No fue una casualidad
Cuando un equipo como el Bar?a pierde tres partidos seguidos, dos de ellos en su propio terreno, y ante un mismo rival, tiene que haber una importante reflexi¨®n. Las razones est¨¢n basadas fundamentalmente en "qui¨¦n lleva la iniciativa". El Bar?a, contra el Valencia, siempre intent¨® ser protagonista. Sus tiempos de posesi¨®n fueron muy superiores, pero casi siempre en zonas no influyentes. Su tipo de juego le hizo chocar con la poblada defensa valencianista, que imped¨ªa los centros desde zonas peligrosas, es decir, con profundidad, y los remates claros desde terrenos cercanos a la meta de Ca?izares.Seguramente si el Bar?a en alguno de los partidos hubiera dejado venir al Valencia, esperando su llegada en campo propio, habr¨ªa evitado grandes espacios. Y sobre todo habr¨ªa acumulado m¨¢s jugadores detr¨¢s de la l¨ªnea del bal¨®n. Adem¨¢s, Rivaldo, Figo y Luis Enrique habr¨ªan encontrado espacios detr¨¢s de la defensa valencianista. El ¨²nico atenuante del Bar?a en su insistencia t¨¢ctica fue que, excepto en el primer partido, siempre tuvo que jugar contra resultados desfavorables, circunstancia que facilit¨® la espera del Valencia en su campo, la trampa para salir despu¨¦s con velocidad y eficacia.
Disposici¨®n t¨¢ctica valencianista.
Defiende con tres centrales y dos laterales. De forma muy ordenada y distribuyendo muy bien los espacios entre jugadores. Su misi¨®n fue contrarrestar a Figo, Rivaldo y Kluivert. Por las bandas, el Valencia utiliza diferentes jugadores. Roche, Juanfran, Carboni, pero siempre con las mismas premisas: plantear superioridad num¨¦rica con el lateral y uno de los centrales. Por el centro, resolvi¨® perfectamente la salida a recibir el bal¨®n de Kluivert, que intentaba provocar espacios libres ocupados por los otros dos centrales y no por los jugadores de la segunda l¨ªnea barcelonista, como Luis Enrique, ?scar o Cocu.Su centro del campo, con Mendieta, Milla, Farin¨®s y la ayuda de Angulo, nos hace ver una l¨ªnea din¨¢mica en la cual todos sus jugadores dominan perfectamente los tiempos para atacar y defender, y basculan al un¨ªsono, cerrando espacios como si fueran uno solo. Superando ampliamente a los hombres m¨¢s creativos barcelonistas, impidiendo y cerrando todas las l¨ªneas de pase desde el origen, principalmente a Guardiola.
El ataque.
Claudio acompa?ado de Angulo y en el ¨²ltimo partido de Ilie, con su velocidad y precisi¨®n, han martirizado a la defensa barcelonista. Cualquier rechace, cualquier pase en largo sin demasiado sentido, provocaba jugadas de extraordinario peligro. Van Gaal, en el tercer partido, retras¨® toda la defensa en bloque. Sin embargo, los goles vinieron con disparos desde fuera del ¨¢rea, seguramente porque los espacios respecto a la l¨ªnea de centrocampistas no era proporcional.
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