.Yo ten¨ªa 11 o 12 d¨ªas de trabajo, no estaba mal. Rod¨¢bamos en Manzanares. Hab¨ªa un gran lago, pon¨ªan una palmera y ya era Filipinas. Yo hac¨ªa de Manolo, un leproso. Lo malo es que era invierno, y hab¨ªa tanta humedad que nunca daba el sol. Venga sol por el horizonte, y all¨ª nada. Y Luc¨ªa con un cabreo... "Aqu¨ª hay un gafe", dec¨ªa. As¨ª que primero quem¨® la camisa amarilla de un t¨¦cnico, y como segu¨ªa sin sol, me ech¨® a m¨ª. Mejor. "Sonr¨ªa, no sonr¨ªa". ?C¨®mo co?o iba a dirigirme a m¨ª, que iba para director? "Dirigiendo bien, ¨¦ste no es momento de sonre¨ªr. Igual un momento de alegr¨ªa, s¨ª, pero no de sonre¨ªr".

"Pl¨¢cido" y Berlanga

"Berlanga no va de director. Va de no decirte nunca que has estado bien. Te partes un pie, pasa a tu lado y ni te pregunta. Pero te deja improvisar. Siempre que sepas las palabras clave berlanguianas, astrolabio, austroh¨²ngaro y rotoprint, puedes meter tu chorrada. Austroh¨²ngaro la pone en todas. Hitchcok sale, Berlanga mete austroh¨²ngaro"."Para Pl¨¢cido me dijo que no daba el tipo de pobre (en esa ¨¦poca me llamaban maric¨®n de playa, era un hombre de gimnasio, me llevaba a las chicas de calle y daba unas hostias...). Yo le dije: "Lo dar¨¦". Me fui al ilustre Iranzo, peluquero de Barcelona, y le ped¨ª que me hiciera un corte bueno para pasear, pero que con un golpe se esco?ara. Me compr¨¦ una gabardina, la llev¨¦ un mes, me met¨ª bocadillos de chorizo y de tortilla en los bolsillos para que chorrearan bien, y me present¨¦ a ¨¦l.

-?Qu¨¦ pobre hago? ?El que enga?a, el que se guarda la comida o el vago?

-No me des el co?azo, Luis, que t¨² eres el actor.

-Ah, bueno. Hacemos el pobre que salga, entonces.