Irak y las Naciones Unidas

En estos ¨²ltimos d¨ªas se han reanudado los esfuerzos diplom¨¢ticos en el seno de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para definir una l¨ªnea clara de actuaci¨®n con relaci¨®n a Irak. Algunos pa¨ªses han lanzado ideas sobre la mejor manera de avanzar a partir de ahora. Estas propuestas son importantes por dos motivos. Primero, porque vienen a llenar el vac¨ªo diplom¨¢tico que se produjo tras las recientes operaciones militares en Irak. Y segundo, porque devuelven la discusi¨®n al marco donde debe producirse, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.Es en efecto fundamental que la ONU recupere el papel central en la b¨²squeda de una soluci¨®n. Al Consejo de Seguridad compete tomar medidas para poner fin a una situaci¨®n que implica un grave riesgo para la paz y la seguridad internacionales. Son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad quienes deber¨ªan ser los primeros interesados en ello.

Espa?a no es en este momento parte integrante del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero como miembro responsable y activo de la Comunidad Internacional trata de contribuir a la b¨²squeda de una salida a esta crisis. Lo hace desde el m¨¢ximo respeto a la legalidad internacional y sin olvidar sus lazos de afinidad con Irak y su voluntad de seguir contribuyendo positivamente a la paz y a la estabilidad en una regi¨®n del mundo afligida desde hace ya demasiado tiempo por conflictos y crisis. Tres son los aspectos primordiales sobre los que la comunidad internacional debe tomar decisiones urgentes con respecto a Irak: el sistema de inspecciones, el r¨¦gimen de sanciones y los programas de asistencia humanitaria a la poblaci¨®n iraqu¨ª.

1. Es necesario mantener un sistema de inspecciones internacionales que asegure que Irak no reanuda sus programas de armamentos nucleares, qu¨ªmicos y bacteriol¨®gicos, as¨ª como la construcci¨®n de misiles bal¨ªsticos. Estos programas no son una invenci¨®n. Su existencia ha sido constatada sobre el terreno por los inspectores internacionales. Otra cosa distinta es la manera en la que se puedan llevar a cabo las inspecciones. Tal vez convendr¨ªa replantearse criterios, formas de actuaci¨®n y objetivos, para adaptarlos a las necesidades reales de inspecci¨®n en este momento. La labor de UNSCOM ha permitido eliminar algunas de las armas de destrucci¨®n masiva de Irak y el potencial iraqu¨ª en el ¨¢mbito de los misiles bal¨ªsticos. En cambio, Irak podr¨ªa mantener todav¨ªa arsenales no desde?ables de armas qu¨ªmicas o bacteriol¨®gicas. El sistema de inspecci¨®n que se establezca a partir de ahora podr¨ªa tomar en cuenta estos datos. La idea ser¨ªa establecer un sistema de inspecci¨®n a largo plazo que impida el rearme iraqu¨ª. Sin embargo, no deben descuidarse tampoco los mecanismos de control que eliminen las reticencias sobre la existencia de armas de car¨¢cter qu¨ªmico o bacteriol¨®gico, teniendo en cuenta que no es realista pensar que se pueda llegar a la certeza absoluta de que se han destruido al cien por cien estos arsenales. En todo caso, es preciso que se trate de un sistema de inspecci¨®n eficaz, pero que no nos lleve de crisis en crisis como en los ¨²ltimos tiempos.

Parece conveniente por otro lado una supervisi¨®n estrecha por parte del Consejo de Seguridad de la labor de los equipos de inspecci¨®n. Su actuaci¨®n y la de todos sus integrantes debe responder, en todos sus aspectos, a las directrices establecidas por el Consejo.

