Los apuros de las Comendadoras
La Consejer¨ªa de Cultura de Madrid rehabilitar¨¢ el convento de las Comendadoras del siglo XVII y recuperar¨¢ las piezas de su interior
Sor Mar¨ªa del Rosario sale a uno de los siete patios que tiene el convento de las Comendadoras, un edificio del siglo XVII situado en pleno centro de la ciudad, y se?ala el canal¨®n para el agua que lo atraviesa por la parte superior. Hasta hace muy poco, esta tuber¨ªa no serv¨ªa para nada, el agua circulaba a sus anchas y ca¨ªa donde no deb¨ªa. Sor Mar¨ªa del Rosario, que es la comendadora mayor, y el resto de las 20 hermanas que habitan este gran edificio de 10.000 metros cuadrados ten¨ªan que arregl¨¢rselas con barre?os de pl¨¢stico para evitar que el agua no estropeara piezas valiosas que guarda el edificio. La lluvia, que no entiende de arte, amenazaba un cuadro de Lucas Jord¨¢n. Y ha conseguido arruinar paredes, frescos y otros tesoros del convento."Esto un d¨ªa se cae", dice con resignaci¨®n la madre superiora. De seguir las cosas como est¨¢n, no le faltar¨ªa raz¨®n. Sor Mar¨ªa del Rosario muestra ahora la escalera que usaban las se?oras de piso para entrar en la iglesia: ¨¦stas eran las damas que, hasta 1936, se alojaban en el convento para realizar una vida de retiro. La escalera est¨¢ realmente deteriorada. "?sta era la parte noble del convento, por donde entraban los caballeros y la nobleza. Pero ahora de noble no tiene nada", dice la monja. Pero lo peor es el techo, con vigas completamente al aire y pedazos de tejado a punto de desplomarse. "Somos muy valientes", dice mientras mira al techo y luego al suelo, en el que una fina tabla tapa un peligroso agujero.
La Comunidad de Madrid se ha hecho cargo del lamentable estado de este edificio del barroco madrile?o y se ha convertido en una de las prioridades de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Cultura. Est¨¢ a punto de aprobarse un plan director para la rehabilitaci¨®n de este conjunto, formado por tres elementos arquitect¨®nicos: el convento propiamente dicho, la iglesia y la sacrist¨ªa de caballeros. Juan Carlos Doadrio, viceconsejero de Cultura, pretende que estas obras comiencen dentro de tres meses y que el convento, "el m¨¢s grande de Madrid", est¨¦ listo lo antes posible. El dinero que se necesite para la reforma (todav¨ªa no est¨¢ determinada la cantidad) lo aportar¨¢ Caja Madrid. La supervisi¨®n t¨¦cnica ser¨¢ de la Comunidad.
De momento, porque eran de m¨¢xima necesidad, se est¨¢n realizando las obras del canal¨®n del agua. "Llevamos cinco a?os con barre?os y fregonas recogiendo agua", indica sor Mar¨ªa del Rosario. En m¨¢s de una ocasi¨®n, asegura esta monja, ha tenido que trepar "como un gato" hasta los tejados para tapar alguna que otra gotera. Para estas obras de urgencia, la Comunidad ha dado 52 millones, procedentes tambi¨¦n de un convenio firmado con Caja Madrid.
Se trata de una de las pocas obras ejecutadas en el convento desde que termin¨® la guerra civil. "Entonces fue cuando se empez¨® a estropear de verdad", comenta la madre superiora. "Durante la guerra fue checa, y cuando termin¨®, una parte fue c¨¢rcel de hombres. En la otra estaban las monjas". El convento se entreg¨® definitivamente a la orden de las Comendadoras de Santiago en el 43.
Una de las hermanas m¨¢s veteranas es sor Ascensi¨®n, que lleva desde 1953 en este convento, en el que ingres¨® con 20 a?os. Ella y la madre superiora entran ahora en la capilla de los ni?os, llamada as¨ª porque es donde llevan a los ni?os del colegio que regentan estas religiosas en el mes de mayo para rezar a la Virgen. La sala est¨¢ presidida por una imagen de la Inmaculada. "Tiene toda la pinta de ser de Alonso Cano", se?ala la comendadora mayor. A esta Virgen le pasa lo mismo que a muchas de las obras del convento: est¨¢ indocumentada porque el archivo de las Comendadoras tambi¨¦n desapareci¨® en la guerra civil.
Los frescos que decoraban algunos de los patios pr¨¢cticamente han desaparecido. Faltan vidrieras en todas las ventanas. Las paredes est¨¢n descascarilladas. Y hace much¨ªsimo fr¨ªo en todo el edificio. Sobre todo en la sacrist¨ªa de los Caballeros, una amplia y redonda estancia que serv¨ªa para que los caballeros tomaran el h¨¢bito de la orden para asistir a misa. Hay humedades por aqu¨ª y por all¨¢. En una de las estancias que dan a esta sala hay una fabulosa pila de m¨¢rmol en la que se lavaban estos nobles. Pero rodeada de abandono. Tambi¨¦n es de m¨¢rmol y enorme la mesa de esta sacrist¨ªa. Tambi¨¦n est¨¢ agrietada.
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