"La educaci¨®n es democr¨¢tica, pero en el ocio no se ha conseguido la igualdad"
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MAR?A DEL CARMEN MORENOPROFESORA DE PSICOLOG?A Los desastres de la movida nocturna traen de cabeza a padres y gobernantes. Los h¨¢bitos de la juventud en su tiempo libre han cambiado sin que los adultos encuentren una explicaci¨®n. Mar¨ªa del Carmen Moreno ha dedicado sus reflexiones en el foro al ocio de los j¨®venes: padres y profesores tienen a medias la responsabilidad de formar una buena generaci¨®n.Mar¨ªa del Carmen Moreno, ex decana de la Facultad de Psicolog¨ªa, ha participado en la comisi¨®n de Juventud y Educaci¨®n del Foro Andaluc¨ªa Nuevo Siglo y ha dedicado sus reflexiones al ocio de los j¨®venes: ?c¨®mo, cuando, d¨®nde disfruta la juventud de sus ratos libres? Lo dif¨ªcil es definir el porqu¨¦ de los cambios de h¨¢bitos de la generaci¨®n que est¨¢ llamando a la puerta del siglo XXI. Pregunta. ?Por qu¨¦ ha tratado el ocio en la juventud? Respuesta. Hay algunas facetas en el mundo de los j¨®venes en las que se aprende mucho y donde desarrollan su identidad como es el tiempo de ocio. En el ocio se construye la idea de generaci¨®n a partir de experiencias informales con los iguales. Es el momento en que se generan los h¨¢bitos de dependencia, el desarrollo cognitivo, la capacidad de an¨¢lisis. P. ?Cu¨¢l es el primer enfoque, de d¨®nde parte? R. En el foro tienen claro que la educaci¨®n debe garantizar la igualdad de oportunidades pero esa igualdad queda en entredicho en los h¨¢bitos del empleo del tiempo libre. Ahora los j¨®venes salen tarde, vuelven tarde y hay una cierta tendencia a consumir. Aunque esto est¨¢ generalizado, para unos es una opci¨®n m¨¢s y para otros es la ¨²nica. Y eso no es democr¨¢tico. Ah¨ª radica la desigualdad. P. Toca de lleno la movida y sus efectos m¨¢s nocivos. R. No quiero que mi propuesta se entienda como una condena a las pr¨¢cticas de hoy. No se trata de demonizar eso. Es una ventaja relacionarse con iguales y el ocio ayuda mucho en eso. P. Pero los desastres de la movida traen de cabeza a los gobernantes. R. Hay riesgos en las pr¨¢cticas com¨²nmente criticadas, excesos con el alcohol, tabaco... Las rutinas de fin de semana se han extendido al resto de los d¨ªas con lo que significa esto a la hora de estudiar o trabajar al d¨ªa siguiente o de promocionar en el futuro a corto y medio plazo. Las pr¨¢cticas nocivas de tiempo libre avanzan hacia edades m¨¢s tempranas y se consumen otras sustancias... En ese contexto se cimenta el caldo de cultivo id¨®neo para gente de conductas agresivas. Aunque todo esto afecta a la poblaci¨®n adolescente, los riesgos son m¨¢s para los que menos recursos tienen. P. ?Por qu¨¦ han cambiado los h¨¢bitos en esa direcci¨®n? R. No encontramos una explicaci¨®n que nos convenza pero lo cierto es que lo j¨®venes no tienen toda la culpa. Hay que buscar tambi¨¦n la responsabilidad de los adultos. P. ?Familia, educadores? R. Los dos. La relaci¨®n con la familia ha cambiado. Ahora los hijos permanecen m¨¢s tiempo en casa de los padres pero sigue faltando el di¨¢logo. Unos dicen que permanecen m¨¢s tiempo en casa porque el abismo generacional ya no es tanto, pero me pregunto si no se da una situaci¨®n acomodaticia, una din¨¢mica pragm¨¢tica. A lo mejor est¨¢n metidos en su habitaci¨®n permanentemente, con su televisi¨®n, tel¨¦fono... Aguantar a costa de la comunicaci¨®n y el di¨¢logo. P. ?Educar en valores es cosa de la familia? R. Debe ser algo