Los investigadores alertaron de la grave situaci¨®n de la entidad en mayo de 1992

El grupo de inspectores del Banco de Espa?a, que encabezaba desde diciembre de 1991 Ignacio Palicio, emiti¨® las primeras se?ales de alarma sobre la grave situaci¨®n de Banesto en mayo de 1992. El d¨ªa 26 de dicho mes, Palicio entreg¨® un informe al gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo, en el que se se?alaba que a¨²n con la nueva normativa bancaria, menos exigente, la entidad que presid¨ªa Mario Conde presentaba un d¨¦ficit de capitalizaci¨®n o de recursos propios comprendido entre 45.000 millones de pesetas y 60.000 millones de pesetas. Banesto hab¨ªa llegado a tal situaci¨®n tras el fracaso de la fusi¨®n con el Banco Central, hecho que provoc¨® un intento de ganar cuota de mercado casi a cualquier precio. La b¨²squeda de masa cr¨ªtica, de volumen, llev¨® a que los cr¨¦ditos concedidos por el grupo financiero Banesto pasaran de 1,7 billones de pesetas a finales de 1988 a 3,3 billones de pesetas en los primeros meses de 1992.Palicio se?alaba en su informe la causa del grave riesgo en que estaba incurriendo Banesto: "El mayor impacto que tuvo en Banesto la guerra de las supercuentas, y el fuerte crecimiento de los recursos interbancarios [a los que apelaba la entidad], que tienen un coste m¨¢s elevado". En definitiva, el inspector jefe del Banco de Espa?a en Banesto advert¨ªa claramente del fuerte riesgo de quebranto al que estaba expuesta la entidad presidida por Conde.

Los inspectores del Banco de Espa?a detectaron tambi¨¦n que Banesto ten¨ªa dificultades para conseguir una "base accionarial s¨®lida y estable", lo que obligaba al equipo de Mario Conde a hacer verdaderos equilibrios para colocar la autocartera de la entidad. Los compromisos derivados de dichas operaciones de autocartera, seg¨²n se?al¨® Palicio en 1992, "podr¨ªan suponer p¨¦rdidas futuras para Banesto".