"El borbollismo fue una etapa, no un movimiento"

Pregunta ?Qu¨¦ es el borbollismo? Respuesta. Eso no ha existido nunca. Javier Torres Vela [presidente del Parlamento] lo dijo muy bien: dec¨ªa que hab¨ªa un grupo de personas, de una generaci¨®n determinada, que hab¨ªa formado equipo y ocupado puestos de responsabilidad y que hab¨ªa visto la pol¨ªtica y a Andaluc¨ªa de una manera. Y ya est¨¢. Luego cada cual sigui¨® su trayectoria, pero cada uno es cada uno. Aquello fue una etapa gozosa y positiva para Andaluc¨ªa en la que inventamos much¨ªsimas cosas. Al mismo tiempo est¨¢bamos haciendo un partido, una administraci¨®n y colaborando a que se construyera una identidad regional. Pero fue una etapa, no un movimiento. P. ?Su paso como portavoz municipal ha sido frustrante por el compromiso con el PA? R. No. Siempre hay cosas que te gustar¨ªa que fueran de otra manera, pero esa etapa me ha enriquecido y he aprendido much¨ªsimas cosas: a conocer mejor la ciudad. Seguramente he hecho cosas bien y mal. Pero no estoy nada, nada, nada frustrado. S¨¦ mucho m¨¢s de cosas que no sab¨ªa: derecho urban¨ªstico y ambiental, de las asociaciones, de c¨®mo funciona el tercer sector en la creaci¨®n de puestos de trabajo, de la posibilidad de hacer una planificaci¨®n estrat¨¦gica... Todas esas cosas no las sab¨ªa. P. Con su renuncia sepulta su sue?o de ser alcalde de Sevilla. ?es doloroso? R. Je, je, je. Es doloroso renunciar a una parte de uno. Yo no estoy renunciando a la posibilidad de ser alcalde de Sevilla porque no la tengo. Estoy reconociendo que no me toca. Yo he tenido la posibilidad de luchar por ella y no he ganado. Creo que la derrota la acept¨¦ de antemano. Ten¨ªa asumido que pod¨ªa perder. De hecho, ya hab¨ªa perdido antes y si no llega haber primarias, no hubiera podido pensar que podr¨ªa haber sido candidato. No es nada especialmente grave. Uno juega con unas reglas y pierde o gana. P. ? Escribir¨¢ sus memorias? R. No. En las memorias no tienes m¨¢s remedio que tratarte bien y la realidad es m¨¢s compleja que eso. No me siento tan seguro de lo que he hecho. P. ?Con qu¨¦ momento se queda de su vida pol¨ªtica? R. Cuando me eligieron secretario general del PSOE de Andaluc¨ªa en 1977 y con la ilusi¨®n que despert¨® la campa?a de las elecciones primarias. P. Sin embargo, lo que m¨¢s se recuerda es su papel institucional y su frase de "Andaluc¨ªa, la California de Europa". R. Yo dec¨ªa que Andaluc¨ªa pod¨ªa desempe?ar un papel similar al de California, porque pod¨ªa combinar las nuevas tecnolog¨ªas con el clima y el paralelo 37. Aquello lo estudiamos. De hecho se est¨¢ avanzando en ese camino. Ya no somos vistos como una regi¨®n subdesarrollada, sino como una regi¨®n con econom¨ªas complejas y con distinto desarrollo en la que hay tecnolog¨ªas punta. Y vamos a ser puente entre el Norte y el Sur y servir de cooperaci¨®n entre las dos orillas del Mediterr¨¢neo. La frase no era una definici¨®n, sino un objetivo.
"Una cosa es mi capacidad de asesorar y otra, la de influir. Voy a separar con nitidez los campos"
"Me voy sin heridas abiertas"
"He decidido abandonar la pol¨ªtica activa al final de este periodo". Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla llega a la cita espiritoso, "el¨¦ctrico", dice ¨¦l, para contar el porqu¨¦ renuncia a una actividad a la que ha dedicado 30 a?os. Se quita la chaqueta y pide agua. Pregunta. ?Seguir¨¢ como senador y concejal? Respuesta. Me parece que puedo cumplir ambos trabajos con toda dignidad y los mandatos tienen que ser agotados. No menosprecio ni me siento mal con la actividad pol¨ªtica, simplemente pienso que es el final de una etapa y que conviene preparar la transici¨®n. No abandono ni un proyecto ni estoy en contra de una organizaci¨®n. P. ?C¨®mo ha llegado a tomar la decisi¨®n? R. Han pesado muchas cosas, pero fundamentalmente una. Voy a cumplir 52 a?os y he estado en cargos pol¨ªticos de responsabilidad desde que ten¨ªa 22, las tres quintas partes de mi vida. He hecho muchas cosas. He tenido mucha suerte. Pero tambi¨¦n piensa uno que... ?Jolines! Puede que sea el tiempo de otro y que no pasa nada. Las etapas pasan y le toca a otros compa?eros. P. ?La p¨¦rdida de las elecciones primarias ha influido de manera determinante? R. Entre otras cosas, evidentemente. Desde los congresos del partido de 1997 he ido pensando y orden¨¢ndome mentalmente en esta direcci¨®n. ?Qu¨¦ es lo que pasa? Las primarias me parecieron que eran una oportunidad de poder decir cosas y de plantear alternativas. Pero, bueno, no gan¨¦ y no