Inseguridad social

Alejados de la imagen que tienen muchos ciudadanos, los parlamentarios espa?oles cobran mucho menos que sus hom¨®logos europeos y sus sueldos son equiparables a los de un profesor de ense?anza media, aunque sin disponer de sus prestaciones sociales. En el caso de las Cortes Valencianas, equiparable al de otras C¨¢maras similares, la instuci¨®n asume mediante convenio el pago de la cuota de la seguridad social del diputado, siempre y cuando ¨¦ste estuviese cotizando en los tres meses anteriores por alguna empresa. En caso contrario no cotiza, con la consiguiente repercusi¨®n sobre la pensi¨®n de jubilaci¨®n. Adem¨¢s, esta cotizaci¨®n se incrementa con respecto al IPC sin tener en cuenta las mejoras laborales registradas en su anterior empleo. Los parlamentarios no disponen de ning¨²n subsidio de desempleo al concluir su mandato. En este marco, la consecuencia l¨®gica es recurrir al parcheo con medidas poco efectivas como la inclusi¨®n de un r¨¦gimen de dietas o los convenios privados de asistencia sanitaria. A diferencia de las Cortes Valencianas, el Senado y el Congreso de los Diputados disponen de una regulaci¨®n adicional que garantiza, a quienes han mantenido un acta de parlamentario durante dos legislaturas, la m¨¢xima cotizaci¨®n a la seguridad social entre los 55 y los 65 a?os -aunque no se tenga empleo- para garantizar que la jubilaci¨®n del parlamentario ser¨¢ la m¨¢s alta y digna posible