Los reyes del flamenco llenan con su arte de vida y oro el Midem de Cannes

Cualquier empresario de Broadway pagar¨ªa una fortuna por contratar a la compa?¨ªa flamenca que form¨® anoche el taco en Cannes. Pero nadie puede calcular lo que eso vale. Lo de anoche, m¨¢s que un espect¨¢culo, fue un sue?o. Pese a algunos problemas de sonido y de tramoya, estaban juntos por primera vez el cante de Enrique Morente, el de su hija Estrella y el de Carmen Linares; el baile arrollador de Antonio Canales, Sara Baras y Juan de Juan, y el toque de flamenqu¨ªsimo Juan Manuel Ca?izares, los hermanos Cort¨¦s o Montoyita.

Fueron dos horas de genio, calidad y emoci¨®n verdadera, que valieron por cuatro d¨ªas de Midem, o tal vez por cuatro a?os de este h¨ªper del disco inhumano y mercantilista, que prefiere vender y seguir vendiendo lo que sea a detenerse un instante a buscar el talento y la sorpresa.A esta feria del disco que mide la calidad en dinero y adora al becerro de oro, a esa machacona industria comecocos que se chiva a los ministros de que unos piratillas, trecea?eros de ordenador, les est¨¢n chuleando el 10 por ciento de su fabuloso negocio, los flamencos les trajeron ayer oro del bueno y les mostraron algunas posibles soluciones: riesgo sin tecnolog¨ªa, comunicaci¨®n sin Intern¨¦z, emoci¨®n sin comisi¨®n.

Salieron primero Comediants, para explicar en 15 minutos de teatro vivo y carnal, a partir de un cubo m¨¢gico del que sal¨ªan los actores, el lema del centenario de la SGAE: 100 a?os creando futuro.

Luego salieron los reyes, uno tras otro, o a veces de dos en dos, y los 2.700 espectadores que llenaban hasta los topes el Gran Auditorio del Palacio de Festivales no sab¨ªan con cu¨¢l quedarse. Hubo, toda la noche, cante y toque de primera divisi¨®n, aunque algunos fallos de sonido perjudicaron mucho a algunos cantaores. La m¨¢s fastidiada fue Carmen Linares, que sali¨® cantando por siguiriyas de manera admirable y primero se le qued¨® mudo el micr¨®fono y luego se le acopl¨®. Todo un drama siguiriyero, que la gran dama del flamenco resolvi¨® y sac¨® adelante con unos fant¨¢sticos, y ya bastante m¨¢s audibles, tangos antiguos.

Una princesa

Antes hab¨ªa salido la princesa del pa¨ªs de los p¨¢jaros, Estrella Morente, de 18 a?os. Cant¨® una belleza de Lorca, el Poema del amor herido, al parecer el favorito del poeta. Era la primera vez que lo hac¨ªa, y la gente escuch¨® estremecida su voz dulc¨ªsima, tierna y sabia a la vez, que parece reinventar el flamenco, darle un nuevo sentido, un calor de exquisitos pu?ales violentos. La joven Morente tiene, y da incluso miedo decirlo, ese gancho especial para atraer a p¨²blicos de dentro y de fuera de este arte. Los primeros aplausos fueron para Juan Manuel Ca?izares, el genial guitarrista catal¨¢n, que hizo una colombiana y una rumba con su habitual estilo melanc¨®lico, lo cual supone un plus de jondura en palos tan festivos.Pero el p¨²blico se entusiasm¨®, sobre todo, con el baile, que es g¨¦nero que por ah¨ª fuera gusta mucho. Primero, con el jovenc¨ªsimo Juan de Juan (que acaba de cumplir 20 a?os), alumno muy aventajado de Canales, que ofreci¨® un zapateado espl¨¦ndido de fuerza y clase; luego, con Sara Baras, que bail¨® como una diosa, m¨¢s torera que nunca, y se comi¨® el auditorio con sus pies milagrosos y sus desplantes descarados.

Lo de Antonio Canales fue otra especie de aparici¨®n. Bail¨® como en sus mejores noches, en el estreno de su coreograf¨ªa sobre La leyenda del tiempo, un imaginativo d¨²o con Juan de Juan.

La competencia directa puso las pilas al maestro, que estuvo inmenso, gust¨¢ndose en cada paso, zapateando con la garra de siempre, sudando la camisa color corinto y bailando pa' dentro. El final fue para la apoteosis de Enrique Morente. Por alegr¨ªas, pero especialmente por unas siguiriyas estremecedoras, como no se le hab¨ªan o¨ªdo hace tiempo, y despu¨¦s con Lagartija Nick, con ese Omega que nunca deber¨ªa dejar de cantar. Ese trabajo sobre Poeta en Nueva York sigue siendo pura subversi¨®n, un grito de angustia existencial y flamenca. El profesor granadino dict¨® una nueva lecci¨®n de flamenco cl¨¢sico y ultramoderno, y ense?¨® los caminos para el siglo que viene. El p¨²blico, compuesto por profesionales del disco de todas partes del mundo, recibi¨® esta avalancha de cante jondo y distorsi¨®n rockera con sorpresa y placer.

Los segundos y terceros espadas, palmeros, coros, percusionistas y dem¨¢s acompa?antes, rayaron tambi¨¦n a un nivel excepcional. Bernardo y Juan Parrilla, Montse Cort¨¦s y Guadiana recibieron grandes ovaciones.

El previsto fin de fiesta por buler¨ªas, con los 33 artistas en el escenario, no se produjo y la actuaci¨®n termin¨® con la entrega de flores y bravos del publico puesto en pie.