Condenada la curandera de Mal¨ª que extirp¨® el cl¨ªtoris a 48 ni?as
La justicia francesa dictamina para ella ocho a?os de c¨¢rcel
La justicia francesa conden¨® ayer a ocho a?os de prisi¨®n, uno m¨¢s de lo que ped¨ªa el fiscal, a la curandera maliense Hawa Gr¨¦ou, al considerarla culpable de haber practicado la ablaci¨®n (extirpaci¨®n) del cl¨ªtoris a 48 ni?as y adolescentes del mismo origen. En la sentencia, los jueces de lo penal de la capital francesa impusieron a las 23 madres y tres padres procesados en la misma causa penas de hasta tres a?os de prisi¨®n.
Las penas aplicadas a las madres y padres procesados van desde los tres a?os de c¨¢rcel no aplicables, salvo en caso de reincidencia, a los dos a?os de prisi¨®n firme por "complicidad en violencias voluntarias que entra?an mutilaci¨®n".Precisamente, los antecedentes de Hawa Gr¨¦ou, ya condenada a?os atr¨¢s tambi¨¦n en Francia por id¨¦nticas pr¨¢cticas, han pesado notablemente en el ¨¢nimo de los jueces. La curandera, de 52 a?os, se encuentra en prisi¨®n desde hace casi cinco. Su abogado, Jean Chevais, ha argumentado que la mujer pertenece a la casta de los herreros, que, de acuerdo con la tradici¨®n maliense, "tiene el poder y el deber de aplicar la ablaci¨®n, y que estas son misiones que no pueden traicionarse en la comunidad maliense".
El juicio, primero celebrado en Francia por la denuncia de una de las v¨ªctimas, la joven estudiante de Derecho, Mariatou Koita, francesa de origen maliense, ha confrontado a madres e hijas ante el tribunal y ofrecido testimonios sobre el trauma ps¨ªquico y sexual que estas pr¨¢cticas provocan a quienes las padecen, ilustrado sobre la distancia sideral que separa culturalmente a esas generaciones.
"?Usted quiere a sus padres?", le pregunt¨® la presidenta del tribunal, Martine Varin a Maimouna, una de las chicas mutiladas. La respuesta lleg¨® despu¨¦s de un largo silencio: "Ni siquiera siento rabia, no siento nada". Ante la pregunta de si se hab¨ªa sentido mutilada, la joven, tambi¨¦n francesa de origen maliense, indic¨® que sus recuerdos se limitaban a un pl¨¢stico mojado colocado en el suelo y a ella misma con las piernas abiertas. Dijo que aquello no pod¨ªa ser considerado una operaci¨®n, porque eso se hace en un quir¨®fano y "no de esa manera b¨¢rbara". Antes de dar cuenta de los dolores morales, ps¨ªquicos, y f¨ªsicos que experimenta durante las relaciones sexuales, Maimouna afirm¨® que se enter¨® tiempo despu¨¦s de que le hab¨ªan extirpado el cl¨ªtoris "leyendo los peri¨®dicos".
Las defensas han invocado insistentemente al arraigo de la tradici¨®n de la ablaci¨®n en las comunidades malienses y en otros pa¨ªses africanos, donde se calcula que unos dos millones de adolescentes sufren todos los a?os estas mutilaciones. La leyenda en la que se asienta el rito pretende que esta ablaci¨®n es fuente de feminidad. En muchos casos, las mujeres que no han pasado por ello son rechazadas por la sociedad.
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