compartido entre la familia y la escuela. P. ?Ser¨ªa necesaria una escuela de padres? P. No me gusta esa definici¨®n porque parece que va a venir un experto a ense?arles a ser buenos padres y ellos ser¨¢n objetos pasivos. Los padres deben participar activamente. Pueden reunirse entre ellos e intercambiar experiencias, problemas, potenciar la reflexi¨®n y el an¨¢lisis. P. Y ?cu¨¢l deber ser la misi¨®n de los educadores? R. Lo que hay que hacer es educar el gusto a los j¨®venes, ense?arles a ir al cine, a disfrutar con el teatro, a interesarse por los museos. Se necesita mucha orientaci¨®n y apoyo escolar para esto. P. ?Qu¨¦ le parece el programa Abierto hasta el Amanencer por el que los museos, polideportivos, etc¨¦tera, permanecen disponibles por las noches? R. Bien, pero de nuevo est¨¢ la desigualdad. De esas posibilidades se aprovechar¨¢n quienes barajen tambi¨¦n la opci¨®n de visitar museos, cine, teatro, pero no los que s¨®lo tienen la opci¨®n de los bares. Por eso hay que educar primero el gusto. P. Se ha criticado que el Pacto por la Noche -para tratar de solucionar los efectos m¨¢s nocivos de la movida- dej¨® fuera del debate a los j¨®venes. R. S¨ª. No se les puede dejar fuera. Hay que conocer los distintos tipos de j¨®venes, qu¨¦ hacen, qu¨¦ les gustar¨ªa hacer, de qu¨¦ recursos disponen. P. Usted dice que hay gente que se est¨¢ enriqueciendo con los chiringuitos y tiendas de alcohol... R. S¨ª, detr¨¢s de las consecuencias de la movida hay intereses de todo tipo como los econ¨®micos de las empresas de alcohol, de tabaco, los locales de moda, y los j¨®venes son un mercado importante. P. ?Los intereses econ¨®micos son el origen del cambio de h¨¢bitos o s¨®lo aprovechan las costumbres de los j¨®venes? R. Se sirven de las caracter¨ªsticas de los j¨®venes, del gregarismo. Los j¨®venes se sienten bien cuando se encuentran que son parte de un grupo, cuando cumplen los requisitos de ese grupo. P. ?No hay ofertas atractivas para la juventud o no las encuentran? R. Es una mezcla de todo. Les preguntas si les gustar¨ªa ir al cine y dicen que es caro pero luego no saben lo que cuesta. Para las otras ofertas que encuentran en la calle se puede pensar en medidas coercitivas, controles de alcohol, sanciones a las tiendas, que es m¨¢s o menos la idea del Pacto por la Noche, pero eso no ser¨ªa m¨¢s que poner un parche P. ?Qu¨¦ hay de esa apat¨ªa en la que dicen que est¨¢n inmersos los j¨®venes de hoy? R. Es cierto que entre los j¨®venes hay una cierta sensaci¨®n de indefensi¨®n, de "por mucho que yo haga o aprenda no s¨¦ qu¨¦ puedo conseguir". Por otro lado es una generaci¨®n muy protegida. No es que sean poco luchadores sino que no est¨¢n acostumbrados a luchar. En las clases medias est¨¢n a la sopa boba. Los padres no han querido imponer una disciplina porque lo relacionaban con la dictadura. Muchos de esos chicos son ahora carne de psic¨®logo. P. ?Han perdido los valores? R. Cuando un chico est¨¢ sobreprotegido no tiene en cuenta el trabajo que cuesta todo. Consideran que es un deber que la familia le proporcione las cosas. Extienden el deber de la paternidad a la aportaci¨®n de determinados bienes.
"Hay que educar el gusto a los j¨®venes. Se necesita mucha orientaci¨®n y apoyo escolar"
Mar¨ªa del Carmen Moreno Rodr¨ªguez Ex decana de la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad de Sevilla. Profesora del departamento de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Hispalense.
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