Tiempo de cuervos
En la literatura popular de Euskal Herria, el cuervo es el encargado de transmitir las malas noticias. No es nuevo, pues, para la sociedad vasca el hecho de tener que soportar un tiempo de cuervos, con la agravante en el pasado de que una y otra vez las alas negras eran portadoras de un comunicado de muerte. Ahora, a partir de la suspensi¨®n de las acciones terroristas -"la tregua"-, las noticias tr¨¢gicas han desaparecido, pero vuelve a escucharse el goteo, cada vez m¨¢s intenso, de las agresiones, de los actos vand¨¢licos y de las amenazas, desde los de siempre y contra los blancos tambi¨¦n conocidos. Con la agravante de que ahora, y con la excepci¨®n de unas palabras pronunciadas en Barcelona por el lehendakari Ibarretxe, el nacionalismo democr¨¢tico act¨²a como aliado (dadas las circunstancias, como c¨®mplice) y como escudo pol¨ªtico de la constelaci¨®n ETA-EH, de cuya franja perif¨¦rica surge formalmente la violencia.En una palabra, el terrorismo ha guardado transitoriamente sus armas, a cambio de un respaldo pol¨ªtico que PNV y EA otorgan a sus objetivos dentro del "frente nacionalista". Por a?adidura, para alcanzar estas metas, la violencia no ha cesado, manteni¨¦ndose la atm¨®sfera de intimidaci¨®n nacionalsocialista destinada a garantizar la hegemon¨ªa abertzale frente a los ciudadanos no nacionalistas. No es, pues, cuesti¨®n de dar buenos consejos al PNV o a EH, sino de reconocer la l¨®gica interna que preside el comportamiento pol¨ªtico de ambas formaciones. Tampoco cabe pensar que todos est¨¢n "velando armas", seg¨²n la expresi¨®n de Sol¨¦ Tura, en espera de los resultados de las municipales: dif¨ªcilmente podr¨¢n ¨¦stas ser consideradas limpias si se mantiene el clima de violencia practicada por el c¨ªrculo de EH, y amparada por los dem¨®cratas dentro del "frente nacionalista". Los partidarios de ETA no velan armas, sino que siguen golpeando, y las amenazas contra jueces y ense?anzas euskeldunmochas (palabra de Krutwig), o contra periodistas disidentes y pol¨ªticos del PP, indican esa presi¨®n de signo nazi en ascenso sobre la sociedad civil. PNV y EA cierran los ojos. Dan la impresi¨®n todos ellos de no estar dispuestos a afrontar el riesgo de una ciudadan¨ªa vasca que vote liberada de presiones y de miedo.
Y frente a Madril, el "conflicto democr¨¢tico" que anunciaba Egibar. Es decir, una estrategia de desbordamiento recurrente de las instituciones constitucionales. Tanto en la letra como en el esp¨ªritu. Las provocaciones de EH tienen una tras otra ese sentido inequ¨ªvoco, contando con el seguimiento lacayuno de PNV y EA. Lizarra obliga. El Parlamento vasco deja de ser la sede del Legislativo de acuerdo con el Estatuto para convertirse primero en el ¨¢mbito de una legitimaci¨®n del terrorismo de ayer (elecci¨®n de Ternera para la comisi¨®n de derechos humanos), luego de una desautorizaci¨®n terminante del poder judicial espa?ol (sancionada por unos partidos democr¨¢ticos que debieron participar en el debate, pero no en la votaci¨®n del desaf¨ªo), y por fin en sala de reuniones para una asamblea de kurdos partidarios de la lucha armada. Es decir, el Parlamento vasco sirve para todo menos para su cometido legal. Recordemos que el Estatuto se encuentra "agotado".
Por parte del PNV, no hab¨ªa existido una sensibilidad particular hacia la opresi¨®n de la minor¨ªa kurda en Turqu¨ªa, y en Egin se hablaba ante todo del aspecto militar del conflicto, de modo que la ¨²nica interpretaci¨®n razonable es que, a la vista de las tribulaciones experimentadas por el l¨ªder del PKK, Otegi y Arzalluz han encontrado la ocasi¨®n para lanzar un ¨®rdago al Gobierno de Madrid, definiendo una pol¨ªtica internacional bajo el signo del "separatistas del mundo, un¨ªos". Y, sobre todo, cre¨¢ndole a la pol¨ªtica exterior espa?ola unas dificultades de primer orden, por cuanto la asamblea del PKK en Vitoria provocar¨¢ una respuesta inevitable del Gobierno de Ankara. Si se repite lo de Italia, miel sobre hojuelas. As¨ª ir¨¢ d¨¢ndose cuenta el Gobierno del precio a pagar si no acepta la negociaci¨®n de ETA en los t¨¦rminos por ella definidos.
Y last but not least, para construir la "democracia vasca" por encima del principio trasnochado de "un hombre, un voto", ah¨ª est¨¢ la Asamblea de municipios, un poco alicorta y cautelosa ella en sus primeros pasos, pero configurada ya como otra arma pol¨ªtica "cargada de futuro". Todo menos tolerar que la sociedad vasca desarrolle una vida pol¨ªtica normal, en cuyo seno se configuren las mayor¨ªas susceptibles de decidir acerca de las ofertas que, siempre desde una u otra forma de intimidaci¨®n, le propone la uni¨®n de familias del nacionalismo sabiniano.
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