Deshumanizaci¨®n y arte
El s¨¢bado 23 de enero presenci¨¦ la obra de teatro Pop corn. Si vas al teatro para disfrutar de una comedia creo que all¨ª se podr¨ªa ver de todo, menos una cara alegre. Es una representaci¨®n salvaje y vomitiva. En dicha obra, pre?ada de repugnancia y del m¨¢s indigno sentido del respeto a lo humano, se hace una apolog¨ªa de la violencia, del temor por la propia vida y de la muerte de una manera esperp¨¦ntica y aterradora. Los actores no s¨®lo se permiten el lujo de matar indiscriminadamente a sus compa?eros de reparto con una escenificaci¨®n perfecta, sino que se deleitan en el sufrimiento y la agon¨ªa de quien sabe que va a morir. Se representan por v¨ªdeo y en directo escenas de asesinatos a punta de pistola, con todo el contenido sanguinario y cruento, y lo que es m¨¢s grave: el propio actor, en plan perturbado mental, se dedica a disparar al p¨²blico (con balas de fogueo), a introducir la pistola en la boca de una compa?era de escena y a insultar a algunos espectadores, tach¨¢ndolos de "pajilleros pagadores de impuestos", provocando entre los asistentes m¨¢s palpitaciones coronarias por miedo a que alguna bala pueda ser de verdad que por disfrutar del espect¨¢culo en s¨ª. A veces cre¨ª ver im¨¢genes de la pel¨ªcula La lista de Schindler, donde se mataba indiscriminada y fruiciosamente con un tiro en la cabeza a todo aquel que no era del agrado de los asesinos. De hecho, en dicha obra, una vida humana ten¨ªa el valor que el desaprensivo que empu?aba un arma le quisiera dar: mataba por capricho e incitaba a hacerlo. Creo que aunque esta obra pretenda criticar aquello que yo enjuicio en esta carta, que no dudo que lo haga, constituye, por las formas en que lo hace, un insulto a la dignidad y a los derechos humanos. Desde un espect¨¢culo p¨²blico, tales actitudes deben, si no evitarse, desecharse. Nunca he sido partidario de censurar nada, pero s¨ª de alertar de que algunas cosas pueden herir la sensibilidad y provocar en la persona que recibe esas im¨¢genes ideas delictivas o de embrutecimiento humano. Quisiera, y es mi deseo m¨¢s profundo, que esta obra no tuviera ning¨²n ¨¦xito de p¨²blico. Invito desde aqu¨ª a quien no comparta esta opini¨®n que vaya y vea c¨®mo el motivo de mi indignaci¨®n no es infundado o prejuicioso, as¨ª como a que se tomen las medidas pertinentes para que este tipo de escenificaciones no sean tenidas siquiera como arte.-
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