2. La resoluci¨®n 687 vincula el levantamiento de las sanciones a Irak al cumplimiento por parte de este pa¨ªs de sus obligaciones de desarme. Es necesario enviar claramente a Bagdad un doble mensaje. Irak debe cooperar plenamente con el Consejo de Seguridad para que ese nuevo sistema de inspecciones pueda actuar sin restricciones. Si lo hace y cumple as¨ª las obligaciones de desarme impuestas por la Resoluci¨®n 687 -algo que debe terminar ¨²nicamente el propio Consejo- habr¨¢ de levantarse la prohibici¨®n de exportaciones iraqu¨ªes derivada de esa misma Resoluci¨®n. Nuestro objetivo es lograr que la plena cooperaci¨®n de Irak con las Naciones Unidas permita que el levantamiento de las sanciones se convierta en una realidad lo antes posible. Irak debe poder ver la luz al final del t¨²nel y ¨¦sta ha de ser una luz real, no ilusoria.

3. Finalmente, como tuve ocasi¨®n de resaltar en mi comparecencia en el Congreso de los diputados el pasado 17 de diciembre, el Gobierno espa?ol est¨¢ profundamente preocupado por los sufrimientos y penalidades que atraviesa en estos momentos el pueblo iraqu¨ª. Un pueblo ligado al nuestro por v¨ªnculos hist¨®ricos y culturales, que sufre las consecuencias terribles de una situaci¨®n que no puede controlar.

Espa?a considera que es necesario hacer algo, y algo serio, urgente y eficaz, para atender mejor las necesidades humanitarias de la poblaci¨®n iraqu¨ª. Mientras no se levanten las sanciones, conviene establecer mecanismos para aliviar el sufrimiento del pueblo iraqu¨ª. Por lo tanto, resultan positivas las ideas planteadas en el Consejo de Seguridad sobre la eliminaci¨®n de los techos m¨¢ximos para la importaci¨®n por parte de Irak de medicinas y alimentos. Convendr¨ªa adem¨¢s ampliar, mediante la f¨®rmula que se estime m¨¢s conveniente, la capacidad de importaci¨®n por parte de Irak no s¨®lo de alimentos y de medicinas, sino tambi¨¦n de otros bienes que tienen asimismo una incidencia importante sobre la situaci¨®n humanitaria de la poblaci¨®n. Ser¨ªa el caso, entre otros, de los sistemas de generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica, muy da?ados en este momento, o de las piezas de repuesto para su industria petrol¨ªfera, fundamental para obtener sus ingresos de exportaci¨®n.

El secretario general podr¨ªa presentar un informe con propuestas concretas sobre las medidas de car¨¢cter humanitario que cabr¨ªa adoptar para aliviar la situaci¨®n de la poblaci¨®n iraqu¨ª. El Gobierno espa?ol est¨¢ dispuesto a colaborar desde este mismo momento en acciones multilaterales de ayuda humanitaria a Irak, dotados naturalmente de los necesarios mecanismos de supervisi¨®n.

Mientras tanto, todas las partes han de abstenerse de tomar medidas que puedan agravar la situaci¨®n. Son los momentos de vac¨ªo diplom¨¢tico los m¨¢s propicios para caer en la tentaci¨®n de actuaciones unilaterales. El r¨¦gimen iraqu¨ª ha enviado recientemente una serie de se?ales que resultan preocupantes, desde el cuestionamiento de las fronteras de Kuwait a la multiplicaci¨®n de incidentes con aviones que sobrevuelan las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea o la negativa a seguir colaborando con el cumplimiento de las Resoluciones del Consejo de Seguridad. Esa l¨ªnea de comportamiento resulta peligrosa para todos. Espa?a, que considera esencial el mantenimiento de la soberan¨ªa y la integridad territorial de Irak, desea que este pa¨ªs se convierta en un factor de estabilidad en la regi¨®n, en lugar de constituir una amenaza. Irak ha permanecido demasiado tiempo marginado de la Comunidad Internacional. Es necesario dise?ar una estrategia diplom¨¢tica para ofrecerle la oportunidad de reintegrarse plenamente a ella. Es el momento de que las Naciones Unidas asuman el liderazgo de una verdadera acci¨®n concertada de la Comunidad Internacional para resolver la ya demasiado larga crisis de Irak. Se trata de hacerlo por medios pac¨ªficos y diplom¨¢ticos, bajo la clara direcci¨®n de la ONU.