Socialistas y PP tildan de "tomadura de pelo" el acuerdo de los nacionalistas sobre la violencia

El PNV y EA lograron ayer uno de sus objetivos. El documento firmado por los nacionalistas, aunque no incluye una condena expl¨ªcita de los actos violentos, fue considerado suficiente por el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, para que EH aporte la mayor¨ªa parlamentaria al lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe. Sin embargo, "el empe?o" en acabar con las vulneraciones de derechos aprobado con el apoyo de IU no convenci¨® a la oposici¨®n. PP, PSE y UA calificaron de "tomadura de pelo" pretender formar una mesa de partidos con HB cuando algunos de los interlocutores "est¨¢n amenazados".

El Parlamento vasco volvi¨® a ofrecer ayer la foto, ya fija, del enfrentamiento entre los grupos en ¨¦l representados. Los nacionalistas con el apoyo de IU, por una parte, y el resto de las formaciones, por otra, convirtieron el debate sobre la violencia callejera y el modelo de pacificaci¨®n en una discusi¨®n sobre sobre el todo o el algo.El todo lo exigieron el PP, el PSE y UA, al considerar absolutamente necesario que cesen de inmediato las amenazas, coacciones y actos de sabotaje para iniciar el proceso de paz y reunir en una misma mesa a todos los partidos. Los nacionalistas defendieron el algo, el "paso" que supone la enmienda aprobada. En ella falta una condena expresa de la kale borroka (lucha callejera), pero a cambio suma a EH, la marca electoral de Herri Batasuna, en el "empe?o" de evitar las vulneraciones de "los derechos individuales y colectivos", y apuesta por poner fin, de forma permanente, a "todas las expresiones de violencia".

El debate lo propici¨® una proposici¨®n no de ley del PSE que buscaba la condena expl¨ªcita y contundente de la violencia callejera. Un texto que oblig¨® a los nacionalistas a enmendarlo con el apoyo de EH, porque de no haber acuerdo PNV y EA hubiera tenido que romper la unidad que mantienen desde que firmaron la Declaraci¨®n de Lizarra.

Sin embargo, m¨¢s que la b¨²squeda consensuada de una condena de la violencia, la enmienda se ha convertido en la llave para desbloquear la delicada situaci¨®n del Gobierno en minor¨ªa formado por PNV y EA. Los nacionalistas buscaron un texto de m¨ªnimos que satisficiera a Ibarretxe y superara la condici¨®n impuesta por ¨¦ste para aceptar el apoyo de EH, es decir, la renuncia a las v¨ªas violentas. Y sali¨® aprobado con 39 votos, los que sumaron PNV (21), EA (6), EH (11) e IU (1), y la oposici¨®n de los 31 parlamentarios presentes del PSE, PP y UA.

Luz verde al apoyo de EH

A pesar de que PNV y EA pusieron bajo el list¨®n de las exigencias a EH, Arzalluz se apresur¨® a trasladar su satisfacci¨®n y a dejar claro el objetivo de la enmienda: "Se entiende que ellos no aceptan que un proceso pol¨ªtico pueda ir de la mano de la violencia, y de eso se trataba. A partir de esta f¨®rmula podemos entrar a discutir una acci¨®n o un acuerdo parlamentario de cuatro a?os o lo que haga falta", dijo en declaraciones a Radio Euskadi. Objetivo conseguido.

El precio de la estabilidad fue un nuevo debate parlamentario que dej¨® en evidencia la ruptura total de comunicaci¨®n y de puentes entre los partidos que apoyan al Ejecutivo y el mundo no nacionalista. El portavoz del PSE, Fernando Buesa, defendi¨® su propuesta contra la violencia callejera con una imagen: "Los nacionalistas nos quieren hacer creer que ellos son los buenos porque quieren solucionar un conflicto que dicen de origen pol¨ªtico, y los dem¨¢s, o sea nosotros, a los que nos toca sufrir, los malos". Los socialistas responsabilizaron al Gobierno de las futuras coacciones, amenazas y sabotajes que se puedan producir, "por seguir con quienes no las condenan" de manera clara.

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, le respondi¨® que el acuerdo nacionalista es "un paso en la direcci¨®n adecuada" y pidi¨® "perspectiva" a los grupos de la oposici¨®n para entender el proceso de paz. Porque, seg¨²n dijo, no s¨®lo las coacciones y amenazas son vulneraciones de derechos. "Tambi¨¦n est¨¢n vulnerados los derechos de los presos de ETA. No quiero soberan¨ªa sin paz. No la quiero si para ello hay que pisotear los derechos humanos de las personas", aclar¨®.

Los populares reprocharon al PNV su sumisi¨®n. "En esta enmienda no buscan paz ni democracia, sino que responden al mandato de ETA", y s¨®lo buscan la "mayor¨ªa nacionalista", increp¨® Leopoldo Barreda. "Hablemos s¨®lo de paz: ni de condiciones ni de peajes de Estella, s¨®lo de paz", concluy¨®. Una afirmaci¨®n que fue respondida por el n¨²mero uno de EH, Arnaldo Otegi: "La reflexi¨®n que tienen que hacer ustedes es que la paz no s¨¦ si tiene precio, pero la guerra tiene un precio incalculable".

Carlos Garaikoetxea, de EA, se quej¨® de las tertulias radiof¨®nicas hostiles, y record¨® al PP y al PSE que su esfuerzo s¨®lo tiene un objetivo, la paz. El coordinador de IU, Javier Madrazo, dijo que su apoyo al texto "deficiente" de los nacionalistas se debe a que "es un paso hacia adelante".