he puesto ni pongo en cuesti¨®n las reglas del juego. Jugu¨¦ con unas normas y la organizaci¨®n tom¨® una resoluci¨®n. La respeto y me toca tomar nota de la nueva situaci¨®n. P. Ha dicho que se lo estaba pensando desde 1997. ?Por qu¨¦ no dio el paso entonces? R. Estas decisiones no son f¨¢ciles. Adi¨®s a todo eso es a-di-¨®s-a-to-do-e-so. Y eso no es una responsabilidad, ni siquiera de seis a?os de presidente de la Junta. Es que yo no entiendo mi vida al margen de la actividad cotidiana del partido. Son 30 a?os de estar encima. P. ?No le da v¨¦rtigo? R. S¨ª, claro. Pero al mismo tiempo me produce ilusi¨®n. Y hay otra cosa que ha influido bastante: mi hija [Isabel]. Est¨¢ empezando su vida profesional. Me hace ilusi¨®n estar cerca y no perderme este tiempo, porque otros me los he perdido. P. Es decir, que la pol¨ªtica le abandona a usted y no al contrario. R. Todas las decisiones tienen un proceso de retroalimentaci¨®n. Por un lado est¨¢s t¨² y por otro, la situaci¨®n en la que te mueves. Eso es as¨ª. Mi generaci¨®n, seguramente, ha estado demasiado pronto en pol¨ªtica y hemos estado mucho tiempo y a algunos de mi generaci¨®n les toca otro papel, entre ellos, a m¨ª. A otros no. P. Pero ?ha habido un empe?o en que fuera precisamente usted el que quedara fuera? R. No, me ha tocado, objetivamente. Como creo que no tengo heridas abiertas me parece que puedo asumir la situaci¨®n nueva con tranquilidad y no creo que sea culpa de nadie, ni siquiera colectiva. Yo he tenido mucha suerte y la estoy teniendo todav¨ªa al poder optar. P. ?Se va sin rencor? R. Es que no tengo heridas abiertas y por eso supongo que he podido tomar esta decisi¨®n, si no me hubiera agarrado a seguir. P. ?Le ofreci¨® Jos¨¦ Borrell contar con usted para la direcci¨®n socialista en el Senado? R. No quiero personalizar. Hubo un momento en que tuve ante m¨ª una posibilidad de optar entre ocupar una responsabilidad en el Senado o seguir adelante en el proceso de las primarias y opt¨¦ por lo segundo. No quiero decir que yo le hago menos a nadie, sino que esa posibilidad se plantea y pens¨¦ que lo l¨®gico era seguir en el proceso de las primarias. Entre otras cosas, porque a m¨ª lo que m¨¢s me interesa de la pol¨ªtica es el planteamiento de la alternativa, el estar en la soluci¨®n de los problemas no en la controversia. P. ?Qui¨¦n ha sido el primer responsable pol¨ªtico en conocer su decisi¨®n? R. Se lo he comunicado al secretario general del PSOE andaluz, Manuel Chaves. P. ?Le ha intentado convencer de lo contrario? R. No, en absoluto. Ha visto muy bien mi decisi¨®n y la entiende perfectamente. Ha sido una conversaci¨®n entra?able. P. ?Cu¨¢les son sus planes de futuro? R. Voy a seguir trabajando en las responsabilidades que tengo y, al mismo tiempo, preparar la transici¨®n a la vida civil. Eso significa que volver¨¦ a hacer lo que he hecho otras veces: soy profesor de universidad por oposici¨®n, jurista y he ejercido como ¨¢rbitro en los conflictos. He pedido al Senado la compatibilidad para el ejercicio como abogado y cuando me la den, en los t¨¦rminos estrictos en que me la den, pues empezar¨¦ a ejercer. Luego hay otra serie de actividades que me interesan mucho. Soy presidente de la fundaci¨®n R¨ªo Tinto y esta semana pasada me han hecho presidente de la Asociaci¨®n de Amigos de It¨¢lica. Estar¨¦ como profesor, como jurista y desarrollando ideas que sirvan. P. ?Va a montar un despacho de influencias? R. Nada m¨¢s lejos de mi intenci¨®n. Una cosa es mi capacidad de asesorar y otra, la de influir. Voy a separar n¨ªtidamente los campos. P. Se quejaba antes del congreso provincial de que hab¨ªa cierta hostilidad contra usted. R. Yo digo adi¨®s a todo eso. Insisto: no tengo ninguna herida abierta. No me siento ni siquiera tentado de justificar nada. Ha pasado y no tengo que buscar explicaciones. P. ?Pero por qu¨¦ cada gesto suyo siempre ha tenido tanto eco e interpretaciones? R. Supongo que tambi¨¦n ser¨¢ por culpa m¨ªa y hablo con toda mi alma. Cuando uno ha ocupado un puesto de responsabilidad tan alta, pues hay que aceptar que eso condiciona y que impide seguir de la misma manera. No s¨®lo es en mi caso, sino en todos. P. Usted siempre ha pedido respeto por su trabajo. R. Lo busco, m¨¢s que lo pido. El respeto no se puede exigir si uno no se respeta a s¨ª mismo, si uno piensa que no hay l¨ªmites que no se pueden traspasar. Y he intentado no traspasarlos ni en pol¨ªtica, ni en lo privado ni en lo p¨²blico. Y lo voy a seguir haciendo.
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