Madrugada de miedo en Mula
Unos 300 murcianos pasaron la noche fuera de casa por temor a m¨¢s terremotos
El p¨¢nico hab¨ªa pasado, pero quedaba el miedo a nuevos temblores y a que se les cayese la casa encima. Por eso, muchas familias de Mula y Puebla de Mula, dos de las poblaciones m¨¢s afectadas por el terremoto de 5,2 grados en la escala de Ritcher (seguido de 18 r¨¦plicas) que el martes sacudi¨® la regi¨®n de Murcia, decidieron pasar la madrugada del martes al mi¨¦rcoles fuera de sus viviendas. A las 11 de la noche, m¨¢s de 300 personas ya hab¨ªan escogido la silla o el colch¨®n sobre el que pasar varias horas arrimados a las estufas. Tanto en el polideportivo y la guarder¨ªa de Mula, como en el parque de bomberos y el consultorio m¨¦dico de Puebla de Mula, rein¨® la paz, muchas veces interrumpida por los periodistas que les preguntaban si iban a dormir all¨ª: "?A dormir?, no, s¨®lo vamos a pasar la noche, ma?ana Dios dir¨¢", comentaba Antonio Hurtado, de 70 a?os a quien le cay¨® sobre los pies la televisi¨®n.
Las mujeres, sentadas en corrillos y rodeadas de las estufas que el Ayuntamiento de Mula proporcion¨®, recordaban d¨®nde les sorprendi¨® el terremoto y c¨®mo se mov¨ªa todo, as¨ª como el agobio de no poder contactar con sus familiares, porque no hab¨ªa l¨ªnea telef¨®nica.
Otras personas sintieron d¨¦bilmente el temblor, lejos de sus hijos. Era el caso de Toni Campos y Mari Carmen Zamora, que estaban trabajando y s¨®lo recibieron noticias ambiguas sobre lo acontecido. De eso se quejaban en el polideportivo, donde se quedaron con cuatro de sus seis hijos. "Mi suegra lo tiene todo hecho polvo", dec¨ªa Mari Carmen. "De haber estado en su casa, me da un trastorno".
"Mucha gente se ha ido huyendo a la huerta, pues parece que all¨ª, si se repite, afecta menos el terremoto", dec¨ªa Toni Campos. Su mujer apostillaba: "Pero antes se abre la tierra que el cemento, digo yo". Reconoc¨ªan que si se quedaban sentados alrededor de una mesa lo iban a pasar mal, por lo que hab¨ªan decidido quedar en el polideportivo, donde uno de sus hijos, enfermo con paperas, dorm¨ªa en un banco. En el pabell¨®n, el ambiente era triste, las familias se repart¨ªan por grupos y parec¨ªa que s¨®lo esperaban que pasara la noche cuanto antes. Esta era una imagen que contrastaba con el ambiente de la guarder¨ªa, donde los m¨¢s peque?os se lo estaban pasando en grande, saltando sobre los colchones. Una de las madres, Pepa L¨®pez, se quejaba de la incomodidad que supon¨ªa tener que cambiar pa?ales casi a ras del suelo. "Con lo f¨¢cil que es hacer esto en mi casa".
A las tres de la madrugada una nueva sacudida volvi¨® a sembrar el p¨¢nico, esta vez con una intensidad de 3,5 grados. La calma presidi¨® el resto de la noche y muchos pudieron conciliar el sue?o un rato. Pero al despertar el alba y conectar los transistores, los informativos repet¨ªan hasta la saciedad los efectos del terremoto y recordaban que el se¨ªsmo principal provoc¨® heridas graves a una anciana -que recibi¨® el alta ayer mismo- y produjo da?os en casi 4.000 viviendas. Decenas de estas casas, situadas en Mula, Puebla de Mula, Albudeite y Campos del R¨ªo, tendr¨¢n que ser derribadas. Estas dos ¨²ltimas localidades aprobaron ayer solicitar la declaraci¨®n de zona catastr¨®fica.
Por la ma?ana los vecinos de Mula comenzaron a dar cuenta de los da?os en una oficina habilitada en el casino de la localidad y en el Ayuntamiento. En s¨®lo tres horas, m¨¢s de 300 vecinos hab¨ªan dado parte ya. El balance de los da?os no se terminar¨¢ hasta dentro de un par de d¨ªas. Poco despu¨¦s de las doce, los vecinos de Mula recibieron una buena noticia. El presidente de la comunidad aut¨®noma, Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel, promet¨ªa dinero para arreglar las casas.
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