El cine estadounidense mantiene su situaci¨®n de dominio en la Berlinale
Buena presencia espa?ola en el festival alem¨¢n
El mi¨¦rcoles arrancan en la pantalla del Zoo Palast de Berl¨ªn las proyecciones del 49? Festival Internacional de Cine de esta ciudad, que ha adoptado de forma oficial el nombre, Berlinale, con que desde su fundaci¨®n se le conoce popularmente. Aunque cuenta con una mayoritaria presencia europea, y un buen hueco para el cine espa?ol, el de Estados Unidos sigue obteniendo en Berl¨ªn, como en a?os anteriores, casi pleno dominio en el concurso y las galas publicitarias de escaparate.
El cine europeo, con pel¨ªculas procedentes de ocho pa¨ªses en liza, es el que aporta un mayor n¨²mero de obras a la programaci¨®n de la secci¨®n oficial de esta 49? Berlinale. Pel¨ªculas de Francia, Alemania, Espa?a, Portugal, Reino Unido, Suiza, Dinamarca y Turqu¨ªa estar¨¢n presente en la competici¨®n, en busca del codiciado Oso de Oro, que otorgar¨¢ un jurado presidido por la actriz espa?ola ?ngela Molina. La mayor aportaci¨®n europea es la francesa, que (pese al reproche de los responsables de la Berlinale de que el cine alem¨¢n es ignorado o discriminado en el festival de Cannes) aportar¨¢ tres filmes: Carnaval, obra de cineastas casi debutantes; Au coeur du mesonge, un thriller de los llamados psicol¨®gicos dirigido por el veterano Claude Chabrol, y ?a commence aujourd"hui, dirigido por Bertrand Tavernier, que ya obtuvo un Oso de Oro en la Berlinale de 1995 por L"App?t.
El cine espa?ol competir¨¢ con La ni?a de tus ojos, dirigida por Fernando Trueba, y Abre las piernas, dirigida por Manuel G¨®mez Pereira. Adem¨¢s estar¨¢ la presencia -fuera del glamour nocturno del Zoo Palast, en el marco de la peque?a sala Atelier, lugar destinado a la secci¨®n Panorama, la favorita de los cin¨¦filos y considerada la m¨¢s rigurosa y prestigiosa de la Berlinale- de la ¨²ltima e inacabada pel¨ªcula del fallecido Ricardo Franco, L¨¢grimas negras, que ser¨¢ escoltada por Amigo/Amado, pel¨ªcula catalana dirigida por Ventura Pons, y por Solas, dirigida por Benito Zambrano. Adem¨¢s, han sido seleccionados los cortometrajes Dreamers, de F¨¦lix Viscarnet, y El topo y el hada, de Eduardo Jim¨¦nez.
Pero, como ha venido ocurriendo en todos los febreros de esta d¨¦cada y algunos anteriores, el pa¨ªs que, con mucho, m¨¢s largometrajes aporta al concurso y que obtiene de ¨¦ste los horarios de relumbr¨®n y de mayor audiencia es Estados Unidos. De las 32 pel¨ªculas de la secci¨®n oficial, ocho estadounidenses entran en el concurso, a las que hay que a?adir otras tres que casi copan el escaparate de las cinco galas especiales, que son los aut¨¦nticos lujos de la secci¨®n oficial, al exhibirse en el c¨®modo (un regalo publicitario sin el menor riesgo) cap¨ªtulo de filmes oficiales fuera de concurso.
Son 12 (m¨¢s de un tercio del total) los largometrajes de producci¨®n norteamericana convocados, hecho que vuelve a dar la raz¨®n al reproche de algunos dirigentes de Cannes (donde el cine de EE UU es seleccionado con lupa mucho m¨¢s gruesa) de que la Berlinale est¨¢ programada de acuerdo con una estrategia cercana (las cr¨ªticas m¨¢s radicales afirman que incluso plegadas) a la pol¨ªtica de dominio del mercado europeo dictada por la MPAA (Motion Pictures Association of America), gremio que agrupa los interereses de las majors hollywoodenses y sus redes internaciones de distribuci¨®n.
Entre las pel¨ªculas norteamericanas en concurso hay, y fundada, expectaci¨®n ante el western dirigido por el brit¨¢nico Stephen Frears The Hi-Lo Country, una vieja idea que dej¨® sin hacer el gran Sam Peckinpah; La delgada l¨ªnea roja, filme esperad¨ªsimo que supone el retorno de un director fuera de norma, Terrence Malick, despu¨¦s de dos d¨¦cadas de retiro; Shakespeare enamorado, porque viene avalada por el Globo de Oro obtenido por la actriz Gwyneth Paltrow; y las ¨²ltimas pel¨ªculas de gente tan opuesta como el veterano Robert Altman y el iracundo tarantinista Robert Rodr¨ªguez, elecci¨®n que ha creado alerta, y en algunos alarma, pues hasta ahora el popular cineasta chicano s¨®lo ha hecho cine de simple consumo y ajeno por completo a las pugnas de calidades.
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