"Wagner no es el responsable de Hitler"
Est¨¢ visiblemente cansado por un largo viaje en avi¨®n desde San Francisco y sus ojos claros parecen fr¨ªos hasta que comienza a hablar de ¨®pera y su mirada se ilumina con la fuerza de esos visionarios que ha retratado en sus pel¨ªculas. Werner Herzog (M¨²nich, 1942) lleg¨® el jueves a Madrid para comenzar los ensayos de Tannh?user, la ¨®pera de Richard Wagner (Leipzig, 1813- Viena, 1883) que se representar¨¢ en el Teatro Real entre el 4 y el 17 de febrero. Aunque algunos int¨¦rpretes son distintos, la versi¨®n ser¨¢ b¨¢sicamente la misma que Herzog dirigi¨® en el oto?o de 1997 en Sevilla. El director de escena oper¨ªstica y realizador cinematogr¨¢fico est¨¢ un poco harto de los t¨®picos sobre Wagner o de los chistes de las pel¨ªculas de Woody Allen sobre el compositor alem¨¢n."Wagner fue una persona problem¨¢tica", comenta Herzog, "que llev¨® una vida casi mediocre y que ten¨ªa una personalidad bastante anodina. Pero su m¨²sica es grandiosa, conmovedora y brillante. Parece una contradicci¨®n lo que afirmo, pero no lo es en absoluto. Muchos artistas o incluso muchos santos de la Iglesia cat¨®lica fueron personas mediocres, a veces incluso criminales, que por otra parte protagonizaron grandes obras. En cualquier caso, Wagner no es el responsable de Hitler como tampoco se puede acusar a Marx de los cr¨ªmenes de Stalin. Le pondr¨¦ dos ejemplos de respeto por la m¨²sica de Wagner, a pesar de su declarado antisemitismo. El director de orquesta jud¨ªo Daniel Barenboim ha trabajado en los festivales de Bayreuth y ha dirigido El anillo de los nibelungos. Otro detalle se refiere a Toscanini que rompi¨® su contrato con Bayreuth por su enfrentamiento con los nazis y cuando lleg¨® a Jerusal¨¦n lo primero que hizo fue montar una obra de Wagner".
Radical e inconformista desde su juventud, modelo de alem¨¢n abierto al mundo, Werner Herzog vive m¨¢s tiempo en San Francisco que en M¨²nich. Habla un espa?ol muy correcto aprendido en sus largas estancias en Am¨¦rica Latina, donde ha rodado m¨¢s de una vez. No obstante, Herzog confiesa, ante el imponente panorama del Palacio Real que se contempla desde los ventanales del teatro, que conoce muy poco Espa?a. "Tan s¨®lo Andaluc¨ªa y Lanzarote, antes de la llegada del turismo", se?ala. Calvo y sin barba, la imagen de uno de los grandes cineastas alemanes de las ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢ lejos de aquel aspecto de joven airado que exhib¨ªa cuando compart¨ªa inquietudes con figuras como Rainer Fassbinder o Wim Wenders. Pero su talento, en la ¨®pera o en el cine, ha ganado con los a?os.
Tras subrayar que s¨®lo dirige aquellas ¨®peras que le conmueven y le emocionan, Werner Herzog sostiene que Tannh?user es pura espiritualidad. "La ¨®pera sucede", manifiesta, "cuando un mundo entero se transforma en m¨²sica. A partir de esa sensaci¨®n yo veo im¨¢genes, escenarios y personajes. En Tannh?user la acci¨®n no existe apenas y no pasa nada. Por eso s¨®lo es visible el alma de los escenarios o de los personajes. Mi misi¨®n como director de escena consiste en mostrar unas almas conmovidas".
Su pasi¨®n por la ¨®pera tiene su m¨¦rito porque, cuando este artista alem¨¢n era un adolescente, un profesor amenaz¨® con mantener en el aula a todos sus compa?eros hasta que el t¨ªmido Herzog cantara en p¨²blico. Odi¨® la m¨²sica durante a?os. Pero, poco a poco, comenz¨® a escuchar m¨²sica de compositores como Orlando di Lasso para descubrir despu¨¦s a Beethoven o Gesualdo, sobre el que ha rodado su pel¨ªcula La transformaci¨®n del mundo en m¨²sica (1994).
"He tenido", declara Herzog, "una relaci¨®n sinuosa y extra?a con la m¨²sica que tambi¨¦n est¨¢ muy presente en mis pel¨ªculas. Ahora bien, siempre me han fascinado los compositores que han sido visionarios. Wagner fue uno de ellos y una obra como Parsifal corresponde m¨¢s al pr¨®ximo siglo que al XIX". Toda la trayectoria cinematogr¨¢fica y musical de Herzog est¨¢ marcada por personajes ut¨®picos y aventureros, iluminados y visionarios como en Aguirre, la c¨®lera de Dios, en Fitzcarraldo o en Woyzeck, algunos de los filmes que le dieron prestigio internacional en los a?os setenta y ochenta.
"La utop¨ªa y la aventura todav¨ªa son posibles hoy en d¨ªa. Claro que s¨ª. Pero mi fascinaci¨®n por los visionarios resulta dif¨ªcil de explicar. Podr¨ªa decir que a veces me siento solo y necesito ver lo que hay m¨¢s all¨¢ del horizonte". Desde una visi¨®n pesimista sobre el efecto de la revoluci¨®n tecnol¨®gica que el mundo vive en los ¨²ltimos a?os, Werner Herzog establece una n¨ªtida diferencia entre aislamiento y soledad. "Instrumentos", dice, "como los tel¨¦fonos m¨®viles, Internet o el correo electr¨®nico reducen nuestro aislamiento en la misma proporci¨®n que aumenta nuestra soledad. El siglo XXI va a ser el siglo de las soledades".
Pese a su creciente dedicaci¨®n a la ¨®pera, nunca abandonar¨¢ la realizaci¨®n cinematogr¨¢fica este director que acaba de terminar una pel¨ªcula nueva titulada Alas de esperanza y que est¨¢ a punto de montar un filme sobre su larga amistad con el actor Klaus Kinski. Decepcionado por la falta de perspectivas del cine alem¨¢n actual, Herzog, a quien la Filmoteca Espa?ola dedica estos d¨ªas en Madrid un ciclo retrospectivo de sus pel¨ªculas, afirma que la renovaci¨®n est¨¢ ahora en China y en Ir¨¢n. Anuncia que vuelve al cine narrativo, aunque se?ala que nunca ha visto claro el l¨ªmite entre ficci¨®n y documentales. "Fitzcarraldo es mi mejor documental", comenta.
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