El candidato a palos
"La Secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Amalia G¨®mez, manifest¨® ayer en la localidad malague?a de Mollina, que no podr¨¢ negarse a ser la candidata del Partido Popular a la Junta de Andaluc¨ªa si me lo piden desde arriba". Con estas palabras iniciaba M.C. Escalante su cr¨®nica en el diario Sur. Me parece que estas palabras de Amalia G¨®mez constituyen la mejor expresi¨®n del desconcierto en que se encuentra sumido el PP de cara a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. Lo normal en un partido pol¨ªtico es que los dirigentes compitan por ser candidatos en las distintas consultas electorales. ?se es el primer nivel en el que se desarrolla la competici¨®n en el mundo de la pol¨ªtica democr¨¢tica. Y de ese primer nivel, es decir, de la competici¨®n intrapartidaria, depende en buena medida la calidad del segundo nivel, es decir, la calidad de la competici¨®n interpartidaria a fin de ocupar las instituciones representativas. La calidad de la democracia en el Estado, en las comunidades aut¨®nomas o en los municipios depende de que los partidos no solamente concurran a las elecciones, sino que compitan para ganarlas. Y para ello la calidad de los candidatos es importante. Cuando un partido aparenta competir, pero realmente no compite, no es solamente ¨¦l el que pierde, sino que es el sistema pol¨ªtico en su conjunto el que se resiente. Desgraciadamente esto es lo que est¨¢ ocurriendo en estos momentos en el interior del sistema pol¨ªtico andaluz. En el PP no es que no haya competici¨®n por ver qui¨¦n es designado candidato a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, sino que hay una competici¨®n por ver qui¨¦n consigue no ser designado candidato. No s¨¦ si el PP ha reflexionado seriamente sobre el vergonzoso espect¨¢culo que est¨¢ dando con esa competici¨®n intrapartidaria puramente negativa. ?Con qu¨¦ base va a pedir el candidato popular el voto a los ciudadanos? Tal como est¨¢n haciendo las cosas, el ¨²nico discurso con el que el candidato va a poder dirigirse a los electores va a ser el siguiente: "Miren ustedes: estoy aqu¨ª pidiendo su voto para ser Presidente de la Junta de Andaluc¨ªa porque no he podido evitarlo". Ning¨²n partido debe proceder de esa manera. Pero menos que ninguno un "partido de gobierno". El PP y el PSOE tienen una responsabilidad en el funcionamiento de la democracia espa?ola muy superior al que tienen los dem¨¢s, porque ¨²nicamente ellos tienen la posibilidad real de ser el gobierno de la Naci¨®n o de la comunidad aut¨®noma de que se trate. Lo peor de este comportamiento del PP es que lo deval¨²a no solamente como partido de gobierno, sino tambi¨¦n como partido de oposici¨®n. Si no se ha competido para ganar, no se tiene despu¨¦s legitimidad para oponerse al partido que ha ganado. El ejercicio de la oposici¨®n acaba convirti¨¦ndose en populismo y demagogia. Y eso es malo para todos.JAVIER P?REZ ROYO
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